Todavía de pecho henchido por haber ganado la Copa del Caribe en 2014, la selección de
Jamaica llegó a
Chile con el modesto propósito de hacer un papel lo más digno posible, puesto que así lo establecen su condición de debutante y la mayor jerarquía de la mayoría de los otros competidores.
Jamaica será una suerte de Cenicienta invitada por la
Conmebol para seguir el camino que una vez tomó Japón y otra vez tomó Honduras, un tiempo Estados Unidos y cuatro veces Costa Rica.
Pero para los "raggae boyz" será la primera vez y como toda primera vez gozará de los beneficios de atenuantes que el entrenador alemán Winfried Schafer prefiere tomar con pinzas: "vamos a Chile a demostrar que somos un buen equipo", advirtió.
Todavía de pecho henchido por haber ganado la Copa del Caribe en 2014, la selección de
Jamaica llegó a
Chile con el modesto propósito de hacer un papel lo más digno posible, puesto que así lo establecen su condición de debutante y la mayor jerarquía de la mayoría de los otros competidores.
Jamaica será una suerte de Cenicienta invitada por la
Conmebol para seguir el camino que una vez tomó Japón y otra vez tomó Honduras, un tiempo Estados Unidos y cuatro veces Costa Rica.
Pero para los "raggae boyz" será la primera vez y como toda primera vez gozará de los beneficios de atenuantes que el entrenador alemán Winfried Schafer prefiere tomar con pinzas: "vamos a Chile a demostrar que somos un buen equipo", advirtió.