El verano es una temporada ideal para disfrutar del aire libre, pero también es crucial cuidar la piel debido a los daños que la exposición al sol puede causar, tanto a corto como a largo plazo.
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El verano es una temporada ideal para disfrutar del aire libre, pero también es crucial cuidar la piel debido a los daños que la exposición al sol puede causar, tanto a corto como a largo plazo.
Además del sol, las lámparas solares y las camas de bronceado también emiten radiación UV, que puede provocar envejecimiento prematuro y cáncer de piel. Según la OMS, en Argentina, el 52,8% de los melanomas se deben a la exposición UV. Se espera un aumento de melanomas y no melanomas para 2030.
El melanoma puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, especialmente en áreas expuestas al sol o en lunares. Es fundamental proteger la piel todos los días, incluso en días nublados o cuando estamos en el agua, ya que los rayos UV atraviesan las nubes y el agua. La exposición al sol puede tener efectos dañinos a corto y largo plazo, por lo que es esencial adoptar medidas preventivas para cuidar nuestra salud dermatológica.
Es importante proteger la piel del sol, incluso en días nublados. Las radiaciones ultravioletas (UV) del sol no se detienen con las nubes.
Al elegir un protector solar, es importante tener en cuenta varios factores:
- FPS (Factor de Protección Solar): Se recomienda un FPS de 30 o superior, preferiblemente 50, para garantizar una mayor protección.
- Tipo de piel: Las personas con piel más clara o sensible deben optar por protectores solares con mayor protección.
En cuanto a su aplicación, debe hacerse de manera uniforme antes de la exposición al sol y renovarse cada dos horas, o después de nadar o sudar.
Uno de los errores más comunes es aplicarse el protector solar solo una vez antes de la exposición y no volver a aplicarlo. Además, algunas personas dejan zonas de la piel sin proteger, lo que aumenta el riesgo de quemaduras solares. Es fundamental aplicar el protector de manera homogénea y con la frecuencia adecuada.
En el mismo sentido, si vas a estar al aire libre durante períodos prolongados, es recomendable:
- Usar ropa de manga larga y pantalones largos, preferiblemente de colores claros.
- Protegerse con sombreros o gorros.
- Evitar la exposición solar entre las 10:00 y las 16:00 horas, cuando los rayos UV son más intensos.
- Aplicar protector solar adecuado en todas las áreas expuestas, incluso en zonas que a menudo se olvidan, como las orejas o los pies.
- Consultar regularmente con un dermatólogo, especialmente si se tienen antecedentes de enfermedades cutáneas o piel sensible.
Las personas con piel sensible o antecedentes de enfermedades cutáneas deben seguir las recomendaciones de protección solar y realizar consultas periódicas con un dermatólogo, al menos una vez al año. Estas consultas son clave para detectar lesiones sospechosas y prevenir problemas graves como el cáncer de piel. Un chequeo anual es esencial para mantener la salud de la piel a largo plazo.