Este fin de semana la lucha libre estadounidense vivió uno de sus episodios más escabrosos luego de que una sangrienta agresión contra un árbitro disparara un debate sobre los límites del show de combate más popular de Norteamérica. Lo que parecía tratarse de un accidente, luego derivó en una sospecha de ataque y finalmente se llegó a una verdad aún más estremecedora.
inicia sesión o regístrate.
Este fin de semana la lucha libre estadounidense vivió uno de sus episodios más escabrosos luego de que una sangrienta agresión contra un árbitro disparara un debate sobre los límites del show de combate más popular de Norteamérica. Lo que parecía tratarse de un accidente, luego derivó en una sospecha de ataque y finalmente se llegó a una verdad aún más estremecedora.
Es que los eventos de lucha libre suelen cautivar a millones de espectadores sobre todo en México y Estados Unidos, en donde los aficionados toman partido por alguno de los peleadores, quienes se ganan el amor o el odio del público en base a sus historias de vida. Es así que en general suele haber un grupo de los denominados villanos, que apela a la trampa sobre el cuadrilátero e ignora el reglamento, y otro bando de héroes, cuyos valores generan empatía con la audiencia.
En esta especie de circo de combate coreografiado suelen verse momentos vibrantes cuando los luchadores toman objetos como sillas, mesas, palos o cualquier tipo de herramienta que les sirva como arma para vencer a sus adversarios. Es allí en donde el público estalla y los niveles de rating se disparan. Lo mismo ocurre cuando dos o mas protagonistas se unen para vencer a un enemigo en común dejando de lado el reglamento y poniendo al show por encima de todo.
Es así que la creatividad de estos espectáculos parece no tener límites y este fin de semana eso quedó demostrado cuando en una pelea de lucha libre celebrado en Texas, Estados Unidos, el luchador Devon Nicholson, conocido popularmente como Hannibal, apuñaló en la cabeza al árbitro Lando Deltoro sobre el cuadrilátero. La imagen recorrió el mundo y escandalizó a millones de espectadores, quienes tuvieron que ver cómo la sangre chorreaba por la cabeza del juez, que recibió no menos de cuatro cortes en el cuero cabelludo.
Este fin de semana la lucha libre estadounidense vivió uno de sus episodios más escabrosos luego de que una sangrienta agresión contra un árbitro disparara un debate sobre los límites del show de combate más popular de Norteamérica. Lo que parecía tratarse de un accidente, luego derivó en una sospecha de ataque y finalmente se llegó a una verdad aún más estremecedora.
Es que los eventos de lucha libre suelen cautivar a millones de espectadores sobre todo en México y Estados Unidos, en donde los aficionados toman partido por alguno de los peleadores, quienes se ganan el amor o el odio del público en base a sus historias de vida. Es así que en general suele haber un grupo de los denominados villanos, que apela a la trampa sobre el cuadrilátero e ignora el reglamento, y otro bando de héroes, cuyos valores generan empatía con la audiencia.
En esta especie de circo de combate coreografiado suelen verse momentos vibrantes cuando los luchadores toman objetos como sillas, mesas, palos o cualquier tipo de herramienta que les sirva como arma para vencer a sus adversarios. Es allí en donde el público estalla y los niveles de rating se disparan. Lo mismo ocurre cuando dos o mas protagonistas se unen para vencer a un enemigo en común dejando de lado el reglamento y poniendo al show por encima de todo.
Es así que la creatividad de estos espectáculos parece no tener límites y este fin de semana eso quedó demostrado cuando en una pelea de lucha libre celebrado en Texas, Estados Unidos, el luchador Devon Nicholson, conocido popularmente como Hannibal, apuñaló en la cabeza al árbitro Lando Deltoro sobre el cuadrilátero. La imagen recorrió el mundo y escandalizó a millones de espectadores, quienes tuvieron que ver cómo la sangre chorreaba por la cabeza del juez, que recibió no menos de cuatro cortes en el cuero cabelludo.