Los esfuerzos que entreteje con pragmatismo y paciencia, el gobernador Carlos Sadir, apremiado por la delicada situación económica jujeña, han encendido algunas luces de esperanza en la provincia. Así fue que Carlitos eligió el diálogo y lo definió con precisión: se anotó del lado de las provincias que eligieron ese trato con el gobierno de Javier Milei y definió: "Es el único rumbo para sacar a Jujuy y la Argentina adelante". Así atravesó importantes encuentros con los dos pesos pesados del Gobierno nacional: el jefe de Ministros Guillermo Francos, y el ministro de Economía Luis Caputo, el viernes, recibió en su despacho la visita del secretario general del Consejo Federal de Inversiones Ignacio Lamothe, portador de un auspicioso fondo de garantía para fomento de la producción local. De los tres encuentros casi inmediatamente se conocieron reconsideraciones acerca de la obra pública para Jujuy: lo que significaría una reactivación de la actividad y un intento de recomposición del empleo: volvería el ritmo de obra en la emblemática ruta 34, de vital importancia para Jujuy y para el tránsito nacional e internacional que nos atraviesa con destino al centro y sur del país y hacia los cruces internacionales a Bolivia, por Aguas Blancas o Salvador Mazza.
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Los esfuerzos que entreteje con pragmatismo y paciencia, el gobernador Carlos Sadir, apremiado por la delicada situación económica jujeña, han encendido algunas luces de esperanza en la provincia. Así fue que Carlitos eligió el diálogo y lo definió con precisión: se anotó del lado de las provincias que eligieron ese trato con el gobierno de Javier Milei y definió: "Es el único rumbo para sacar a Jujuy y la Argentina adelante". Así atravesó importantes encuentros con los dos pesos pesados del Gobierno nacional: el jefe de Ministros Guillermo Francos, y el ministro de Economía Luis Caputo, el viernes, recibió en su despacho la visita del secretario general del Consejo Federal de Inversiones Ignacio Lamothe, portador de un auspicioso fondo de garantía para fomento de la producción local. De los tres encuentros casi inmediatamente se conocieron reconsideraciones acerca de la obra pública para Jujuy: lo que significaría una reactivación de la actividad y un intento de recomposición del empleo: volvería el ritmo de obra en la emblemática ruta 34, de vital importancia para Jujuy y para el tránsito nacional e internacional que nos atraviesa con destino al centro y sur del país y hacia los cruces internacionales a Bolivia, por Aguas Blancas o Salvador Mazza.
De reactivarse esta obra, con más de cinco años de atrasos y paralización, quizás hasta se podría cumplir el sueño del exgobernador Gerardo Morales, que había imaginado que sin grandísimas erogaciones agregadas a la agenda de trabajo, se podría terminar la proyectada autopista desde el Aeropuerto Dr. Horacio Guzmán hasta su desembocadura en la ruta 34. Vale la pena seguir soñándolo, que por ahora es gratis, y mantiene vivo un proyecto imprescindible para la provincia. Otras posibilidades se encendieron: la obra pública llegaría también a hospitales, escuelas y municipios del interior jujeño, la mayoría con proyectos presentados y paralizados en la Nación. Y por supuesto, el primer beneficiario, el gremio de la construcción, Uocra, suma sus sueños de recuperar miles de puestos de trabajo.
Otro de los puntos tratados por Sadir tanto con Francos como con Caputo fue la necesidad de restablecer los subsidios al transporte de pasajeros del interior. No sólo para cerrar la odiosa asimetría con el tratamiento que se da al Amba y asegurar el transporte de corta y media distancia, sino porque la situación en Jujuy está volviendo insoportable el futuro inmediato de estudiantes que hasta hoy disfrutan del beneficio del Begu (Boleto Escolar Gratuito y Universal) vigente en San Salvador de Jujuy desde el 2013, y que se replicó en otras ciudades, y del Begup, de alcance provincial para los viajes interjurisdiccionales. Ambos beneficios hoy constituyen parte del esencial derecho a educar y educarse, de alumnos y docentes de todos los niveles. Laamentablemente, cayeron bajo el hachazo del famoso "no hay plata" (para algunos) y corre peligro de cortarse. De todos modos, hay dos herramientas que podrán sostenerlo: la primera asegurar el cumplimiento de la ordenanza 6432 y reglamentar la Ley 5.880, que determinan que este servicio se financiaría a través de un impuesto que se cobre a las casas de juegos de azar como casinos, bingos, tragamonedas, tómbola, etc. A cargo de cumplir la reglamentación estaría, naturalmente, el Inprojuy, ex Banco de Acción Social. La segunda es la voluntad política del gobernador Sadir y del vicegobernador Bernis que se manifestaron durante su charla con la prensa el viernes último en los actos del Día del Periodista: estar absolutamente dispuestos a batallar por la continuidad de Begu y Begup, para los casi cien mil usuarios de todo Jujuy.
A propósito, no sería bueno ni honesto que pasara desapercibida la actitud que tanto Carlitos como "Piqui", que hoy cumplen seis meses al frente del gobierno de Jujuy, manifiestan para con la prensa. Ambos exhiben un destacable respeto a la tarea de los periodistas y a la libertad de prensa, totalmente distanciada de la que todavía muestran algunos importantes funcionarios (a la sazón empleados de los jujeños), que montan en cólera con facilidad cuando algo publicado o comentado no les agrada, y se repiten en la arcaica y odiosa presión sobre los periodistas, cuando no dirigiéndose a los propietarios de los medios, exigiendo explicaciones o silencios, cuando no la "condigna amonestación" a los profesionales de prensa, que generalmente solo interpretan las necesidades de la gente.
Volviendo a la política y sus avatares, mientras algunos se esfuerzan por la conciliación y el diálogo, tanto las izquierdas, los justicialistas, los radicales, y otras fuerzas siguen encapsuladas en sus peleas parlamentarias de "alta política", están cada vez más lejos de mostrar coherencia en sus acciones, que signifiquen un respaldo sólido y urgente a la gravedad de los cuadros de provincias y municipios. Para este jueves se espera el dato de la inflación de mayo, y el miércoles la aprobación, o no, de la Ley Bases. Y en tanto, la competencia por destruir la imagen y el gobierno libertario arrecia sin piedad. Hasta recrudece en el país una escalada de expresiones peligrosísimas. Pablo Moyano dijo: "El miércoles veremos quiénes son héroes o traidores a la patria". Prestigiosos políticos y economistas (Grabois, Mayans, Cachanovsky), criticados por el Presidente, coincidieron en una especie de campaña para instalar que "Milei no está en condiciones psicológicas de conducir el gobierno". A este grupo se sumó el expresidente Alberto Fernández. El referente de organizaciones sociales Raúl Castells usó antiguas expresiones del "Che" Guevara: "Si ellos pueden, nos van a matar a nosotros y si nosotros podemos, los vamos a fusilar a ellos". Hasta en la Iglesia católica el desbarajuste crece: el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, montó un comedor popular en la nave central de la Catedral porteña, generando el rechazo de enormes porciones del clero y los laicos. La idea no es ni defender a Milei ni a sus atropellos y dislates, pero recuperar responsablemente el respeto por las instituciones y la voluntad popular. Y evitar encender las mechas de algunos polvorines que después nadie sabe, ni quiere ni puede apagar.
