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4 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Encantadores paisajes níveos en postales inolvidables

Desde suelo jujeño hasta el fin del mundo ushuaiense, el inicio del invierno sorprendió con la ola polar en el país.
Viernes, 04 de julio de 2025 01:02
POSTAL YALEÑA | POR EL CAMINO, CON UN MARCO ESPECTACULAR DE ÁRBOLES CRISTALIZADOS.

Como un cuadro dibujado a propósito y mientras la lluvia sutil iniciaba un impensado vuelo, el agua nieve iba convirtiéndose de imaginación a realidad ineludible, en gotas consistentes y llenas de una percepción poco convencional.

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Como un cuadro dibujado a propósito y mientras la lluvia sutil iniciaba un impensado vuelo, el agua nieve iba convirtiéndose de imaginación a realidad ineludible, en gotas consistentes y llenas de una percepción poco convencional.

Del frío del agua que es nieve que moja, se nutre la magia nívea y zigzagueante sobre los rincones de un tiempo especial.

Frías, rebeldes y blanquecinas deslizaban su encanto por una naturaleza rústica yaleña, esa que dejaba la libertad para observar desde cualquier perspectiva. En el umbral del encuentro con este cuadro, los pájaros cubrían con su canto un cielo que estrujaba nubes, cristalizando vientos.

Las hojas de las plantas circundantes portaban en su haz la sorpresa fresca bajo cero y las aves adornaban con sus cantos el halo de amistad, en medio de este invierno casi nórdico, condensado a préstamo en un par de días propios.

El espectáculo de estas características desafiaba cualquier intemperie, era la nieve sobre las hojas que la que lograba con éxito, irradiar un rumor de resplandeciente blancura.

CANTO A LA VIDA | UN PEQUEÑO BENTEVEO Y TODA SU MUSICALIDAD NATURAL.

Como mantas frescas se tejían los arbustos con un verde particular; acaso un guiño a la tonalidad que por debajo, aparecía. El cúmulo de cristales lavaba permanentemente cada hoja, sin caer en la tentación de morir en un intento por ser charco.

Una obra de arte natural que fue deleite para los sentidos, mientras más aves planeaban con sus alas de abanico; las ramas los árboles competían en las alturas acordes al pacto con la bajísima temperatura.

El vaivén de nieve y la niebla iban cayendo en la laguna. El invierno descubierto en la soledad del paisaje fue uno con la energía de aquél cosmos perfecto.

MIRAMAR | CUANDO LA NIEVE SE UNIÓ CON EL MAR

La escarchita grisácea no se quería rendir, esa misma que en estas noches se renueva hasta la madrugada. La belleza ya no se medía en palabras, sino en contemplación vestida de silencio y alimento de ojos que dejaron de parpadear por un momento para centrarse en la maravillosa postal.

Es que el poder de la naturaleza se sintió en Jujuy pero además fue un lenguaje donde la verdad aunque fuera inestable, entibió al más cruel de los vértigos de todo el país.

Y hacia el norte puneño, la nieve era realidad en la demostración de que frío había llegado.

Y ya en el sur, el frío polar viajaba con la niebla contorneando las sierras cordobesas para cubrirlas con su manto de cristal fino hasta besar el mar miramarense, tiznado entre humedad y arena reinante, como si el invierno acudiera justo a tiempo al llamado de quienes lo extrañaban demasiado.

Y en el suelo patagónico, la nieve dejó a los niños jugar con muñecos gigantes hasta llegar al mismísimo fin del mundo ushuaiense y multiplicar las tazas de chocolate espeso para acompañar los copitos.

La bienvenida al invierno en el país fue la representación del universo que desplegaba un concierto en circuitos diagonales y paralelos de nieve.

ALTAS CUMBRES CORDOBESAS | LA BELLEZA DE UN PAISAJE ÚNICO EN EL CENTRO DEL PAÍS.

El plano esta vez sin bordes, era excepcional en cualquier punto del país. La protagonista, era la nieve que en realidad, lo era todo. En cada rincón de la bendita tierra, siguieron asomando los brotes que aún se resisten a cubrirse por completo para conservar su color.

En Yala y alrededores, los pájaros eran la banda sonora de un acto único; cuyo graznido cobraba fuerza, su aleteo, presencia y el vuelo acrobático, la maravilla presta a ser admirada. Se hacía sentir el vestigio de un futuro distante, postal movilizadora del ave kamikaze preparada para quebrar la quietud de un agua adormecida, allí donde el límite nunca había sido marcado.

Mientras el agua nieve se hizo notar en paisajes urbanos, pero más incrustada estaba en la hierba agreste de campo abierto.

El capricho del clima trajo consigo una el frescor junto a una secuencia que proponía la coreografía de pájaros danzantes inmersos en el movimiento.

Los cristales de nieve fueron inspiración para este paisaje que fue sorpresa nívea en la mirada en todos los argentinos.

Y acaso la mayor paradoja de una estación que renace nuevamente para jugar con una intensidad de sensaciones, sólo para ser resguardada en el cofre de las buenas memorias.

 

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