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23 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Abrazar lo nuevo sin llegar a perder nuestra esencia

Viernes, 06 de junio de 2025 22:59
EL PRIMER PERIÓDICO ARGENTINO | MARIANO MORENO FUE SU IMPULSOR.

Si hoy nos preguntaran hacia dónde se dirige el periodismo, es muy probable que la respuesta más honesta sea: "no lo sabemos". La velocidad de los cambios tecnológicos y la constante evolución de las plataformas hacen que predecir el futuro sea una tarea casi imposible. Sin embargo, lo que sí sabemos con certeza, es que mientras el periodismo conserve su esencia de servicio a la comunidad y entienda la responsabilidad de su impacto en la construcción de una sociedad democrática, estaremos en el camino correcto.

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Si hoy nos preguntaran hacia dónde se dirige el periodismo, es muy probable que la respuesta más honesta sea: "no lo sabemos". La velocidad de los cambios tecnológicos y la constante evolución de las plataformas hacen que predecir el futuro sea una tarea casi imposible. Sin embargo, lo que sí sabemos con certeza, es que mientras el periodismo conserve su esencia de servicio a la comunidad y entienda la responsabilidad de su impacto en la construcción de una sociedad democrática, estaremos en el camino correcto.

Para comprender la raíz profunda de nuestra labor y su esencia, es fundamental recordar los inicios de lo que podríamos considerar el periodismo en nuestra nación. El 7 de junio de 1810, apareció el primer número de la Gazeta de Buenos Ayres. Su creación, impulsada por la Primera Junta de Gobierno, tuvo en Mariano Moreno a su principal ideólogo y redactor. Moreno, un ferviente patriota y brillante orador, que comprendió la necesidad vital de un órgano de prensa para informar a la población sobre los actos de gobierno y, fundamentalmente, para inculcar las ideas revolucionarias de soberanía. Era la voz de una nueva nación en ciernes.

El lema de la Gazeta de Buenos Ayres, fue una frase del historiador y político romano Tácito, resonaba con una potencia inmensa en aquellos tiempos convulsos: "Rara felicidad la de los tiempos en que pensar lo que se quiere y decir lo que se siente, está permitido".

Esta poderosa declaración no solo reflejaba la importancia de la libertad de expresión, sino también la aspiración de una sociedad donde el gobierno permitiera a los ciudadanos expresar sus opiniones sin temor a la censura. Mientras este principio fundacional, el derecho a la información y a la libre expresión, siga siendo la premisa siempre estaremos por buen camino.

Por eso, en lugar de mirar lo que viene como una amenaza constante, es imperioso que abracemos la necesidad de darle la bienvenida a lo nuevo. La era digital, con sus desafíos y oportunidades ya nos pasó por encima y a diario nos invita a una transformación profunda. El periodismo digital es una realidad consolidada que nos exige flexibilidad, adaptabilidad y una curiosidad insaciable.

Las nuevas plataformas, las redes sociales, la inteligencia artificial y la inmersión de la realidad virtual son solo algunas de las innovaciones que están redefiniendo nuestro campo. Lejos de temerles, debemos integrarlas, aprender de ellas y aprovecharlas para potenciar nuestro alcance y la calidad de nuestra información. Es una oportunidad para conectar con audiencias de maneras que antes eran inimaginables, para contar historias con formatos más ricos y atractivos, y para generar un diálogo más profundo y horizontal con nuestros lectores, oyentes y televidentes.

En este paisaje cambiante, la tarea esencial del periodista se vuelve aún más crucial: discernir y separar lo verdadero de lo nocivo. En un mundo donde la desinformación y las "noticias falsas" pueden propagarse a una velocidad vertiginosa, el periodista se erige como el filtro entre el ruido y la información verificada. Esta labor de curaduría, de análisis crítico y de contextualización es más valiosa que nunca.

El periodismo digital no es solo una cuestión de tecnología; es la voluntad de experimentar, de aprender, de desaprender y de volver a aprender. Es la capacidad de adaptarse a nuevas narrativas, de interactuar con las audiencias de formas innovadoras, ser más ágiles, más creativos y más conectados, sin renunciar a la responsabilidad de informar con veracidad.

 

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