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3 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Mamarrachito mío

Sabado, 16 de mayo de 2015 12:11

Mamarrachito mío

Aunque no luzca en sus resultados, la preparación de esta columna requiere un arduo esfuerzo; pero acabo de descubrir un método que me allanará ese duro trabajo de los escribas: instituiremos el premio semanal a los papeloneros: "mamarrachito mío". La historia la escribirán otros: sus protagonistas y los lectores, que irán retroalimentando esa información. Dudo que la extensión de una página sea suficiente para albergar tal cantidad de bochornosas situaciones. Veamos, si no, solamente algunos de esta clase de sucesos en el breve lapso de la semana pasada.
Antes, recordemos el origen de la expresión. El nombre de "mamarrachito mío" fue popularizado, en la década del 50 por uno de los grandes galanes de la radiotelefonía de la época. Ello ocurría cada tarde, cuando las damas se derretían, a través de radio Splendid, al escuchar que Oscar Casco, con su voz ronca y melosa, decía esa célebre frase. Era una curiosa forma de manifestar su amor en los radioteatros que guionaban (sic) Alberto Migré y Nené Cascallar. Dos datos, quizá desconocidos: el "mamarrachito", la destinataria del requiebro, era la famosa actriz Hilda Bernard, que hoy tiene 94 años y declaró que continuará trabajando hasta los 104 (­se ha formado una pareja!, ideal para Fayt que piensa seguir hasta los 107). Segundo: Oscar Casco había nacido en Salta, vallisto para más datos, de Cafayate.
Vamos a los premios
Primer premio. Sin duda en la cúspide del podio hay que ubicar a Leandro Santoro, un impresentable que fue ungido por Mariano Recalde y Máximo Kirchner como candidato a la vicejefatura de la ciudad de Buenos Aires. Durante 2012 y 2013, mediante una extensa serie de tuits, se presentaba como el opositor más recalcitrante, acusando a los Kirchner de ser corruptos y de haber sido indiferentes durante la dictadura (enriqueciéndose con la 1050). Intentó justificar su tuiteo afirmando que "es de mala leche" recordarlo ahora, que en ese momento "le hablaba al militante gorila". "Buscaba repercusión para tener retuits". "Era una actitud casi adolescente". "Sacar a relucir eso ahora es casi como que se metan en mi intimidad". No aclares, Leandro, que oscurece. En definitiva, un cretino que aspira a ser vicejefe de la capital de los argentinos (entre paréntesis, ¿tan huérfanos están los K en el distrito federal que tienen que recurrir a este adefesio?).
Segundo premio. Los papelones del ministro de Economía han sido varios. Su rimbombante anuncio de reducción del impuesto a las ganancias, inmediatamente desmentido por sus propios subordinados y por los datos de la realidad. Para la mayoría de los sufridos aportantes de la cuarta categoría no se produce ninguna disminución, si no, por el contrario aumentos hasta del 60%.
Aunque no fue en el marco de un plan de viviendas, Kicillof anunció un "techo para todos y todas". Una especie de cepo para las paritarias, que no podrán desmadrarse de un 26% de aumento. Aunque el Gobierno ha tratado de negar la autoría del plan techo para todos, parece que no lo entienden así la mayoría de los dirigentes sindicales, que impulsan un paro de 36 horas a partir del 10 de junio. Kichi se reconoce como discípulo de Marx y Keynes; seguramente se están revolviendo en sus tumbas con el alumno que les surgió.
Otro papelón, que no tuvo difusión mediática, es que por primera vez en la historia de estas "paritarias libres" fue dejado sin efecto el acuerdo arribado por empresarios y trabajadores de estaciones de servicio (del 28% de aumento pactado solo se autorizó un 20%).
Tercer premio. El diario Clarín, en un inexplicable e inexplicado informe aseguró que Kicillof cobraba más de $400.000 como sobresueldo en YPF. No lo desmintió ni brindó explicación alguna, a pesar de que Axel solo cobra su sueldo de ministro. El gran diario de los argentinos pierde credibilidad cada día más. Una mente maquiavélica podría pensar si no son operaciones K, que logran quitar verosimilitud a otras serias acusaciones (por ej. Hotesur).
Cuarto premio. Cristina Kirchner se animó este martes a comparar los acuerdos paritarios en nuestro país con los que se alcanzaron en España. "El otro día leía El País. De Guindos -el ministro de Economía español- anunciaba que el aumento iba a ser de 2015 a 2018 de 1,6 por ciento". La jefa de Estado agregó: "Cuando uno escucha ciertas cosas y ve determinadas cosas se pregunta en qué mundo viven". Olvidó decir que en España tienen inflación "cero". Cuando uno escucha estas cosas piensa que CFK nos toma por volu-bles, volu-ntarios, revolu-
cionarios de la militancia (b-2).
Quinto premio La fantochada de los candidatos presidenciales con Tinelli, no puede quedar afuera de esta premiación. Si querían brindar una imagen desestructurada, familiar; lejos quedó con toqueteos de cola y "fogosidades" en la cama.
Menciones especiales. Los vergonzosos sucesos ocurridos el jueves en la Bombonera no merecen ningún premio, pero sí una mención a los desolados papeles protagonizados por los personajes de ese triste drama. Quizá el menos atroz sea el del imbécil del gas pimienta. No hubo ningún muerto, pero el país ha quedado con un desasosiego propio de las grandes catástrofes, quizá con el horror de Dorian Gray mirando su propio retrato.
Como anticipábamos, esta página va a quedar corta para tanto mamarracho suelto en nuestro deshadado país, valga el viejo neologismo.
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Mamarrachito mío

