El
Papa Francisco finalizó ayer en
Filadelfia su larga gira por
Cuba y
Estados Unidos, donde dejó un mensaje que llama a trabajar por los derechos de los inmigrantes y a combatir el cambio climático, mientras que en la isla caribeña convocó a continuar con el "proceso de normalización" de las relaciones entre los dos países, reiniciadas con su participación como mediador tras más de 54 años de congelamiento diplomático.
Como en toda la gira de cinco días que incluyó Nueva York y Filadelfia, el líder del Vaticano abordó la situación de los inmigrantes diciendo: "Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros", "no se desanimen por los retos y dificultades que tengan que afrontar",dijo el sumo pontífice.
Uno de los temas que incluyó también en sus tres paradas en la costa Este fue el del cambio climático, que viene abordando desde que presentó la encíclica sobre clima y medio ambiente a mediados de año.
"Necesitamos una conversación que nos una a todos porque el desafío ambiental que vivimos y sus raíces humanas nos interesan y nos impactan a todos", dijo citando a la encíclica ante los republicanos del Congreso. Los otros mensajes que el santo padre brindó al pueblo estadounidense comprendieron la pobreza, la familia, el fundamentalismo, el tráfico de armas, la pena de muerte y los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, quienes, según Francisco "rendirán cuentas" por sus actos. Dejó otra marca: El asombro de muchos al ver a un hombre que a pesar de sus 78 años se mostró con una energía que parecía inagotable, cumpliendo con cada una de las actividades como líder de Estado y como pastor de la iglesia, y transmitiendo sus mensajes con la cercanía y la calidez que los fieles esperaban.
El
Papa Francisco finalizó ayer en
Filadelfia su larga gira por
Cuba y
Estados Unidos, donde dejó un mensaje que llama a trabajar por los derechos de los inmigrantes y a combatir el cambio climático, mientras que en la isla caribeña convocó a continuar con el "proceso de normalización" de las relaciones entre los dos países, reiniciadas con su participación como mediador tras más de 54 años de congelamiento diplomático.
Como en toda la gira de cinco días que incluyó Nueva York y Filadelfia, el líder del Vaticano abordó la situación de los inmigrantes diciendo: "Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros", "no se desanimen por los retos y dificultades que tengan que afrontar",dijo el sumo pontífice.
Uno de los temas que incluyó también en sus tres paradas en la costa Este fue el del cambio climático, que viene abordando desde que presentó la encíclica sobre clima y medio ambiente a mediados de año.
"Necesitamos una conversación que nos una a todos porque el desafío ambiental que vivimos y sus raíces humanas nos interesan y nos impactan a todos", dijo citando a la encíclica ante los republicanos del Congreso. Los otros mensajes que el santo padre brindó al pueblo estadounidense comprendieron la pobreza, la familia, el fundamentalismo, el tráfico de armas, la pena de muerte y los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, quienes, según Francisco "rendirán cuentas" por sus actos. Dejó otra marca: El asombro de muchos al ver a un hombre que a pesar de sus 78 años se mostró con una energía que parecía inagotable, cumpliendo con cada una de las actividades como líder de Estado y como pastor de la iglesia, y transmitiendo sus mensajes con la cercanía y la calidez que los fieles esperaban.