A los 15 años subió a un cuadrilátero y cambió su vida. Es que abrazó al boxeo con pasión y fuerza, siendo primero púgil, después entrenador y finalmente promotor nacional. Ahora, a los 79 años, su salud lo obligó a realizar un impasse, pero no por mucho tiempo. Ya se lo pudo ver dando vueltas en Sociedad de Tiro y Gimnasia de San Pedro de Jujuy, club que ama. Más de seis décadas allí, hacen que sea un segundo hogar con todas las letras.
Alfonso "Cogote" Irigoytía es sinónimo de boxeo en la provincia y en charla mano a mano con El Tribuno de Jujuy nos cuenta su historia.
En Formosa, en categoría gallo, debutó ante José Chaile, siendo una de las peleas de semifondo de "Pascualito" Pérez vs Hugo Villarroel. Pérez, vale recordar, fue el primer campeón mundial que tuvo Argentina.
En aquellos años era pupilo de Ramón Pablo Domenech y Ventura Guamacho. "Hice sólo 14 peleas profesionales", recordó. Pero el destino estaba marcado: iba a seguir ligado a este deporte para siempre. Junto a Domenech, en club Tiro, llegaron a entrenar veinte boxeadores rentados, que vivían en hoteles y residencias de la ciudad ramaleña. Entre ellos estuvo Valeriano Nuñez, quien emigró a Buenos Aires y de allí a Europa, donde fue campeón en Italia.
Cuando "Gorila" Domenech murió, la entidad "loba" decidió darle el manejo de la escuela de boxeo a Irigoytía, que sumó a Roberto España y José Chaile como colaboradores. Y fueron muchos quienes pasaron por allí.
"Entrené a José Eugenio Romero, Lorenzo García, Osvaldo López, "Chimil" Mariscal, "Toro" Farfán. Y también a chicas. Además fui el primero en concretar un campeonato de boxeo barrial para mujeres y me lleno de orgullo al recordar, allá a mediados de los '60", resaltó el popular "Cogote".
Con Lorenzo García viajó a Francia a pelear por el título del mundo, experiencia inolvidable para él.
"Por supuesto que el boxeo es una salida, porque si andan bien, hay que hacerlos profesionales. Carlos Monzón salió de la pobreza extrema, al igual que José María Gatica. Son algunos de los ejemplos. Eso sí, los chicos tienen que entrenar para bancarse un combate, tener vida sana al mismo tiempo porque cada seis meses deben hacerse una revisión médica completa", arengó.
Irigoytía también consideró que "el boxeo es lo más esencial en mi vida. La preparación para esta actividad es diferente a cualquier otro deporte. Es un arte y el mejor ejemplo fue Ray Sugar Leonard, que pegaba y no se dejaba pegar. Toda una virtud. Ahora es diferente, se golpean mucho y no importa nada". También aclaró que no se trata de una disciplina violenta, sino exigente y dura. "La Federación Argentina pide equivalencias entre los chicos que comienzan y también los combates se concretan de acuerdo a contrincantes de mismo peso", cerró.