El prestigioso entrenador de fútbol Coco Basile, no habrá imaginado nunca que la frase que no es de su autoría, pero que él institucionalizó acosado por los periodistas tras dejar la dirección de la Selección nacional en el 2008 tendría hoy tanta vigencia: "Silenzio stampa". La frase de origen italiano, se usa precisamente cuando después de que pasó o antes de que pase algo muy importante, las personas interesadas en el hecho no exponen su opinión ante los periodistas. La "stampa" en italiano es la prensa, y entonces "silenzio stampa" significa no comunicar con los periodistas. Es como decir "no comment". Es precisamente lo que por estas horas, los dirigentes y los apoderados de los partidos políticos y los frentes repiten, tratando de cuidar un secreto que mañana se volverá moneda corriente, y quizás hasta inmediatamente comience a devaluarse. Se trata de preservar las listas de candidatos, lo que da a entender que siempre dejan las decisiones finales, los arreglos (o desarreglos) para última hora. Visto así es perfectamente comprensible y lícito. Especialmente, si se tiene en cuenta que los votantes de hoy, serán más exigentes, más minuciosos al elegir, más demandantes de cambios serios, y aunque se siga votando con el arcaico sistema de las sábanas, donde los juegos de intercalar candidatos inesperados, filtrar indeseados, o manipular los titulares con los suplentes, entre otros más sofisticados, está al orden del día. Pero es claramente legal y forma parte de la cultura política que se resiste a dejar la escena. Entra en juego en estos precisos momentos, el otro valor importantísimo en el armado final: mantener la palabra empeñada, respetar los acuerdos previos, evitar traiciones en medio de los apurones, para que mañana a las 23.59, el resultado de los enjuagues, tenga un final feliz. ¿Esta vez será? Sería la primera vez...
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El prestigioso entrenador de fútbol Coco Basile, no habrá imaginado nunca que la frase que no es de su autoría, pero que él institucionalizó acosado por los periodistas tras dejar la dirección de la Selección nacional en el 2008 tendría hoy tanta vigencia: "Silenzio stampa". La frase de origen italiano, se usa precisamente cuando después de que pasó o antes de que pase algo muy importante, las personas interesadas en el hecho no exponen su opinión ante los periodistas. La "stampa" en italiano es la prensa, y entonces "silenzio stampa" significa no comunicar con los periodistas. Es como decir "no comment". Es precisamente lo que por estas horas, los dirigentes y los apoderados de los partidos políticos y los frentes repiten, tratando de cuidar un secreto que mañana se volverá moneda corriente, y quizás hasta inmediatamente comience a devaluarse. Se trata de preservar las listas de candidatos, lo que da a entender que siempre dejan las decisiones finales, los arreglos (o desarreglos) para última hora. Visto así es perfectamente comprensible y lícito. Especialmente, si se tiene en cuenta que los votantes de hoy, serán más exigentes, más minuciosos al elegir, más demandantes de cambios serios, y aunque se siga votando con el arcaico sistema de las sábanas, donde los juegos de intercalar candidatos inesperados, filtrar indeseados, o manipular los titulares con los suplentes, entre otros más sofisticados, está al orden del día. Pero es claramente legal y forma parte de la cultura política que se resiste a dejar la escena. Entra en juego en estos precisos momentos, el otro valor importantísimo en el armado final: mantener la palabra empeñada, respetar los acuerdos previos, evitar traiciones en medio de los apurones, para que mañana a las 23.59, el resultado de los enjuagues, tenga un final feliz. ¿Esta vez será? Sería la primera vez...
Del "Silenzio stampa, ninguno de los frentes y partidos de Jujuy se puede quejar. La prensa ha sido extremadamente prudente, y a pesar de los cientos de nombres que pueblan las versiones y las operaciones que especialmente pululan en el mundo digital, no se ha lanzado ninguno al ruedo, respetando el objetivo de no quemar dirigentes y respetando también el tremendo temor de las agrupaciones políticas a cometer un error con sus candidatos. Error que hoy, tal como está la expectativa de los votantes, puede significar cruzar el límite entre una supervivencia auspiciosa y el comienzo del ocaso.
