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3 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Juan Salas, un maestro en el Ramal

Lunes, 26 de diciembre de 2011 19:12

Hace más de sesenta años que el maestro Juan Salas toca el bandoneón, y está radicado en Libertador General San Martín donde llegó en sus años adolescentes para comenzar a trabajar en la empresa Ledesma, y donde finalmente siguió su vida y formó familia.
El Tribuno de Jujuy conversó con él para reivindicar un poco el olvido que a veces cometemos sin intención, de los grandes artistas que tiene nuestra provincia.

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Hace más de sesenta años que el maestro Juan Salas toca el bandoneón, y está radicado en Libertador General San Martín donde llegó en sus años adolescentes para comenzar a trabajar en la empresa Ledesma, y donde finalmente siguió su vida y formó familia.
El Tribuno de Jujuy conversó con él para reivindicar un poco el olvido que a veces cometemos sin intención, de los grandes artistas que tiene nuestra provincia.

Recientemente fue el invitado especial del Festival Provincial del Bandoneón que tuvo lugar, como cada año, en Tumbaya, y donde recibirá su merecido homenaje en la edición del próximo año. Este es el espacio casi exclusivo que tienen los bandoneonistas para encontrarse, y promover el arte que ellos eligieron, en un tiempo en que el bandoneón y los bandoneonistas están en extinción. Y allí acudió Salas en busca del aire que lo apasiona y con el que respira su vida desde que conoció este instrumento.
"Toco desde que tenía 18 años, o sea desde 1948", dice para comenzar la charla, este hombre que cursa su octava década de vida, pero parece un joven sesentón, quizás por la energía que le inyecta la música. Cuenta que nació y vivió hasta los 15 años en San Salvador de Jujuy.

El trabajo en la empresa azucarera lo llevó a radicarse en Libertador, y fue en esa época en que comenzó a aprender a tocar el bandoneón, de la mano de su hermano (también bandoneonista), Rosendo Salas. Dice que antes había estudiado música dos años, y cuando hago la típica pregunta "¿por qué el bandoneón?", me explica que por entonces, la mayoría de los bandoneonistas trataban de transmitir este conocimiento a sus hijos o familiares, y su hermano hizo lo propio con él.

Cuenta que "estudiaba seis horas diarias, haciendo escalas, arpegios, armonías, etc. Salía del trabajo y agarraba el bandoneón, y todo tiempo libre que tenía era para tocar", dando una idea de la dedicación que tenía. "Con los años adquirí muchos conocimientos, y cuando estuve en una oportunidad en Buenos Aires hice un cursillo muy breve que me sirvió de mucho".

Durante la charla revive con nostalgia las amistades de la música que hizo a lo largo de toda su vida,y menciona entonces a Juan Nieva, el maestro Chavarría, los Hermanos Caballero, el Chango Bellido, entre otros. "En esa época se tocaba tango más que nada, no había amplificación, tocábamos sin micrófono", recuerda "también hacíamos valses, milongas, paso doble, foxtrot, rumba", cuenta mientras se me figura en la mente aquellas orquestas que hacían las veces de disk jockey en las fiestas. Sí, eran las animaciones con música en vivo. Era la época en que los músicos tenían más trabajo que ahora, "había una necesidad de músicos", dice Salas quien solía tocar en las carpas de la familia Galián que estaba en Castañeda, y en la de Pichila Miranda, recordando algunos de los lugares donde era convocado.

Pero su música no sólo se escuchó en Jujuy, Juan Salas estuvo recorriendo escenarios de Buenos Aires, Tucumán y Salta, entre otras provincias, ya sea formando parte de orquestas típicas o bandas de jazz como la Jazz América (en la tocaba el teclado su sobrino Carlos Salas). En Buenos Aires, estuvo en varias ocasiones en programas televisivos y radiales de medios nacionales.
En Ledesma se codeó con muchos músicos de la época también, como Silverio Gramajo, Pedro Paredes, su hermano Rosendo Salas, Segundo Alvarez, Coco Gramajo, etc.
No tiene grabaciones en estudio, ni discos editados. Sólo registros informales de participaciones que realizó en televisión o radio, aunque cuenta que "tengo una invitación del Chango Bellido para presentarme en una grabadora", dice.
 

Sus actuaciones

Hace dos años fue la última vez que estuvo tocando en Buenos Aires. "Fue en una peña en Lanús, donde toqué durante cuatro noches seguidas", cuenta, pero semejante viaje y tamaño esfuerzo le significó algunos problemas de salud, por lo que no volvió a hacer presentaciones de este tipo.
Sí estuvo recientemente tocando en el Centro Cultural "Héctor Tizón" de San Salvador de Jujuy, en oportunidad del homenaje realizado al bandoneonista Ismael Abalos, cuando se cumplió el primer aniversario de su fallecimiento. "Ismael fue un exclente amigo, recuerda, lo mismo que su padre Elías Abalos", expresa "con los dos tuve mucho contacto porque vivieron mucho tiempo en la ciudad de Libertador General San Martín’.
También cabe mencionar su paso por el Festival del Bandoneón de Tumbaya de este año, donde fue muy bien recibido, y adonde promete volver en 2012.

En los últimos años llevó el tango al Festival del Tomate que se hace anualmente en Fraile Pintado.
Mañana estará tocando en la plaza de Libertador General San Martín, convocado para un espectáculo organizado por el municipio local.
Actualmente se presenta solo, o acompañado por algunos músicos, entre los que de tanto en tanto (cuando sus actividades se lo permiten) se encuentra su hijo en la guitarra. Incluyen también la voz de Ramón Córdoba también en algunas presentaciones.
 

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