Este viaje la llevó primero por, Monterrey, México, para el Seminario de Fladem (Foro Latinoamericano de Educación Musical) y por la Convención de Flautas de ese país.
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Este viaje la llevó primero por, Monterrey, México, para el Seminario de Fladem (Foro Latinoamericano de Educación Musical) y por la Convención de Flautas de ese país.
Ahora está en Estados Unidos, donde en Nueva York y Atlanta, presentará con sus compañeros del Método Suzuki, una conferencia y un concierto. La conferencia se titula "Pedagogía de la flauta en las Américas" y para esto fueron especialmente seleccionados por NFA (Asociación Nacional de Flauta) de Estados Unidos. La entidad se formó en 1972, con la finalidad de generar un espacio común para el intercambio de ideas e inspiración entre flautistas.
Muy emocionada, antes de viajar, Barraza le anticipó a El Tribuno de Jujuy, que, en el marco de la convención en Estados Unidos, "vamos a estrenar la obra 'Misachico de Cangrejillos' del maestro Ricardo Vilca". Teniendo en cuenta la temática de la conferencia, sobre pedagogía en las Américas, los profesores llevan sus repertorios de Paraguay, Ecuador y Argentina. Su música será ejecutada por los profesores del equipo Suzuki y los flautistas asistentes a la convención.
La convención se realiza entre el 7 y el 10 de agosto próximos.
¿Cuáles son las actividades en cada estación de esta gira?
Las actividades consisten, primero en asistir al XXIX Seminario Latinoamericano de Educación Musical organizado por Fladem, en la ciudad de Monterrey, México. La segunda actividad fue la Primer Convención de Flautas, en la ciudad de Jalapa de Veracruz.
Luego participaré de la 53º Convención Anual de Flautistas que organiza la NFA de Estados Unidos.
Fundamentalmente mi participación como presidenta de la sección argentina del Fladem, es poder llevar las experiencias, y de algún modo, la actualidad de las pedagogías musicales de los diferentes países, y cómo de algún modo, estamos favoreciendo este proceso de humanización, de respeto y de rescate hacia la tradición oral de las músicas de los países, equilibrando con los procesos investigativos. Muchas veces los seminarios de formación están fuertemente enfocados en el aspecto investigativo, más técnico. El Fladem en cambio es un espacio de vivencias, de musicalización y de reconocimiento de cómo se trabaja dentro de cada región.
Hay instancias de formación e intercambio, pero también de docencia...
Las instancias de intercambio, desde el Fladem, tiene que ver con encontrarnos con los presidentes de las secciones nacionales de Costa Rica, Puerto Rico, México, Brasil, Guatemala, Chile. Nos juntamos para hacer talleres formativos y de intercambio de experiencias sobre las pedagogías musicales latinoamericanas que promovemos en los nuestros países de pertenencia. Esto posibilita conocernos y reconocernos hacia adentro de los países, en qué momento estamos cada uno y cómo promovemos los procesos de musicalización en las aulas de nuestros países.
Cuál es la importancia de tu participación en cada una.
Previamente a la convención, tendré la oportunidad de encontrarme con algunas colegas Sukuki que viven en Nueva York, y tendrá la oportunidad de intercambiar la música jujeña y de la región. Esto, con una "teacher", Wendy Starn, de Juilliard Schooll. Con ella voy a compartir mi repertorio y mis clases, y ella generosamente me abre las puertas de su estudio.
¿Cuál es tu compromiso y experiencia con el Método Suzuki, y de qué se trata?
Yo conocí al Método en 2007, cuando participé del Primer Festival Suzuki que se hizo en Buenos Aires, y la verdad siento que me cambió la mirada de la pedagogía del instrumento. Descubrí una nueva manera de enseñar el instrumento. La mirada está fuertemente comprometida con la humanidad y el reconocimiento que se aprende a tocar desde la naturalidad. La música es un lenguaje, como el lenguaje materno, y no implica trabajar solamente con los virtuosos o los que tuvieran facilidad, sino que nuestra apuesta era generar confianza, musicalizar a los niños, y acompañar ese proceso, en un triángulo que comprende la familia, los profesores y el niño. Yo lo empecé a trabajar en la Orquesta de Maimará, donde daba clases en ese momento. Con el tiempo me seguí formando porque el método tiene diferentes niveles que están organizados en libros, y los maestros nos vamos formando en la filosofía y en el aprendizaje del repertorio.
