Pasó la décima edición del tradicional
Maratón El Tribuno dejando mucha tela para cortar desde todos ángulos. Pero la frase común que sigue repiqueteando en el ambiente es: "Yo estuve en el maratón".
Pasaron varios días y es común escuchar en los barrios, clubes, escuelas primarias y secundarias, oficinas públicas y en muchos campos laborales, de las vivencias que significó correr los 4 o los 10 km.
Para algunos, correr los exigentes 10 km fue todo un desafío personal, "Tanto me hablaron de este maratón que quería correr y ahora que pasó, realmente es duro. Pero llegué y la próxima me prepararé mejor" sostuvo un participante, en un alto en sus tareas diarias.
Mientras su interlocutor le contestaba: "Viste que una cosa es contar y otra haber corrido, ver la gente a un costado del circuito que te alienta para que llegues, era para ponerse a llorar".
Enseguida completó su amigo: "También me impactó muchísimo, cuando entré a la pista, no imaginaba que todo el mundo te iba a aplaudir. Me conmovió tanto cariño del público, tenía razón, esto es algo grandioso. La próxima traemos más amigos".
Tal vez, en la vorágine de los acontecimientos no se llega a dimensionar lo que para muchos significa haber participado, pero escuchar a la gente hablar con tanta pasión de lo que ellos consideran algo único y que se sientan orgullosos de haber sido partícipes de la competencia, refuerzan el pensamiento que es la mayor convocatoria atlética del Norte argentino.
Con la tecnología al servicio de gente de todas las edades, las redes sociales se saturaron con mensajes y fotos que muchos de los participantes compartieron con sus familias de Jujuy y de otros lados, realmente hizo trascender más esta prueba.
Una muestra que la competencia trascendió fuera de los límites territoriales, fue la presencia de un atleta de Bermejo (Bolivia) que quedó asombrado por la multitud presente que no le importó el frío y por ello, el agradecimiento de este matutino a todos los que dijeron presente.
Esta edición también marcó el fin del reinado del riojano Gustavo
Frencia que no pudo ir por su cuarto título consecutivo, porque desde Catamarca llegó Marcelo
Fabricius para arrebatarle el lugar más alto del podio y quedarse con la gloria hasta el año que viene.
Recordando el momento del zarpazo, cabe destacar que hasta la rotonda del barrio Chijra, ambos marchaban adelante codo a codo y mirándose de reojo, avanzaron por la avenida Mosconi "a la par" como se dice popularmente, mientras que el reloj indicaba 15 minutos.
Cuando bajaban la pequeña pendiente hacia la rotonda del Puente Pérez, Fabricius apenas miró de costado e intuyendo que su rival estaba sintiendo el rigor del ritmo impuesto, dio un tranco un poco más largo y en cada salto tan suave como si no tocar el piso, fue yéndose metro a metro.
Enseguida, empezó la trepadita hacia el barrio Los Perales y después transitó libre como el viento rumbo a la línea de meta y toda la gloria fue para el catamarqueño que pasó a ser el nuevo monarca de la tradicional competencia.
Pasó la décima edición del tradicional
Maratón El Tribuno dejando mucha tela para cortar desde todos ángulos. Pero la frase común que sigue repiqueteando en el ambiente es: "Yo estuve en el maratón".
Pasaron varios días y es común escuchar en los barrios, clubes, escuelas primarias y secundarias, oficinas públicas y en muchos campos laborales, de las vivencias que significó correr los 4 o los 10 km.
Para algunos, correr los exigentes 10 km fue todo un desafío personal, "Tanto me hablaron de este maratón que quería correr y ahora que pasó, realmente es duro. Pero llegué y la próxima me prepararé mejor" sostuvo un participante, en un alto en sus tareas diarias.
Mientras su interlocutor le contestaba: "Viste que una cosa es contar y otra haber corrido, ver la gente a un costado del circuito que te alienta para que llegues, era para ponerse a llorar".
Enseguida completó su amigo: "También me impactó muchísimo, cuando entré a la pista, no imaginaba que todo el mundo te iba a aplaudir. Me conmovió tanto cariño del público, tenía razón, esto es algo grandioso. La próxima traemos más amigos".
Tal vez, en la vorágine de los acontecimientos no se llega a dimensionar lo que para muchos significa haber participado, pero escuchar a la gente hablar con tanta pasión de lo que ellos consideran algo único y que se sientan orgullosos de haber sido partícipes de la competencia, refuerzan el pensamiento que es la mayor convocatoria atlética del Norte argentino.
Con la tecnología al servicio de gente de todas las edades, las redes sociales se saturaron con mensajes y fotos que muchos de los participantes compartieron con sus familias de Jujuy y de otros lados, realmente hizo trascender más esta prueba.
Una muestra que la competencia trascendió fuera de los límites territoriales, fue la presencia de un atleta de Bermejo (Bolivia) que quedó asombrado por la multitud presente que no le importó el frío y por ello, el agradecimiento de este matutino a todos los que dijeron presente.
Esta edición también marcó el fin del reinado del riojano Gustavo
Frencia que no pudo ir por su cuarto título consecutivo, porque desde Catamarca llegó Marcelo
Fabricius para arrebatarle el lugar más alto del podio y quedarse con la gloria hasta el año que viene.
Recordando el momento del zarpazo, cabe destacar que hasta la rotonda del barrio Chijra, ambos marchaban adelante codo a codo y mirándose de reojo, avanzaron por la avenida Mosconi "a la par" como se dice popularmente, mientras que el reloj indicaba 15 minutos.
Cuando bajaban la pequeña pendiente hacia la rotonda del Puente Pérez, Fabricius apenas miró de costado e intuyendo que su rival estaba sintiendo el rigor del ritmo impuesto, dio un tranco un poco más largo y en cada salto tan suave como si no tocar el piso, fue yéndose metro a metro.
Enseguida, empezó la trepadita hacia el barrio Los Perales y después transitó libre como el viento rumbo a la línea de meta y toda la gloria fue para el catamarqueño que pasó a ser el nuevo monarca de la tradicional competencia.