A su vez, sin perjuicio de la presunción relativa de veracidad que goza el informe arbitral, el Club invocó el art. 38 del Código Disciplinario y aportó elementos que -a su entender- podrían contribuir a su revisión (informe policial y constatación notarial sobre accesos y custodia), solicitando su valoración conjunta. En esta línea, señaló que una ante una eventual disonancia entre la denuncia penal y el informe elevado a la AFA en lo referente a la modalidad de retiro de la terna y al presunto ingreso de terceros al vestuario, aquellos extremos, por su entidad, exigen un estándar reforzado de corroboración antes de derivar en consecuencias deportivas de intensidad excepcional. Por otro lado, respecto de las conductas atribuidas a dirigentes, el Club afirmó que ni el Presidente ni el Secretario General habrían ingresado sin autorización ni proferido amenazas. Precisa que el Secretario General permaneció en dependencia contigua junto a testigos identificados. Por su parte, refiere que el ingreso del Presidente obedeció a un requerimiento del propio árbitro, circunstancia que ofreció acreditar con prueba testimonial.
Por otra parte, el club ofreció alternativas para terminar el partido.
La acusación
El polémico árbitro Lucas Comesaña, en su informe, puntualmente apunta al secretario del club, Leandro Meyer. "Ingresamos al vestuario, cerramos la puerta y en un breve instante, ingresa prepotentemente sin permiso, diciéndome de manera amenazante: hicimos una denuncia por discriminación infantil... Me dice que salgan a dirigir bien, porque de acá no se van, los meto a los cuatro presos y los dejo tres días detenidos". Y acusa al presidente Walter Morales, a través de dichos del inspector de AFA, Gustavo Licursi, que "me insultó durante el PT, realizando gestos, contra cada decisión arbitral y cuando hace el gol Gimnasia, grita a viva voz: Le hicimos el gol a Madryn y a los árbitros".