TILCARA (Corresponsal). Conforme van pasando las
elecciones, el ejercicio de la
democracia parece ir puliendo los métodos y los ánimos. Tilcara amaneció tranquila, sin más que alguna discusión que no llegó más lejos. Descontando la entrega de terrenos por parte del municipio, cosa que hizo sospechar en la víspera si no se transgredían los límites de la veda electoral, el resto gozaba de mucha tranquilidad.
Tilcara amaneció tranquila durante la víspera, sin más que alguna discusión que no llegó más lejos.
Que haya dos boletas en las mesas hacía que el elector entrara y saliera rápido del cuarto oscuro, y el hecho de que no se eligieran autoridades locales, más allá de la incidencia local que pueda tener uno u otro presidente, sin duda que sumó a calmar el contexto. Lo cierto es que costaba buscar noticias cerca del mediodía, cuando los que ya habían votado se iban a comer y los demás vendrían a votar tras el postre. Salvo a los machaditos, a quienes se le acumulan las vedas con esto de las Paso, elección y balotaje, el resto de la población ya toma con normalidad un hecho que no debiera haberlo dejado de ser nunca: que el pueblo sea quien elige a sus gobernantes, y aquellos jefes de redacción acostumbrados a tener noticias a mediodía deberán irse acostumbrando a que un día de elecciones puede, también, ser un día sin más noticias que los resultados.
TILCARA (Corresponsal). Conforme van pasando las
elecciones, el ejercicio de la
democracia parece ir puliendo los métodos y los ánimos. Tilcara amaneció tranquila, sin más que alguna discusión que no llegó más lejos. Descontando la entrega de terrenos por parte del municipio, cosa que hizo sospechar en la víspera si no se transgredían los límites de la veda electoral, el resto gozaba de mucha tranquilidad.
Tilcara amaneció tranquila durante la víspera, sin más que alguna discusión que no llegó más lejos.
Que haya dos boletas en las mesas hacía que el elector entrara y saliera rápido del cuarto oscuro, y el hecho de que no se eligieran autoridades locales, más allá de la incidencia local que pueda tener uno u otro presidente, sin duda que sumó a calmar el contexto. Lo cierto es que costaba buscar noticias cerca del mediodía, cuando los que ya habían votado se iban a comer y los demás vendrían a votar tras el postre. Salvo a los machaditos, a quienes se le acumulan las vedas con esto de las Paso, elección y balotaje, el resto de la población ya toma con normalidad un hecho que no debiera haberlo dejado de ser nunca: que el pueblo sea quien elige a sus gobernantes, y aquellos jefes de redacción acostumbrados a tener noticias a mediodía deberán irse acostumbrando a que un día de elecciones puede, también, ser un día sin más noticias que los resultados.