Amar el océano en todas sus dimensiones es una aventura que pocas personas se animan a experimentar. Es que sólo quienes viven en aquellos lugares, pueden tener el honor de conectarse con la fuerza natural que coexiste con el hábitat terrestre en el planeta.
Uno de los lugares más magnéticos por excelencia, es la Polinesia Francesa, este manojo encantador de islas que conforman una colectividad gala en ultramar e incluye más de un centenar en el Pacífico Sur. Allí, sus playas se constituyen en una invitación inevitable al paraíso terrenal donde abundan las postales maravillosas entre arenas de colores, montañas verdeadas y altísimas cascadas.
Mo'orea -cuyo nombre significa "lagarto dorado"- es una de las islas en la que la fauna y la flora deslumbran la mirada de sus visitantes.
Y es aquí también donde se encuentra Joaquín Fregoni, un joven fotógrafo jujeño que despliega su labor con una pasión desbordante en Oceanía. "Siempre me gustó el mar, el agua y como me formé en fotografía, quise unir mis dos emociones", expresó este artista de la imagen que bucea y descubre el universo submarino de una manera única. Con la convicción de capturar el mundo mediante una cámara, este profesional asumió el desafío de lanzar su carrera como fotógrafo bajo el agua en un entorno de película. Y hace seis años, con la esperanza puesta en todo momento, comprendió que estaba en su casa, ya que eligió Mo'orea para abrazar el encuentro con lo acuático y con los seres que habitan allí. "El amor a distancia y la idea de querer instalarnos en otro lugar que no fuera ni Argentina, ni Francia; hizo que con mi novia viajemos a esta isla. En pocas semanas supe que quería pasar el mayor tiempo posible aquí", dijo.
Rodeado de magia pura y natural, el fotógrafo exploró su nuevo mundo y afinó su lente para enfocar con cariño a ballenas, delfines y tiburones. La experiencia fue espectacular y el entusiasmo por alcanzar nuevos sueños sólo fue superado por las miles de postales que una a una manifiestan su amor por tan especial trabajo. Después de observar con atención las maravillas de Mo'orea y de otras islas de Polinesia, mejoró su francés para seguir en el camino del crecimiento; mientras disfrutaba de una gastronomía diferente. "Aquí todo es a base de pescado", reveló quien al vivir en una isla no se acostumbra a la rutina y tiene que salir -de vez en cuando- para analizar nuevas posibilidades. Siguió perfeccionando su arte a través de una vocación que para él es soñada; la fotografía submarina.
Gracias a una infancia en tierra jujeña de la que guarda sus más lindos recuerdos en la Escuela 12 "Bernardo Monteagudo" y su adolescencia en el Colegio 1 "Teodoro Sánchez de Bustamante"; se formó, además, en la Universidad de Córdoba; donde aprendió a valorar cada oportunidad para evolucionar como ser humano.
No obstante, la vida lo sorprendió con viajes por diferentes países antes de llegar a este presente. Así, conoce Estados Unidos, el sudeste asiático, Francia e Italia, entre otros más.
Sus días y noches los pasa fotografiando la vida del océano y siendo parte del mismo con alegría absoluta en su corazón, ya que coordina tours y guía a viajeros - visitantes que deseen experimentar por sí mismos, la cercanía a los seres majestuosos que reinan bajo el agua; gracias a que dirige Moorea Dark Waters, la empresa de snorkel nocturno que fundó hace cinco años.
"Las montañas verdes, el océano, tomar fotografías, lo es todo para mí", afirmó quien con cuarenta y dos años, cumple la misión de sus sueños. La vida salvaje vista desde su lente es poesía. "Fue una experiencia de alto impacto el primer encuentro con las ballenas. A veces las llego a tocar en su mismo hábitat y es hermoso", afirmó Fregoni quien para tomar imágenes bucea junto a las ballenas jorobadas que nadan con sus ballenatos en aguas tranquilas, de julio a noviembre. "Una vez fotografié a una ballena con la mandíbula quebrada por la colisión de un barco; también a una manta raya que nombré 'Perla Negra'", afirmó con el orgullo propio de disfrutar de su labor. Es que tal es así que a su admiración por los cetáceos, la brinda en dos libros donde expone una deslumbrante forma de contemplarlos como fascinantes seres.