El Papa insinuó ayer que Donald Trump "no es cristiano", debido a sus promesas de campaña de levantar un muro en la frontera con México y deportar a más inmigrantes, lo que desató una dura respuesta del precandidato presidencial republicano y recalentó el año electoral en Estados Unidos.
El magnate inmobiliario tomó rápidamente el guante, calificó de "vergonzoso" el comentario del Papa de que no era cristiano y dijo que el pontífice lamentará que él no sea presidente de Estados Unidos el día que el Estado Islámico (EI) ataque el Vaticano.
Francisco formuló sus declaraciones a bordo del avión papal a su regreso al Vaticano tras su visita a México, cuyo gobierno criticó a Trump por su propuesta del muro y por haber acusado a inmigrantes mexicanos de violadores y criminales.
Un periodista preguntó al papa si un "buen cristiano" podía votar por un candidato como Trump, quien lidera las encuestas para ganar la interna republicana para competir por la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre.
Francisco comenzó aludiendo a declaraciones que había hecho Trump días antes en una entrevista en la que había criticado la visita del papa a la frontera entre México y Estados Unidos y dicho que el pontífice sólo hacía política con ella y no entendía los problemas que causa a su país su límite sur abierto.
"Gracias a Dios que dice que soy un político, porque Aristóteles definió a la persona humana como un animal politicus. Así que por lo menos soy un ser humano. Sobre si soy un peón, bueno, quizás, no lo sé. Lo dejo a vuestro juicio y al de la gente", señaló el Papa.
"Y entonces, una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no en hacer puentes, no es cristiano. Eso no está en el Evangelio", continuó y agregó: "En cuanto a si aconsejaría votar o no votar, no me meto. Sólo digo que este hombre no es cristiano si dijo cosas como esas. Debemos ver si dijo las cosas en ese sentido, y en eso doy el beneficio de la duda", concluyó Francisco.
Polémica respuesta del magnate
El mediático Trump le respondió sin perder tiempo leyendo un comunicado de su equipo de campaña durante un acto en Kiawah Island, en Carolina del Sur, sede de la próxima primaria republicana, el sábado que viene.
"Cuando Isis ataque el Vaticano, puedo prometerles que el Papa habría deseado y suplicado que yo hubiera sido electo presidente porque entonces eso no hubiera ocurrido", dijo el precandidato presidencial republicano.
"Que un líder religioso cuestione la fe de una persona es vergonzoso", agregó Trump, un cristiano presbiteriano.
Los comentarios de Francisco llegaron una tres horas después de que concluyera su visita a México con una enorme misa en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, que limita con la texana de El Paso.
El papa caminó primero hasta la orilla del Río Grande, que marca el límite entre ambos países, mientras fuerzas de seguridad estadounidenses vigilaban desde la otra ribera. Luego depositó una corona de flores en un nuevo memorial que conmemora a los mexicanos muertos durante su intento de cruzar la frontera.
La corona de espina de México
Corrupción, narcotráfico, pobreza, migración, discriminación étnica y un capitalismo depredador. La cruz de México no desaparecerá "milagrosamente" tras el paso del
papa Francisco, que aunque abordó sin ningún temor algunos temas espinosos, también guardó silencio sobre heridas abiertas como los sacerdotes pederastas y la desaparición forzada que miles de familias mexicanas enfrentan.
En una maratónica gira, el pontífice visitó durante seis días sitios claves de México: Ecatepec (centro), epicentro de feminicidios; Chiapas (sureste), el estado menos católico y cuna de empobrecidas comunidades indígenas; Michoacán (oeste), históricamente bastión narco; y la frontera con Estados Unidos (norte), escenario de la trágica migración de miles de latinoamericanos.
En su peregrinaje, Francisco envío duros mensajes a las élites políticas y religiosas del país.
El Papa insinuó ayer que Donald Trump "no es cristiano", debido a sus promesas de campaña de levantar un muro en la frontera con México y deportar a más inmigrantes, lo que desató una dura respuesta del precandidato presidencial republicano y recalentó el año electoral en Estados Unidos.
El magnate inmobiliario tomó rápidamente el guante, calificó de "vergonzoso" el comentario del Papa de que no era cristiano y dijo que el pontífice lamentará que él no sea presidente de Estados Unidos el día que el Estado Islámico (EI) ataque el Vaticano.
Francisco formuló sus declaraciones a bordo del avión papal a su regreso al Vaticano tras su visita a México, cuyo gobierno criticó a Trump por su propuesta del muro y por haber acusado a inmigrantes mexicanos de violadores y criminales.
Un periodista preguntó al papa si un "buen cristiano" podía votar por un candidato como Trump, quien lidera las encuestas para ganar la interna republicana para competir por la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre.
Francisco comenzó aludiendo a declaraciones que había hecho Trump días antes en una entrevista en la que había criticado la visita del papa a la frontera entre México y Estados Unidos y dicho que el pontífice sólo hacía política con ella y no entendía los problemas que causa a su país su límite sur abierto.
"Gracias a Dios que dice que soy un político, porque Aristóteles definió a la persona humana como un animal politicus. Así que por lo menos soy un ser humano. Sobre si soy un peón, bueno, quizás, no lo sé. Lo dejo a vuestro juicio y al de la gente", señaló el Papa.
"Y entonces, una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no en hacer puentes, no es cristiano. Eso no está en el Evangelio", continuó y agregó: "En cuanto a si aconsejaría votar o no votar, no me meto. Sólo digo que este hombre no es cristiano si dijo cosas como esas. Debemos ver si dijo las cosas en ese sentido, y en eso doy el beneficio de la duda", concluyó Francisco.
Polémica respuesta del magnate
El mediático Trump le respondió sin perder tiempo leyendo un comunicado de su equipo de campaña durante un acto en Kiawah Island, en Carolina del Sur, sede de la próxima primaria republicana, el sábado que viene.
"Cuando Isis ataque el Vaticano, puedo prometerles que el Papa habría deseado y suplicado que yo hubiera sido electo presidente porque entonces eso no hubiera ocurrido", dijo el precandidato presidencial republicano.
"Que un líder religioso cuestione la fe de una persona es vergonzoso", agregó Trump, un cristiano presbiteriano.
Los comentarios de Francisco llegaron una tres horas después de que concluyera su visita a México con una enorme misa en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, que limita con la texana de El Paso.
El papa caminó primero hasta la orilla del Río Grande, que marca el límite entre ambos países, mientras fuerzas de seguridad estadounidenses vigilaban desde la otra ribera. Luego depositó una corona de flores en un nuevo memorial que conmemora a los mexicanos muertos durante su intento de cruzar la frontera.
La corona de espina de México
Corrupción, narcotráfico, pobreza, migración, discriminación étnica y un capitalismo depredador. La cruz de México no desaparecerá "milagrosamente" tras el paso del
papa Francisco, que aunque abordó sin ningún temor algunos temas espinosos, también guardó silencio sobre heridas abiertas como los sacerdotes pederastas y la desaparición forzada que miles de familias mexicanas enfrentan.
En una maratónica gira, el pontífice visitó durante seis días sitios claves de México: Ecatepec (centro), epicentro de feminicidios; Chiapas (sureste), el estado menos católico y cuna de empobrecidas comunidades indígenas; Michoacán (oeste), históricamente bastión narco; y la frontera con Estados Unidos (norte), escenario de la trágica migración de miles de latinoamericanos.
En su peregrinaje, Francisco envío duros mensajes a las élites políticas y religiosas del país.