Alcohol y familia
¡Buen día! Alguna vez escuché por ahí el cuento de dos hombres de campo que tomaban sus ginebritas. Un hombre mayor y su hijo veinteañero van matando el tiempo en el boliche del pueblo. Trago va, trago viene, el padre sintió la necesidad de advertirle a su muchachos que era ya tiempo de parar: "Va a tenero de tomar, m' hijo, porque ya lo estoy viendo medio borroso...".
Lo de siempre. Los borrachos son los otros. Uno sólo bebe "unos tragos", para pasar el rato o para levantar el ánimo o para poder dormir.
Cuando la persona -varón o mujer- se precipita en el suave y a la vez terrible tobogán del alcoholismo, es toda la familia la que sufre un progresivo deterioro en la convivencia.
Los testimonios del cónyuge y de los hijos adquieren frecuentemente ribetes impresionantes. Gabriela, de 20 años, confiaba a una revista que abordó el problema: "Sólo a los doce años me di cuenta de que mi padre era alcohólico, al comparar mi familia con las de mis compañeros de colegio. Lo mío era un infierno.
Al principio él era un bebedor social como cualquier otro, pero con el tiempo se hizo compulsivo. Se despertaba a las diez de la mañana y, en vez de desayunar, tomaba un vaso de vino. Ahí comenzó mi drama, mi obsesión. Yo veía a mi papá como a un borracho que se empeñaba en hacernos la vida imposible. Lo único que deseaba era que se muriera".
¿Qué se gana con emborracharse? Encontré una página de autor anónimo titulada "Utilidad de la embriaguez". Aquí va:
"La embriaguez es útil para perder el tiempo, el dinero y la verguenza. Es útil para acabar con el hogar, la sociedad y la patria. Es útil para que los hijos pierdan el respeto a sus padres y el borracho el respeto a sí mismo.
Es útil para trastornar el cuerpo, pervertir los hombres sentimientos y destruir las facultades mentales. Es útil para hacer papeles ridículos y cometer toda clase de vulgaridades.
Es útil para llenar los manicomios de enfermos, las cárceles de criminales, el mundo de miseria y el infierno de condenados.
Es útil para burlarse del que no toma. Es útil para quebrantar la salud y buscar la muerte. Es útil para que los conductores pongan en peligro su vida y la de los demás".
¡Hasta mañana!
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Alcohol y familia
¡Buen día! Alguna vez escuché por ahí el cuento de dos hombres de campo que tomaban sus ginebritas. Un hombre mayor y su hijo veinteañero van matando el tiempo en el boliche del pueblo. Trago va, trago viene, el padre sintió la necesidad de advertirle a su muchachos que era ya tiempo de parar: "Va a tenero de tomar, m' hijo, porque ya lo estoy viendo medio borroso...".
Lo de siempre. Los borrachos son los otros. Uno sólo bebe "unos tragos", para pasar el rato o para levantar el ánimo o para poder dormir.
Cuando la persona -varón o mujer- se precipita en el suave y a la vez terrible tobogán del alcoholismo, es toda la familia la que sufre un progresivo deterioro en la convivencia.
Los testimonios del cónyuge y de los hijos adquieren frecuentemente ribetes impresionantes. Gabriela, de 20 años, confiaba a una revista que abordó el problema: "Sólo a los doce años me di cuenta de que mi padre era alcohólico, al comparar mi familia con las de mis compañeros de colegio. Lo mío era un infierno.
Al principio él era un bebedor social como cualquier otro, pero con el tiempo se hizo compulsivo. Se despertaba a las diez de la mañana y, en vez de desayunar, tomaba un vaso de vino. Ahí comenzó mi drama, mi obsesión. Yo veía a mi papá como a un borracho que se empeñaba en hacernos la vida imposible. Lo único que deseaba era que se muriera".
¿Qué se gana con emborracharse? Encontré una página de autor anónimo titulada "Utilidad de la embriaguez". Aquí va:
"La embriaguez es útil para perder el tiempo, el dinero y la verguenza. Es útil para acabar con el hogar, la sociedad y la patria. Es útil para que los hijos pierdan el respeto a sus padres y el borracho el respeto a sí mismo.
Es útil para trastornar el cuerpo, pervertir los hombres sentimientos y destruir las facultades mentales. Es útil para hacer papeles ridículos y cometer toda clase de vulgaridades.
Es útil para llenar los manicomios de enfermos, las cárceles de criminales, el mundo de miseria y el infierno de condenados.
Es útil para burlarse del que no toma. Es útil para quebrantar la salud y buscar la muerte. Es útil para que los conductores pongan en peligro su vida y la de los demás".
¡Hasta mañana!
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