Como cada dos años, Los Ángeles lleva a cabo un censo para contabilizar las personas que residen a la intemperie y medir la evolución de esta población. En 2013 la cifra alcanzó los 39.500 indigentes.
La zona de Skid Row se ha convertido en refugio para aquellos que ya no pueden caer más bajo en el escalafón social, sin agua, luz, ni lugar donde tirar su basura.
"Es importante saber cuánta gente vive aquí para prever lo que necesitan", dice Latoya Hawthorne, trabajadora en un centro de ayuda a mujeres sin techo. Las estimaciones de este año apuntan a que unas 3.000 personas duermen sobre las aceras malolientes de Skid Row, aunque algunas asociaciones señalan que la cifra podría alcanzar las 5.000.
"Intentamos no acercarnos mucho, no queremos molestarles porque muchos ya están dormidos", explica Ana Álvarez, una voluntaria que ayuda a contar cuántas personas viven en Skid Row, el barrio de Los Ángeles conocido por ser la capital estadounidense de los sin techo.
La gran mayoría de los que pueblan sus calles son alcohólicos, drogadictos o tienen discapacidades físicos o mentales.
"Hemos contado 24 indigentes, por suerte no hemos visto ningún niño ni joven", afirma Harry Batt, otro voluntario que acaba de examinar una pequeña zona del barrio.
"Este lugar no es seguro. Es muy deprimente ver todo esto", agrega.
Veteranos de guerra
El secretario para los Asuntos de los Veteranos, Robert McDonald, también participa en el conteo de todos los sin techo que viven al ras del suelo, cubiertos por cartones, plásticos y hasta telas.
Su presencia es un intento del gobierno del presidente Barack Obama por demostrar su voluntad de paliar el problema de alojamiento de los veteranos de guerra caídos en la pobreza extrema.
Según datos oficiales, de los 630.000 indigentes que hay en todo el país 50.000 son excombatientes.
Doran Mateik, una enfermera que colabora con las entidades que trabajan en Skid Row, guía a McDonald por el barrio. "Hace siete años que vengo aquí. Intento conocerles, saber cómo puedo ayudarles, algunos se han convertido en amigos", cuenta la joven. "Les doy mi dirección para que puedan recibir correo y les ayudo con trámites".
El gobierno estadounidense asegura que el número de veteranos sin hogar ha descendido un 33% desde el año 2010.
Como cada dos años, Los Ángeles lleva a cabo un censo para contabilizar las personas que residen a la intemperie y medir la evolución de esta población. En 2013 la cifra alcanzó los 39.500 indigentes.
La zona de Skid Row se ha convertido en refugio para aquellos que ya no pueden caer más bajo en el escalafón social, sin agua, luz, ni lugar donde tirar su basura.
"Es importante saber cuánta gente vive aquí para prever lo que necesitan", dice Latoya Hawthorne, trabajadora en un centro de ayuda a mujeres sin techo. Las estimaciones de este año apuntan a que unas 3.000 personas duermen sobre las aceras malolientes de Skid Row, aunque algunas asociaciones señalan que la cifra podría alcanzar las 5.000.
"Intentamos no acercarnos mucho, no queremos molestarles porque muchos ya están dormidos", explica Ana Álvarez, una voluntaria que ayuda a contar cuántas personas viven en Skid Row, el barrio de Los Ángeles conocido por ser la capital estadounidense de los sin techo.
La gran mayoría de los que pueblan sus calles son alcohólicos, drogadictos o tienen discapacidades físicos o mentales.
"Hemos contado 24 indigentes, por suerte no hemos visto ningún niño ni joven", afirma Harry Batt, otro voluntario que acaba de examinar una pequeña zona del barrio.
"Este lugar no es seguro. Es muy deprimente ver todo esto", agrega.
Veteranos de guerra
El secretario para los Asuntos de los Veteranos, Robert McDonald, también participa en el conteo de todos los sin techo que viven al ras del suelo, cubiertos por cartones, plásticos y hasta telas.
Su presencia es un intento del gobierno del presidente Barack Obama por demostrar su voluntad de paliar el problema de alojamiento de los veteranos de guerra caídos en la pobreza extrema.
Según datos oficiales, de los 630.000 indigentes que hay en todo el país 50.000 son excombatientes.
Doran Mateik, una enfermera que colabora con las entidades que trabajan en Skid Row, guía a McDonald por el barrio. "Hace siete años que vengo aquí. Intento conocerles, saber cómo puedo ayudarles, algunos se han convertido en amigos", cuenta la joven. "Les doy mi dirección para que puedan recibir correo y les ayudo con trámites".
El gobierno estadounidense asegura que el número de veteranos sin hogar ha descendido un 33% desde el año 2010.