Con la creatividad en sus manos y el talento desde un saber tradicional, ofrece su labor desde que se inició hace seis años en el oficio de carpintero.
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Con la creatividad en sus manos y el talento desde un saber tradicional, ofrece su labor desde que se inició hace seis años en el oficio de carpintero.
La imaginación, la habilidad y la voluntad se fusionan cada vez que Rodolfo Solórzano efectúa una tarea con la madera. Este concepto es el que busca cuando dicta clases y enseña el lindo oficio a sus alumnos de todas las edades.
Es que gracias a la capacidad de reciclar y de reutilizar materiales nobles como la madera, hace que el pallet cobre vida en una nueva funcionalidad.
"Inicialmente, la idea de enseñar a trabajar en la tarima o pallet surgió porque veía la necesidad que tenía la gente de trabajar y salir adelante. Muchos lo hacen por hobby también", expresó el carpintero que hace docencia de este oficio.
Concreta la elaboración de muebles a partir del pallet, primero desarmando y luego diseñando el modelo de la pieza a realizar.
Es que mediante la labor dedicada se puede abrir el abanico a miles de posibilidades. Al ser madera noble, genera una multiplicidad de trabajo.
Se pueden hacer sillas, juegos de living y mesadas; desplegando la imaginación sin límites.
"La madera es de pino o palo amarillo, es muy buena para trabajar. Incluso al pintarlas después, aguantan el sol y la lluvia si se quiere hacer un juego de muebles para el patio", explicó Solórzano.
La idea de enseñar con pocos elementos se suma a la experiencia de compartir; por lo que a la intuición se la ayuda con herramientas como la sierra de mano, el taladro, la amoladora y la caladora.
"Lo que veo es que entre mis alumnos en general se destacan las mujeres por su capacidad y sus ganas de aprender que me sorprenden. Ellas lo ven como salida laboral y además como terapia que las ayuda a mejorar en su vida", relató.
El pallet lleva un proceso especial en el que la rusticidad tiene un rol importante. "Al ser un mueble que se hace con pocos elementos, tiene la característica de ser diferente y único", dijo quien tiene la satisfacción de enseñar y ver nacer objetos creados por sus alumnos.
Seis años transcurrieron con la enseñanza de este oficio que le permitieron conocer a diferentes personas en los talleres que supo dictar con cariño.
"Me tocó conocer a gente mayor, jóvenes, adultos; de todo que les gusta esto del armado de muebles y que le encuentran una vuelta desde la manualidad porque prácticamente es todo manual", comentó Solórzano sobre el oficio que siente profundamente al crear un objeto diferente a lo que se puede presentar desde una fábrica.
Es que valora lo hecho a mano y que la construcción sea desde lo imaginado, algo que rescata como elemento valioso.
"Este trabajo les enseña a mis alumnos a ser autosuficientes, a encontrarle la solución al problema buscando la manera de aplicar el conocimiento", indicó el experto en carpintería que, en la actualidad, explica y propone sus saberes a personas de todas las edades que quieran comprender este modo de efectuar muebles, reversionando el ingenio y la creatividad; abaratando costos.