Como era fácil imaginar, el tema de la condena y prisión domiciliaria de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner y todos los capítulos subsiguientes, de una saga que continuará, va diluyéndose de a poco. La centralidad política de la expresidente hoy está focalizada casi exclusivamente en los dos hitos electorales que captan la totalidad de su atención: el de Provincia de Buenos Aires en septiembre, (el 7 de Agosto en la provincia más grande del país, deberán cerrarse las alianzas y el 17 vencerá el plazo para presentar listas de candidatos), y el nacional de Octubre. De los resultados en esas contiendas dependerá en gran medida el futuro del convulsionado y aguerrido cuerpo del cristicamporismo, y del peronismo todo que hoy por hoy, convive aprisionado por aquel como una rémora, sin lograr recuperar y definir su independencia y su histórica hegemonía sobre el permanente juego de las internas. El presidente Javier Milei, en franco ejercicio de campaña, salió a atacar a los "kukas" en las figuras del "soviético" Axel Kicillof, de Cristina y de Máximo: del gobernador espera tenerlo en el ring, sabedor de los duros cuestionamientos internas que soporta y que reducen su capacidad de contragolpear; de la señora quiere seguir ordeñando sus derrotas judiciales y de su hijo, empujarlo cada día más a un desprestigio ya visible. Con eso Milei, pretende alejar del centro de gravedad las discusiones sobre salarios y jubilaciones y los nuevos preocupantes síntomas que aparecen acerca de la situación económica nacional. Desde Jujuy, sin poder mover piezas en el candente tablero nacional, la clase política se limita a observar y esperar, mientras también comienza a sentir la comezón de la proximidad de las elecciones, sin poder avanzar sobre ninguna clase de definición.
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Como era fácil imaginar, el tema de la condena y prisión domiciliaria de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner y todos los capítulos subsiguientes, de una saga que continuará, va diluyéndose de a poco. La centralidad política de la expresidente hoy está focalizada casi exclusivamente en los dos hitos electorales que captan la totalidad de su atención: el de Provincia de Buenos Aires en septiembre, (el 7 de Agosto en la provincia más grande del país, deberán cerrarse las alianzas y el 17 vencerá el plazo para presentar listas de candidatos), y el nacional de Octubre. De los resultados en esas contiendas dependerá en gran medida el futuro del convulsionado y aguerrido cuerpo del cristicamporismo, y del peronismo todo que hoy por hoy, convive aprisionado por aquel como una rémora, sin lograr recuperar y definir su independencia y su histórica hegemonía sobre el permanente juego de las internas. El presidente Javier Milei, en franco ejercicio de campaña, salió a atacar a los "kukas" en las figuras del "soviético" Axel Kicillof, de Cristina y de Máximo: del gobernador espera tenerlo en el ring, sabedor de los duros cuestionamientos internas que soporta y que reducen su capacidad de contragolpear; de la señora quiere seguir ordeñando sus derrotas judiciales y de su hijo, empujarlo cada día más a un desprestigio ya visible. Con eso Milei, pretende alejar del centro de gravedad las discusiones sobre salarios y jubilaciones y los nuevos preocupantes síntomas que aparecen acerca de la situación económica nacional. Desde Jujuy, sin poder mover piezas en el candente tablero nacional, la clase política se limita a observar y esperar, mientras también comienza a sentir la comezón de la proximidad de las elecciones, sin poder avanzar sobre ninguna clase de definición.
El Justicialismo nacional busca la unidad. Las últimas horas una mesa convocada por Máximo K reunió a segundones de los espacios principales, sin la presencia de Kicillof, de Massa, ni de Grabois. El resultado fue magro: lógicamente se aprobó como primer punto la defensa de CEFK, como segundo maduró un poco la idea de armar un frente que bajo el nombre de "Peronismo" intento por barrer debajo de la alfombra las innumerables expresiones internas que pugnan por hacerse notar o por no desaparecer. Y esperarán las decisiones de los congresos de los renovadores y del PJ para acometer el armado de listas. Más allá de estos datos para los partes de prensa se filtraron las preocupaciones de muchos referentes importantes, tras reconocer que Máximo K no retiene los votos de CEFK, que dentro del propio PJ hay quienes no lo bancan, y que con esas certezas no pueden arriesgarse a perder, en la Provincia, llevándolo como cabeza de listas, sólo para aprovechar el apellido. Difícil situación: nadie aparece con la musculatura ideal para llenar el enorme vacío que deja la inhabilitación de CEFK.
Otros datos, más difíciles de reconocer por los popes del PJ, son aquellos que indican que casi todas las acciones políticas del kirchnerismo, si bien fortalecen hacia adentro, generan hacia afuera un rechazo cada vez más visible: las permanentes provocaciones y los desafíos a los jueces, el negacionismo de la situación real de la jefa presa bajo el lema imposible que se mandó a instalar en el todo el país "Cristina libre", los centenares de mails de militantes pidiendo visitas a la líder detenida; la bravuconeada inconducente de algunos diputados y senadores de pretender derrumbar las reglas judiciales de la prisión domiciliaria generando visitas incontrolables a la señora Cristina amparadas por sus fueros parlamentarios; etc. etc. Pareciera que el PJ en su desorientación, insiste en recurrir a fórmulas viejas, gastadas y ya rechazadas. Ejemplos: los senadores de Buenos Aires votando a favor de su reelección indefinida, en una reñida votación empatada que terminó definiendo con su voto la vicegobernadora Verónica Magario en una decisión que rozó lo antirreglamentario, y que según dicen, sería el primer paso para avanzar por la reelección indefinida de los intendentes bonaerenses. Otro: de la persistencia en las antigüedades políticas fue el acto electoral de ayer en Formosa, donde Gildo Insfrán, con 57 lemas a su favor, lograría reinstalar su reelección (ya lleva ocho) que fue bloqueada por la Corte de Justicia, mediante una reforma constitucional. Todo muy antiguo. En el PJ nacional y provincial, muchos advierten que pareciera que en vez de modernizar ideas, métodos y nombres, todo confluye en un cierto esfuerzo por perder elecciones.
Ni lerdo ni perezoso, Javier Milei, cada vez menos outsider, aprovecha cada situación para capitalizar como en el 2023, todos los costados de la antipolítica, reflota el demonio de la "casta", sus vicios y sus pactos para la protección de intereses comunes, y redobla los ataques. Y las encuestas y sondeos, aparentemente le dan la razón. Con esa fuerza, vuelve a apretar a los gobernadores: "Hace un año, firmaron el Pacto de Mayo para reducir el gasto público a 25% del PBI, pero ninguno de ellos hizo el ajuste en su jurisdicción, faltándole el respeto a la sociedad que dicen representar", comentó, y se quejó porque "a la vez siguen con las quejas los mandatarios provinciales por la falta de fondos que les gira Nación". También reinstaló retenciones al campo, y avanza con la motosierra sobre la estructura del Estado. La polarización va camino a instalarse con toda su potencia. Los libertarios sacan pecho, los peronistas dudan de que refugiarse en las fórmulas del kirchnerismo les garantice recuperar momentos dorados. Los demás espacios políticos, sin respuestas, sin ideas, sin masa crítica que los sostengan, son espectadores de lujo de la escena nacional.