Emiliano González es baterista de alma y oficio, pero un día descubrió que el mundo digital le tenía un camino preparado y se dispuso a recorrerlo.
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Emiliano González es baterista de alma y oficio, pero un día descubrió que el mundo digital le tenía un camino preparado y se dispuso a recorrerlo.
El Tribuno de Jujuy habló con el ahora influencer sobre esa transición y los desafíos de habitar la virtualidad.
Al momento de la edición de esta nota, Emiliano González tenía en su cuenta de Instagram (emidrums.ok) 336 mil seguidores y 434.400 en la de TikTok.
"Yo hacía contenido, pero vinculado a la batería, primero tocando canciones, después enseñando a tocar y de ahí me fui al humor para músicos, que tenía más relación con lo que yo hacía y ahí me di cuenta de que funcionaba más eso", expresó González.
El para entonces músico y creador de contenidos, cuando entró en el mundo digital, sabía que tenía que probar variantes, hasta que una lo posicione popularmente.
"La gente con sus comentarios te marca el pulso de lo que funciona", expresó el joven.
Recordó que los videos que subía tocando la batería apenas superaban las mil vistas y reacciones, pero el primero haciendo humor llegó al millón de espectadores. "Era mucha la diferencia, me di cuenta de que ese era el camino", manifestó.
En un año y medio, González elevó considerablemente la cantidad de seguidores en redes. A la par, acompaña a su papá Néstor y su tío, Oscar, tocando la batería en La Cantada y también a otros grupos que lo contratan e incluso es sesionista, pero el contenido digital quedó exclusivo para el humor.
"No sé si el folclore es tan universal como el humor en las plataformas digitales", recalcó González y contó que "me sigue gente de Perú, Colombia, España, Uruguay, Chile, hubiese sido groso tener ese alcance con el folclore argentino".
El influencer reconoce su fortaleza en la edición de videos, lo cual realiza con bastante dinamismo; en ese aspecto recalcó que "me gusta mucho eso, hice muchos cursos de edición de videos, ahí tengo un plus". También destaca que la tonada y las palabras que usa llaman la atención en el mundo web.
"Soy de armar, escribir las cosas antes de grabar, no soy improvisado, me gusta tener todo planeado, no quisiera que un video no funcione por no hacer lo que tenía pensado", explicó González respecto a su dinámica de trabajo.
"En menos de dos semanas subió en aproximadamente 27 mil seguidores el número", dijo con orgullo y agregó que "el trabajo consta en mantener videos que se viralicen, para que lleguen seguidores. Un video viral dura entre 10 y 15 días; en las últimas dos semanas publiqué uno por día, de los cuales, cinco o seis están activos".
Los apodos, hechos en video, son el eje principal del éxito de González, porque es lo que más le divierte a él y eso transmite a su público. "La gente me manda mensajes con apodos, me escriben mucho, me piden videos, me sugieren temas", contó.
Además, con una marcada veta artística, incursionó en el mundo del doblaje, algo que le divierte y está funcionado en su popularidad.
"Soy tímido por naturaleza, pero con el trabajo en redes, se me fue. Hice 1.400 videos, en los primeros 100 podés ver algo de timidez, después ya no", confesó González.
Para finalizar, Emiliano González manifestó que "mi sueño siempre fue ser famoso, no me importa cómo, no digo que con la música me fue mal, sería desagradecido, pero no tuve la exposición como Emiliano que me lleve a esa meta, esto me da esos seguidores; este año superé las metas que me propuse a principio de año y aún no terminó el año".