La máxima ansiedad está del lado de los nuevos en el barrio: LLA. Los libertarios. Ezequiel Atauche y Manuel Quintar, armisticio mediante, se repartirán los lugares en las listas y prometen "participar en todos los distritos, con gente nueva de verdad". Afirman que hasta rechazaron atractivas propuestas de algunos saltadores de cerco con chapa preexistente, con tal de respetar esas propuestas.
Voces radicales del "Jujuy Crece" aseguran estar felices "porque en esta "época de empanadas", menú clásico de las jabonerías, detectamos gente que se arrima a pedir participar" muchos atraídos por la imagen del gobernador Carlitos Sadir, un distinto en medio de la política tradicional. Y confiesan que aunque les cueste mucho, de los 18 diputados que recambian, tratarán que un 70% no sean repetidores, haciendo lugar a nuevas caras. Les será difícil, habida cuenta que no sólo es decisión del comité provincia, sino también de resistir la legítima presión de los poderosos intendentes de su cuartel. Dudan de invitar a sus actos a referentes nacionales, que quizás les traerían más confusión que certezas.
El Justicialismo tiene lo suyo. Hasta el sábado a la noche, el primer trio de referentes Leila, Rubén y Guillermito más algunos reaparecidos, y la tutela de los interventores de Buenos Aires, van haciendo últimos retoques por la Provincia, y creen que en cada caso, "la fumata es blanca y si no nos equivocamos mucho, será una buena elección", decían. Pierden seis diputados y aspiran a reponerlos y sumar algunos más. Pero igual que los radicales, las referencias nacionales del PJ les ofrecen más conflictos que claridad, algo que en otros momentos era totalmente distinto.
La izquierda, prolija y ordenada, aunque va dividida siempre tiene la esperanza de cosechar disconformes, y también busca ofrecer caras nuevas aunque sus propuestas no se hayan remozado desde que el trío Vilca, Remy y Morales (Natalia) ganó espacio en la sociedad jujeña.
También en carrera el Frente Primero Jujuy del diputado Carlos Haquim, neoperonista/schiarettista; el Frente "Somos Más" de la senadora Carolina Moisés, el Frente Amplio de "los Dinguis", y otros, todos empeñados en romper el maleficio de 5% del padrón, para poder entrar en la conversación de los grandes y en el reparto de las bancas con más de 30 mil votos. Si alguna vez, la política de Jujuy quiere ser genuinamente democrática y plural, deberá modificar ese límite que un día, dos brillantes legisladores, (uno peronista y otro del viejo Movimiento Popular Jujeño) diseñaron para asegurarse el control de la Provincia y sacar de la cancha a los osados incipientes contrincantes. Pero el tiempo pasó y estas estructuras no pueden seguir desafiándolo sin caer en la baja calidad institucional.
En Jujuy 600 mil electores tendrán la palabra dentro de apenas 42 días. La fragmentación es evidente, casi grosera. De seis alianzas o frentes hace dos años, hoy aparecieron 11 y nada menos que 102 partidos presentados. Habrá colectoras, adhesiones y sumatorias a granel para resolver por 24 diputados y 288 legisladores municipales. Y todos deberán seducir a un electorado que hasta hoy, no se siente enfervorizado, ni entusiasmado, ni atraído como en otras épocas, lo que hace suponer una magra concurrencia a votar. El miércoles, a las 00.00, sobre los escritorios del Secretario del Tribunal Electoral Permanente, Alejandro Ezequiel Glück y sus colaboradores, caerán las propuestas electorales que luego los jujeños podrán conocer y analizar.
Así el panorama, volvemos al comienzo. Quedan horas para que se respeten las palabras dadas y los acuerdos delineados y para que llegue el final del "Silenzio stampa". Después hablarán los candidatos. Y después, las urnas. Después de ellas, sólo Dios sabe qué pasará en Jujuy.