El presidente de
Perú, Ollanta Humala, afirmó ayer que la
Dirección Nacional de Inteligencia (Dini) será cerrada temporalmente para ser reestructurada, tras las recientes denuncias de espionaje a dirigentes opositores, un empresario e incluso a la vicepresidente
Marisol Espinoza.
El mandatario hizo ese anuncio durante la reunión que mantuvo en el Palacio de Gobierno con líderes de 15 partidos políticos, en el comienzo del diálogo al que invitó en un momento de tensión creciente entre el oficialismo y la oposición.
Humala aseguró que durante el encuentro se abordó una "agenda con sustancia y con temas concretos", entre los que citó la seguridad ciudadana, el crecimiento económico, la lucha contra la corrupción, la política laboral y el combate al narcotráfico.
Paralelamente, el jefe del Estado lamentó que en la reunión no se haya hablado sobre políticas sociales. "Más allá de temas ideológicos, nosotros tenemos que llevar la política social hacia los de abajo", advirtió.
Al inaugurar el encuentro, Humala había sostenido que "el pueblo peruano quiere que se vean los temas de la agenda nacional, más allá de los temas de coyuntura, en algunos casos mediáticos o circunstanciales".
El exprimer ministro y excandidato presidencial liberal, Pedro Pablo Kuczynski opinó que la reunión "ha sido positiva" porque "se ha hablado de casi todos los temas".
La esposa de Humala y presidente del Partido Nacionalista Peruano (PNP) que ambos fundaron, Nadine Heredia, anunció que el diálogo continuará "en 30 días más" y manifestó el deseo de que en esa ocasión "todas las fuerzas políticas estén presentes".
La relación entre el oficialismo y amplios sectores opositores se tensó en los últimos meses por diversos motivos, entre ellos las denuncias de espionaje a varios opositores, incluido García, un empresario y la vicepresidente Espinoza.
Otro motivo fue la ley de empleo para jóvenes que el Congreso derogó en enero pasado, apenas un mes y medio después de haberla sancionado, debido a que había causado amplio rechazo y varias protestas callejeras. También pesó el escándalo del exasesor de campaña de Humala, buscado por supuesta corrupción.
El presidente de
Perú, Ollanta Humala, afirmó ayer que la
Dirección Nacional de Inteligencia (Dini) será cerrada temporalmente para ser reestructurada, tras las recientes denuncias de espionaje a dirigentes opositores, un empresario e incluso a la vicepresidente
Marisol Espinoza.
El mandatario hizo ese anuncio durante la reunión que mantuvo en el Palacio de Gobierno con líderes de 15 partidos políticos, en el comienzo del diálogo al que invitó en un momento de tensión creciente entre el oficialismo y la oposición.
Humala aseguró que durante el encuentro se abordó una "agenda con sustancia y con temas concretos", entre los que citó la seguridad ciudadana, el crecimiento económico, la lucha contra la corrupción, la política laboral y el combate al narcotráfico.
Paralelamente, el jefe del Estado lamentó que en la reunión no se haya hablado sobre políticas sociales. "Más allá de temas ideológicos, nosotros tenemos que llevar la política social hacia los de abajo", advirtió.
Al inaugurar el encuentro, Humala había sostenido que "el pueblo peruano quiere que se vean los temas de la agenda nacional, más allá de los temas de coyuntura, en algunos casos mediáticos o circunstanciales".
El exprimer ministro y excandidato presidencial liberal, Pedro Pablo Kuczynski opinó que la reunión "ha sido positiva" porque "se ha hablado de casi todos los temas".
La esposa de Humala y presidente del Partido Nacionalista Peruano (PNP) que ambos fundaron, Nadine Heredia, anunció que el diálogo continuará "en 30 días más" y manifestó el deseo de que en esa ocasión "todas las fuerzas políticas estén presentes".
La relación entre el oficialismo y amplios sectores opositores se tensó en los últimos meses por diversos motivos, entre ellos las denuncias de espionaje a varios opositores, incluido García, un empresario y la vicepresidente Espinoza.
Otro motivo fue la ley de empleo para jóvenes que el Congreso derogó en enero pasado, apenas un mes y medio después de haberla sancionado, debido a que había causado amplio rechazo y varias protestas callejeras. También pesó el escándalo del exasesor de campaña de Humala, buscado por supuesta corrupción.