Abuelo, padre e hijo, las tres generaciones de la familia, llegaron caminando juntos a las inmediaciones del escenario del muy bonito Parque General San Martín pero lo llamativo fueron sus vestimentas, una camiseta de cada país y la unión de ambos en el más pequeño.
Enrique, el mayor de la familia, nació en el interior entrerriano y probó suerte en el país vecino donde además de ser un reconocido profesional de la medicina conoció a Irene y tuvo a un hijo llamado Diego, uruguayo él.
El nombre de Diego lo eligió Enrique. Y como es común por estas tierras fue un futbolista, un tal "Maradona", quien motivó la elección.
Dieguito creció en el país oriental y las vueltas de la vida lo llevaron a cruzar el Río de La Plata, para probar suerte como su papá pero a la inversa.
Y aquí se quedó, porque también tuvo la fortuna de encontrar el amor y tener lo más preciado, un nene y una nena.
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Abuelo, padre e hijo, las tres generaciones de la familia, llegaron caminando juntos a las inmediaciones del escenario del muy bonito Parque General San Martín pero lo llamativo fueron sus vestimentas, una camiseta de cada país y la unión de ambos en el más pequeño.
Enrique, el mayor de la familia, nació en el interior entrerriano y probó suerte en el país vecino donde además de ser un reconocido profesional de la medicina conoció a Irene y tuvo a un hijo llamado Diego, uruguayo él.
El nombre de Diego lo eligió Enrique. Y como es común por estas tierras fue un futbolista, un tal "Maradona", quien motivó la elección.
Dieguito creció en el país oriental y las vueltas de la vida lo llevaron a cruzar el Río de La Plata, para probar suerte como su papá pero a la inversa.
Y aquí se quedó, porque también tuvo la fortuna de encontrar el amor y tener lo más preciado, un nene y una nena.