Hoy la comunidad sampedreña recuerda la figura extraordinaria y sumamente inspiradora del multidoctor Jobino Sierra e Iglesias quien, a 16 años de su partida terrenal, continúa presente en el afecto y la memoria por su tenacidad, su amor por el conocimiento y el invaluable legado histórico que dejó como herencia. Su dedicación a la medicina y, posteriormente, su incansable labor como historiador, lo constituyeron en el hijo dilecto de la ciudad a la que eligió para vivir y morir. El haber obtenido cinco doctorados, el último a los 82 años, es un testamento de su creencia en que "el saber no tiene techo" y su compromiso con el aprendizaje continuo.
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Hoy la comunidad sampedreña recuerda la figura extraordinaria y sumamente inspiradora del multidoctor Jobino Sierra e Iglesias quien, a 16 años de su partida terrenal, continúa presente en el afecto y la memoria por su tenacidad, su amor por el conocimiento y el invaluable legado histórico que dejó como herencia. Su dedicación a la medicina y, posteriormente, su incansable labor como historiador, lo constituyeron en el hijo dilecto de la ciudad a la que eligió para vivir y morir. El haber obtenido cinco doctorados, el último a los 82 años, es un testamento de su creencia en que "el saber no tiene techo" y su compromiso con el aprendizaje continuo.
El trabajo de Jobino Sierra e Iglesias como historiador fue crucial para la preservación de la memoria y la identidad no sólo de la provincia de Jujuy sino, de todo el país, ya que al desentrañar documentos y narrar la vida de figuras importantes y acontecimientos históricos, contribuyó a la construcción del patrimonio cultural.
El recordado multidoctor no nació en esta tierra, pero la amó entrañablemente adoptándola para ofrendarle, desde su más profunda gratitud, el talento de su impecable pluma y su arista de historiador, dejando obras de la historia de los pueblos de San Pedro y La Esperanza, de sus benefactores y grandes médicos del norte argentino que hicieron su siembra de ciencia y humanidad en estas latitudes.
Hombre cabal, no sólo dueño y bendecido por los más altos valores éticos y morales, sino constante practicante de los mismos desde su acción e investigación silenciosa, que se proyectó en todas las obras escritas que nacieron de su genio de investigador. La humildad y gratitud por este suelo, lo caracterizaron siempre; no exaltando lo propio, sino sacando a la luz, la historia verdadera de estos pueblos que lo enamoraron.
Si hay algo que lo distinguió siempre en su hacer investigativo, fue la rigurosidad de su trabajo, sustentada no en falacias o cuentos fabulescos, sino en el fundamento de los testimonios escritos, las evidencias reales y documentadas que dan fe del paso a paso de la historia de quienes estuvieron bajo el foco de sus intereses, para reconstruir la historia.
Como historiador, su labor fue fundamental para desentrañar y documentar la historia local y nacional. Entre sus investigaciones más destacadas se encuentran, la verdadera fecha fundacional de San Pedro, que la luz de los documentos históricos, establece el 27 de julio de 1885, Los 15 dueños de la Pampa de San Pedro y Un tiempo que se fue, que detalla la vida de los hermanos Leach, toda esta heredad dejó plasmada en sus numerosos libros.
Además, dedicó su tiempo para investigar y sacar a la luz la vida y obra de figuras médicas trascendentales como Guillermo Cleland Paterson, Salvador Mazza, Carlos Alberto Alvarado, Arturo Oñativia, investigaciones sobre la epidemia de Cólera de 1886-1887 en Argentina, con foco en Salta y Jujuy.
Quienes lo acompañaron y fueron testigos de su incalculable talento y pasión por lo que tanto amó sostienen que el multidoctor Jobino Pedro Sierra e Iglesias, no tuvo el reconocimiento que merecía en vida. Hoy quizá, recién pueda entenderse el real valor de su herencia al pueblo de San Pedro, ya que sus obras comenzaron a ser requeridas y consultadas para mirar hacia ese pasado que marcó el perfil y les dio identidad a los pueblos de esta región, y la labor incalculable, metódica y científica de los médicos cuyas vidas quedaron perpetuadas en sus libros.
No cabe duda que, como sampedreños, existe la gran responsabilidad no sólo de preservar la herencia histórica dejada por este gran hombre, sino rescatarla y difundirla a las presentes y futuras generaciones, como un testimonio de gratitud a su persona, a su obra y a su recuerdo, entendiendo que Jobino Pedro Sierra e Iglesias fue y será un modelo capaz de seguir inspirando a todos. Cada institución, biblioteca y escuela, debe asumir el compromiso de atesorar sus libros, para que los estudiantes puedan nutrirse de sus páginas, desde esa mirada clínica frente a los hechos históricos de lo que nos pertenece.
Jobino Pedro Sierra e Iglesias fue un médico, historiador y escritor incansable, declarado ciudadano ilustre de San Pedro de Jujuy. Nació en Colonia Barón, La Pampa, y se radicó en Jujuy en 1951, donde dedicó 57 años de su vida a la medicina y la investigación histórica. Fue el único médico argentino en obtener cinco doctorados.