La importancia que tiene presentar esta conferencia en la FNA es poder mostrar cómo desde cada país (Ecuador, Argentina, Paraguay, Brasil) fuimos adaptando el método con las canciones y ritmos populares de nuestros países, porque si bien, tiene canciones seleccionadas, nosotros fuimos generando ese aprendizaje desde nuestras propias canciones en nuestros lugares.
Vas con la música de Ricardo Vilca...
Lo más importante que quiero destacar es que vamos a estrenar en esa convención, "Misachico de Cangrejillos", composición de Ricardo Vilca que fue interpretada en los festivales de Paraguay, San Martín de los Andes, Neuquén, en la conferencia de Suzuki en Mineápolis, etc, por todos los ensambles de flautas de niños de esos lugares.
Yo, particularmente feliz de poder llevar la música popular jujeña y especialmente la música de Ricardo Vilca, a estos espacios, valorizando nuestra cultura.
Todas las facetas de su profesión la llevan a tocar, enseñar e investigar
Los inicios musicales de Fabiana fueron en la infancia. “Yo asistí a la Escuela Superior de Música (en ese momento se llamaba Conservatorio de Música) desde los 8 años. Hice todo mi trayecto formándome como maestra de música especializada en piano”, cuenta. Más tarde eligió la flauta traversa, como instrumento en el que quería formarse. Fue a la Escuela Superior de Música de Salta, y tuvo grandes maestros como Cecilia Ulloque, Julio Quinteros, y también se formó en los Campings Musicales de Verano, en las sierras de Córdoba, con Lars Nilsson, entre otros.
Formó parte de grupos folclóricos como Jujeños, con compañeros de la escuela, al principio, y cuando empezó a estudiar faluta se unió a un grupo de rock. Más adelante comenzó a dedicarse más a la música popular. “En este momento transito entre los dos mundos, la música popular y la música clásica”, comenta, “y estoy dirigiendo el Flautazo, que es un ensamble de flauta traversa, que creé hace 13 años”. Elige hacer música latinoamericana, “la que tiene que ver con mirarme más allá de ser jujeña, me gusta tocar joropos venezolanos, candombe, lloros brasileños...”, dice. Cuenta que también compone coplas, porque lo heredó de su abuela.
“En ese mundo puedo potenciar lo que quiero decir, a través de esos cuatro versos, en un contrapunto y sobre todo con situaciones que me atraviesan fuertemente como vivir lo que fue en su momento el proceso (militar), el feminismo, etc, y decirlo a través de las coplas. Ese es mi lugar más rico creativo. Las coplas son patrimonio del pueblo, además. la otra vez, me escribieron de la Red de Músicas para pedirme unas coplas para el 8M, y eso me gratifica”.
Grabaciones
Hace algunos años sacó su disco “Andariega”, donde “resume tanto el tránsito de la música de cámara, con un trío de flauta, guitarra y violoncelo, con obras de Ricardo Vilca para esa formación; y también lo que viví en el grupo Jujeños, con arreglos de música folclórica latinoamericana en proyección”, explica. También participó de un disco de Marcos Rodríguez, de otro de la Orquesta Sinfónica Jujuy, en una grabación de Bacha Bohuid, etc. “Ahora estoy pensando en grabar singles, siguiendo el modo de escucha de la actualidad”, adelanta.
Docencia e investigación
Está muy comprometida con su faceta docente, y con su faceta de investigadora, lo que habla de un profundo compromiso con la música, más allá del escenario. Fue docente de nivel secundario por muchos años, y luego se fue mudando a la Escuela de Música, donde actualmente está a cargo de tres cátedras del nivel terciario. “Mi compromiso con la educación musical es muy fuerte, por eso estoy acá (México y Estados Unidos), porque el intercambio de experiencias es lo que te va fortaleciendo para crear y recrearte en el aula cada día, mirando, observando, escuchando a tus estudiantes, entendiendo que todos son diferentes. Son seres con diferentes escuchas y herencias familiares sonoras que deben ser recobradas para seguir formándose”.
“Luego de 32 años de carrera, entiendo que atravesamos un proceso en el cual empezamos a devolver todo lo que aprendimos y eso se tiene que traducir en investigaciones, en escritos”, entiende. “Yo abracé fuertemente la investigación en arte, y estoy terminando de organizar ese proceso de enseñanza de la flauta traversa desde la mirada de los ritmos latinoamericanos, en diferentes investigaciones y ponencias que presenté en distintos lugares como Río de Janeiro el año pasado. Me gustaría que tome forma y quede como material de consulta para los estudiantes de pedagogía en instrumento.
Es importante que los artistas dejemos escritos, porque más allá de estar en el escenario, serlo implica el compromiso para con los que vienen. Dejar referencias sonoras”.