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"Tengo la necesidad de imaginar"

El escritor y exdocente de Historia, estará el próximo 2 de mayo, firmando libros en el stand 124 del pabellón Azul de la 47º Feria Internacional del Libros de Buenos Aires, especialmente invitado por Sudestada. Se trata de la editorial que reeditó su novela “Hombres de mar”, publicada en 2012, que se agotó y estuvo varios años sin salir. El autor es platense radicado en Jujuy desde los ‘70.
Lunes, 24 de abril de 2023 01:01

Después de la segunda edición de "Hombres de mar", el año pasado, además, ganó el Premio Municipal organizado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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Después de la segunda edición de "Hombres de mar", el año pasado, además, ganó el Premio Municipal organizado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Es el segundo libro que publica con Sudestada. Hace unos años, había publicado "Machos, chinas y osacos", sobre la gente que trabajaba sobre todo en la Esperanza, cuenta.

¿Este libro es el que más trascendencia o reconocimiento ha tenido de sus obras?

Totalmente, porque antes, gané otros premios, pero más regionales. El primer libro que publiqué, de cuentos que se llamó "Antología para destruir", de 1987, y lo publicó un banco de Salta, porque era un premio para narradores de Salta, Catamarca y Jujuy. El segundo libro se llamó "Música de corderos" y lo publicó el Banco de Acción Social de Jujuy porque fue primer premio. Pero con esta novela, los premios fueron mucho más importantes. Por ejemplo, fui finalista en el Concurso Internacional de Novelas de Emecé, que me termina publicando. Después fue lo del año pasado, del Premio Municipal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

¿Cuál cree que sea el atractivo de esta novela?

Las últimas dos novelas que publiqué, "El reino inmóvil" y "Hombres de mar", transcurren en la Puna de Jujuy y en la Puna de Atacama, son historias muy interesantes, el medio, los personajes, para un público más urbano. Es un mundo completamente distintos, y tal vez eso sea el atractivo de la novela.

En el caso de "Hombres de mar" gira en torno a la construcción de una utopía, es una novela muy optimista, donde los personajes creen en un futuro extraordinario para el lugar donde viven, con la posible llegada del mar. Es una ficción que es la que tuvo mayor cantidad de lectores.

¿Tiene usted alguna manera de definir el público que lo sigue?

Hace tiempo me dedicaba a hablar en escuelas secundarias, y me parecía maravilloso que mis lectores sean jóvenes. Pero también hay gente grande que me llama, me escribe, de distintas provincias, un colombiano que pasó por Buenos Aires, vio el libro y me escribió; escritores también.

¿Qué fue primero, el docente de Historia o el escritor de ficción?

El docente de Historia es el que vivió de su trabajo como tal en la escuela secundaria y en la universidad, pero yo escribo desde los 14 años. Fui un gran lector de poesía, y escribía mucha poesía. Después empecé a escribir cuentos y después de un período, cuando ya tenía más tiempo, pude hacer proyectos como novelas. La primera fue un intento de novela que se llamó "Hombre con niebla", que la publiqué en una pequeña editorial de Córdoba, bastante fallida para mi gusto; después "El reino inmóvil" y "Hombre de mar". Ahora estoy trabajando en un libro de cuentos y tengo proyectos para otras novelas, que ya no transcurren en la puna.

¿Escribir novelas para usted, tiene que ver con mostrar la historia de otra forma más llamativa?

No, lo que trato es de contar una historia. Tengo la necesidad, y eso es algo innato, de imaginar situaciones y personajes, imaginar historias, y lo que trato es de contarlas de la mejor manera posible. Tal vez mis conocimientos históricos me sirvan, porque cada una de las novelas tiene un trabajo de investigación previo sobre la región, sobre los viajeros, sobre la formación de la gente, porque es muy difícil para mí meterme en la mentalidad de los campesinos andinos, que ya de por sí tiene una relación con la naturaleza, distinta del hombre de la ciudad.

Con altos y bajos, la novela me ha dado muchas satisfacciones y motivaciones para seguir trabajando.

La historia me enriquece para hacer una ficción veraz. El escritor escribe una mentira, y el lector la tiene que creer. Tiene que ser una mentira, donde el lector no lo vea al escritor, que se pueda meter en la historia e imaginar ese personaje. Además, en cada uno de los lectores, el personaje es distinto, porque tiene que ver con la historia personal de cada uno. No es como mirar una película donde todos vemos aproximadamente lo mismo. En la lectura hay una comunión entre un texto expresado con palabras, y una persona que lo lee y lo transforma en su imaginación.

Los proyectos en los que está trabajando actualmente ¿tienen fecha de publicación?

No, no. En el caso mío yo me tomo entre dos o cuatro años para terminar un libro. Trato de trabajar lo máximo que puedo dar, para que eso perdure. La finalidad es que lo que uno escribe se pueda leer también dentro de unos años, y para eso hay que trabajar, trabajar, trabajar, y lo hago con mucho gusto.

 

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