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26 de Julio,  Jujuy, Argentina
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La abrapampeña que hace del tejido un oficio que ama

La vida no sería lo mismo para Demetria Salva, sin hilar, ni tejer a dos o a cinco agujas, piezas con lana de llama.
Viernes, 25 de julio de 2025 00:00
DEMETRIA SALVA | EXPONE SUS CREACIONES, LLAVEROS DE LLAMAS EN MINIATURA, PONCHOS, TULMAS, GUANTES Y CHALECOS, TODO EN LANA DE LLAMA.

Junto a la habilidad, el diseño y el entusiasmo de guiarse casi sin mirar, la maestría de sus manos lleva incluido el movimiento trazado por un saber heredado que se expresa intacto en el entramado de un tejido originado para perdurar.

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Junto a la habilidad, el diseño y el entusiasmo de guiarse casi sin mirar, la maestría de sus manos lleva incluido el movimiento trazado por un saber heredado que se expresa intacto en el entramado de un tejido originado para perdurar.

Demetria Salva lo supo sesenta años atrás, cuando por primera vez, en su niñez se dispuso a trabajar delicadamente en el hilado, para luego, explorar el arte de la textura en lana de llama.

Surgieron sus primeras obras mediante una labor dedicada, cuya compañía sería incondicional a lo largo de sus setenta y tres años de vida.

Ávida por compartir este talento, ofreció una muestra gentil de ese vaivén casi coreográfico a dos agujas que logran piezas para todas las edades. Es que aprendió el oficio gracias a su madre, quien le dio las primeras directivas en la enseñanza dentro de su Abra Pampa natal; Demetria siempre se sintió cómoda en este trabajo que le brindó múltiples satisfacciones.

Cuando tuvo a sus hijos, maternó con amor y los abrigó con indumentaria que ella misma les hacía artesanalmente. "Hacía ropa para ellos y para mí, cuando me pedían de otro lado, sólo por encargo. Después como veían mi trabajo me invitaban a las ferias, así fui a Tucumán y Córdoba", reveló esta tejedora que cuenta con chalecos, sweaters, medias, guantes y polainas en lana del hermoso camélido.

"Lo que más me gusta tejer son chalecos, medias y guantes, después de todo. Tejo llamas de llavero y es todo a mano. Primero hago el hilado a puisca que tiene una identidad especial", reveló.

Los elegidos por Salva, son los colores naturales que marcan las tonalidades propias de la tierra y los que le entusiasma porque son autóctonos, aquellos provenientes de los animales. "Este año voy a intentar teñir con yuyos, voy a hacer la prueba", destacó.

Las prendas de tejido de llama tienen por característica su calidez y más cuando son trabajadas con cariño genuino porque es una tarea a mano.

"Hago trabajos por encargo, por ejemplo el de color lila, que es con hilo no con lana. Pero lo que me gusta son los colores de la naturaleza, mayormente naturales, que son muy lindos", expresó la tejedora puneña que encuentra en este oficio una salida laboral con amplias posibilidades. Recordó que hacía los conjuntos para sus niños con una dedicación plena para que les quede justo y que el frío no les llegue.

Con la simpatía como impronta personal, halla en esta labor una oportunidad que se abre para conocer a más personas y al intercambio de ideas y de trabajos.

Nacida en el corazón de la Puna, vivió en Mina Pirquitas, hasta que se cerró. "Yo era personal de servicio de la Escuela 103 de Coyahuaima. Cuando trabajaba allí, en los tiempos libres ya comenzaba a tejer y los maestros me veían. Me encargaban chalecos y buzos, también guantes. Siempre gracias a Dios tejía, yo creo que si no lo hago me sentiría mal porque es mi vida tejer", contó.

Su presente se centraliza en el tejer para seguir disfrutando y compartiendo este saber, que encuentra como lo más perfecto que sus manos pueden hacer.

"Algunos puntos lo saco de internet mirando", dijo esta mujer creativa que no tardó en aconsejar a las nuevas generaciones a realizar esta actividad porque es un hermoso saber.

 

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