Transcurrió una semana de gran tensión en la Argentina. Obviamente, el desenlace de la Causa Vialidad, llevó al país a un estado de gran conmoción, atizado por la reacción de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner de aprovechar su condena para sostener la centralidad que le prolonga la vida y le permite mantener en sus manos el bastón de mando del peronismo. Al menos por un tiempo. De cómo se sucedieron los acontecimientos y cómo continuarán, será seguro de análisis y tratamiento informativo en los próximos días, meses y los años que restan a la expresidente para el cumplimiento de la pena impuesta. Lo cierto, lo real, es que más allá de este tremendo acontecimiento, el país y la provincia, deben seguir, evitar el shock y la parálisis momentánea, y reintegrarse paulatina pero rápidamente a la normalidad.
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Transcurrió una semana de gran tensión en la Argentina. Obviamente, el desenlace de la Causa Vialidad, llevó al país a un estado de gran conmoción, atizado por la reacción de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner de aprovechar su condena para sostener la centralidad que le prolonga la vida y le permite mantener en sus manos el bastón de mando del peronismo. Al menos por un tiempo. De cómo se sucedieron los acontecimientos y cómo continuarán, será seguro de análisis y tratamiento informativo en los próximos días, meses y los años que restan a la expresidente para el cumplimiento de la pena impuesta. Lo cierto, lo real, es que más allá de este tremendo acontecimiento, el país y la provincia, deben seguir, evitar el shock y la parálisis momentánea, y reintegrarse paulatina pero rápidamente a la normalidad.
La convulsión vivida el miércoles fue decantando. Los litigios que los abogados de CEFK sigan llevando adelante y las consiguientes respuestas desde la Justicia, serán tema de otra fuente cotidiana de información, y de cómo resolverá el Partido Justicialista el intríngulis en el que se encuentra sumido, también. Pero el país, necesita con urgencia no perder de vista el norte de la cotidiana "normalidad". Normalidad que no es tal, si se tiene en cuenta que están pendientes de resolverse y de la manera más urgente posible, las cuestiones de los jubilados, los discapacitados, la atención de la salud y la educación, el ascenso del desempleo y el cruce constante de los precios europeos con los sueldos africanos en nuestro país.
En Jujuy, las urgencias no son menores: las discusiones paritarias, las sempiternas quejas de los trabajadores de la salud y la educación, (la situación de Adep en el limbo que no reconoce antecedentes de ese calibre en la historia sindical provincial), las quejas de los municipales (que van al paro el miércoles) son algunas locales. Pero a nivel de las "ligas mayores" el gobierno de Jujuy deberá decidir cómo maniobra con el pedido de Milei y encarar la demorada reforma laboral y otras, que se viene en cuestión de horas, junto a otras de igual calibre todas emparentadas con el inminente proceso electoral de octubre.
Como se vio, a tres cuadras del multitudinario acto a favor de CEFK en Buenos Aires, la ciudad seguía con su ritmo habitual. Y el país, más de allá de adhesiones simultáneas, también continuó la actividad como un día normal. Porque más allá de las legítimas urgencias de la señora Cristina, su entorno y su partido, la vida continúa y se la debe respetar. "Vamos a volver" fue el lema que dejó la gigantesca movilización del PJ. Y como expresión de deseos y como derechos inalienables, están muy bien. Pero hasta tanto, el otro lema es: vamos a seguir, como podamos, de la mejor manera.
