¿Qué la motivó a anotarse como voluntaria para recibir la vacuna contra el coronavirus?
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¿Qué la motivó a anotarse como voluntaria para recibir la vacuna contra el coronavirus?
Mis motivaciones fueron personales, por el fallecimiento de mi abuelo por Covid-19 y por razones profesionales. Como cronista me gusta la idea de poder retratar el universo de los voluntarios, poniendo el cuerpo y haciéndolo en primera persona. De esa manera quería también contar un poco y divulgar todo ese universo que no conocemos mucho, porque se da solamente acá en el Amba (Área Metropolitana de Buenos Aires). Yo soy de otra provincia y tengo la suerte de estar acá. Además, porque creo que son tiempos en los que hay que ser solidarios y creer en la ciencia, sobre todo.
¿Cómo fue el proceso de selección, debías reunir ciertas cuestiones de salud?
Vengo siguiendo el tema desde que empezó la pandemia, como todos los periodistas. Cuando nos enteramos de la vacuna de Pfizer, de uno de los laboratorios más grandes del mundo, abrieron una convocatoria a través de una página web y había que reunir requisitos bastante flexibles. Tener entre 18 y 80 años, vivir en Amba, llené un múltiple choice, donde me preguntaban si tenía alguna alergia, si tomaba medicación. En mi caso yo tomo medicación crónica, pero eso no fue un impedimento. Me llamaron un mes después para decirme que iba a ser voluntaria. No conozco en detalles cómo habrá sido el proceso de selección.
Se sabe que no a todos los voluntarios los inoculan con la vacuna, sino que hay algunos a los que les colocan un placebo. ¿Qué impresión tiene sobre esto?
No lo sabes. Desde que llegas te hacen diversos estudios. Primero es todo como de película, te pasa a buscar un remís por tu casa. Me lleva hasta el hospital militar donde se realizan las pruebas, está todo vallado, con personal de seguridad y te reciben voluntarios. En mi caso fue bastante particular, muy gracioso, porque ya venía con el tema de la Ley del Último Adiós y de la repercusión de varias notas y dije voy a pasar lo más desapercibida posible. Seguí y me aplaudió todo el mundo, yo fui la voluntaria número 4.500.
Antes de recibir la vacuna te reunís con un médico que te da una documentación donde te vuelve a explicar todo y te informa de tu consentimiento en las pruebas, también te hacen firmar documentación. Te vuelven a reiterar de que todo es voluntario y que en cualquier momento, si uno quiere, se puede retirar. Si estás de acuerdo y querés seguir para adelante, en mi caso sí quería hacerlo, empiezan a hacer las pruebas médicas, tengo entendido que estas fueron por la primera vez.
Después de eso, me extrajeron sangre, me hicieron un test de embarazo porque una persona embarazada no puede acceder a este tipo de prueba. También me realizaron un nuevo hisopado para detectar si tenía coronavirus, porque en caso de tenerlo no podía estar ahí, primero por una cuestión de resguardar a todos y segundo por el hecho de que no podés seguir participando del proceso.
Yo soy muy activa en las redes sociales y hablé con voluntarios y hasta ahora, no hubo efectos adversos o muy jodidos en las personas o en sus organismos.
¿Cómo es el seguimiento?
Es un proceso de dos años, la segunda vacuna o placebo, me lo van a dar nuevamente el 21 de septiembre. Son dos años de vacuna, (creo que son tres este año y tres el que viene). Para seguir estudiando el proceso hay que llevar adelante un cuaderno de bitácora, una aplicación en el celular donde vas contando y respondiendo cómo te vas sintiendo y en cualquier momento si hay algún tipo de situación te van avisando. Puedo continuar mi vida normal, si necesito hacerme otro tipo de estudio médico no tengo drama, puedo seguir adelante con mi medicación de todos los días.
Cuando escribió la crónica que se publicó luego en Infobae hablando sobre la necesidad que tenemos las personas de poder dar un adiós a nuestros seres queridos, ¿pensó que iba a tener tanta repercusión al punto de que la Legislatura porteña sancionó una ley en tal sentido?
Mi abuelo del corazón murió el 22 de julio, por coronavirus. Estaba internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital General de Agudos "Bernardino Rivadavia" y a partir de ahí fue todo un proceso súper doloroso por no poder despedirlo, contarle a su compañera de toda la vida que había fallecido.
Ella ni siquiera pudo hacer los trámites porque es una paciente de riesgo, lo tuve que hacer yo. A partir de eso escribo una crónica que se volvió viral, una despedida a él porque no lo pude hacer físicamente y donde cuento todos los pormenores que tiene que pasar una persona que muere por Covid, desde cremar el cuerpo, llevarlo -en este caso- al cementerio de Chacarita. Es una de las cosas más duras que me tocó vivir en este último tiempo.
A partir de eso, esta crónica tuvo mucho alcance gracias al portal y mucha gente me escribió, tuve mucha repercusión de personas que me decían que habían pasado algo similar con sus padres y sus abuelos. A partir de eso, la semana pasada se comunicaron conmigo el vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli y el legislador Juan Facundo Del Gaiso para informarme que se había sancionado por unanimidad la Ley del Último Adiós. El texto fue parte de la argumentación de legisladores, eso a mí me parece increíble que hayan tomado parte de mi crónica, mi historia personal para hacerla ley, la verdad que me parece impresionante eso.
Una de las argumentaciones que se da con esta crónica es el hecho de que las personas tienen que tener el derecho a una despedida digna, donde los familiares también puedan hacerlo, obviamente con todos los recaudos posibles. Que esta pandemia que nos ha dado tantas flexibilidades nos puedan dar excepciones en algunos casos.
A partir de ese momento también me volvió a escribir mucha gente para agradecerme y para decirme que se habían podido despedir de sus seres queridos y no solo eso, sino que me escribieron de Río Negro y de Salta, mi provincia, para decirme que estaban trabajando en protocolos y en adoptar la "Ley Mario" con todas sus características.
Frente a la pandemia, el periodismo cumple un rol muy importante...
Primero me parece que como trabajadores de prensa nos encontramos en un desafío súper impresionante y tenemos que estar a la altura de eso y confiar en todo lo que es la comunidad científica y aportar datos veraces y serios a la población, a los que nos leen y a los que les llevamos nuestra información. Segundo, me parece que hay que intentar cuidar a los familiares y a las personas que uno quiere. Quiero mucho a Jujuy y les deseo mucha fuerza.