Jornada particular en el debate en este juicio donde se investigan crímenes de lesa humanidad y desaparición de siete víctimas: Dominga Álvarez de Scurta, Osvaldo Giribaldi, Pedro Torres Cabrera, Juana Torres Cabrera, Alicia Ranzoni, Jaime Lara Torres y Jorge Turk que salieron en comisión el 10 de junio de 1976 del Servicio Penitenciario de Gorriti y no se supo más de ellos, sólo apareció años después el cuerpo de la docente Álvarez de Scurta.
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Jornada particular en el debate en este juicio donde se investigan crímenes de lesa humanidad y desaparición de siete víctimas: Dominga Álvarez de Scurta, Osvaldo Giribaldi, Pedro Torres Cabrera, Juana Torres Cabrera, Alicia Ranzoni, Jaime Lara Torres y Jorge Turk que salieron en comisión el 10 de junio de 1976 del Servicio Penitenciario de Gorriti y no se supo más de ellos, sólo apareció años después el cuerpo de la docente Álvarez de Scurta.
Ayer, el Tribunal Oral Federal dio lectura a declaraciones testimoniales de Secundino Alvarez y Argentina Sarmiento de Álvarez, padres de Dominga Álvarez de Scurta, ya fallecidos, esperando justicia por su hija.
Secundino relata la detención desaparición de su hija el 26 de mayo de 1976, en su domicilio donde vivía con su esposa Argentina, Dominga y sus nietos Claudia y Fernando, aclarando que el hijo mayor Jorge se encontraba con su padre en Córdoba del cual su hija se estaba separado. El día del secuestro Secundino no se encontraba en el domicilio y que sabía la historia por el relato de su esposa. Su hija era docente que trabajaba en la escuela de El Sunchal y antes había estado en una escuela De La Cruz, y que nunca había observado nada extraño.
Declaró ante el Juzgado Federal, junto a otros familiares que buscaban justicia. El hombre había realizado varias diligencias sin respuesta.
Durante la detención de su hija pudo visitarla en la Central de Policía junto a su esposa y nietos. Había notado resignada a su hija. Después la llevaron al Penal de Gorriti y ahí no la vio más. El 10 de junio de 1976 un soldado le informó a Secundino que a su hija la llevaron al Juzgado Federal. Se entrevisto con el jefe del Comando Radioléctrico Ernesto Jaig y le dijo que había sido puesta en liberta y que si hubiera ido el día anterior se la llevaba. Días posteriores en el RIM 20 el capitán Jones Tamayo y Braga le dijeron que su hijo estaba en libertad.
El testimonio de la madre de Dominga, Argentina, relata la detención de su hija que presenció el 26 de mayo de 1976. Un operativo de la policía, sin orden con Jaig al frente y 12 policías uniformados y armados. Le revolvieron el dormitorio de su hija. Pudo ver a su hija en la Central acompañada por su esposo y los nietos, tenía el ojo morado, y le pidió que su papá la busque. Después no la vio más.
Ante unas consulta dijo que fue a ver al obispo Medina, al padre Mallagray y nada.
Después de 7 años se entero que a su hija la trataban mal, que había estado en el Centro Clandestino de Guerrero donde la torturaron. Cuando encontraron el cuerpo fueron al desentierro en Yala. La reconoció por la ropa, la prótesis dentaría y un sentimiento, una inspiración que era mi hija, expresaba el dolor de la madre.
También destacó que su nieto el menor sufría mucho, la pérdida de su madre fue cuando tenía 8 años. También lo perseguían.“Ese Braga tendría que estar preso” pedía en su declaración.
Luego testimoniaron Adrián Liquín, Leandro Cabana y Juan Mamaní expenitenciarios del Penal de Gorriti, en 1976, reconocieron a los imputados hermanos Ortíz, Zaráte y Gutiérrez. No aportaron datos a la causa, ya que por su avanzada edad se refugian en la poca memoria.