Aunque no luzca en sus resultados, la preparación de esta columna requiere un arduo esfuerzo; pero acabo de descubrir un método que me allanará ese duro trabajo de los escribas: instituiremos el premio semanal a los papeloneros: "mamarrachito mío". La historia la escribirán otros: sus protagonistas y los lectores, que irán retroalimentando esa información. Dudo que la extensión de una página sea suficiente para albergar tal cantidad de bochornosas situaciones. Veamos, si no, solamente algunos de esta clase de sucesos en el breve lapso de la semana pasada.
Antes, recordemos el origen de la expresión. El nombre de "mamarrachito mío" fue popularizado, en la década del 50 por uno de los grandes galanes de la radiotelefonía de la época. Ello ocurría cada tarde, cuando las damas se derretían, a través de radio Splendid, al escuchar que Oscar Casco, con su voz ronca y melosa, decía esa célebre frase. Era una curiosa forma de manifestar su amor en los radioteatros que guionaban (sic) Alberto Migré y Nené Cascallar. Dos datos, quizá desconocidos: el "mamarrachito", la destinataria del requiebro, era la famosa actriz Hilda Bernard, que hoy tiene 94 años y declaró que continuará trabajando hasta los 104 (­se ha formado una pareja!, ideal para Fayt que piensa seguir hasta los 107). Segundo: Oscar Casco había nacido en Salta, vallisto para más datos, de Cafayate.
Vamos a los premios
Primer premio. Sin duda en la cúspide del podio hay que ubicar a Leandro Santoro, un impresentable que fue ungido por Mariano Recalde y Máximo Kirchner como candidato a la vicejefatura de la ciudad de Buenos Aires. Durante 2012 y 2013, mediante una extensa serie de tuits, se presentaba como el opositor más recalcitrante, acusando a los Kirchner de ser corruptos y de haber sido indiferentes durante la dictadura (enriqueciéndose con la 1050). Intentó justificar su tuiteo afirmando que "es de mala leche" recordarlo ahora, que en ese momento "le hablaba al militante gorila". "Buscaba repercusión para tener retuits". "Era una actitud casi adolescente". "Sacar a relucir eso ahora es casi como que se metan en mi intimidad". No aclares, Leandro, que oscurece. En definitiva, un cretino que aspira a ser vicejefe de la capital de los argentinos (entre paréntesis, ¿tan huérfanos están los K en el distrito federal que tienen que recurrir a este adefesio?).
Segundo premio. Los papelones del ministro de Economía han sido varios. Su rimbombante anuncio de reducción del impuesto a las ganancias, inmediatamente desmentido por sus propios subordinados y por los datos de la realidad. Para la mayoría de los sufridos aportantes de la cuarta categoría no se produce ninguna disminución, si no, por el contrario aumentos hasta del 60%.
Aunque no fue en el marco de un plan de viviendas, Kicillof anunció un "techo para todos y todas". Una especie de cepo para las paritarias, que no podrán desmadrarse de un 26% de aumento. Aunque el Gobierno ha tratado de negar la autoría del plan techo para todos, parece que no lo entienden así la mayoría de los dirigentes sindicales, que impulsan un paro de 36 horas a partir del 10 de junio. Kichi se reconoce como discípulo de Marx y Keynes; seguramente se están revolviendo en sus tumbas con el alumno que les surgió.
Otro papelón, que no tuvo difusión mediática, es que por primera vez en la historia de estas "paritarias libres" fue dejado sin efecto el acuerdo arribado por empresarios y trabajadores de estaciones de servicio (del 28% de aumento pactado solo se autorizó un 20%).
Tercer premio. El diario Clarín, en un inexplicable e inexplicado informe aseguró que Kicillof cobraba más de $400.000 como sobresueldo en YPF. No lo desmintió ni brindó explicación alguna, a pesar de que Axel solo cobra su sueldo de ministro. El gran diario de los argentinos pierde credibilidad cada día más. Una mente maquiavélica podría pensar si no son operaciones K, que logran quitar verosimilitud a otras serias acusaciones (por ej. Hotesur).
Cuarto premio. Cristina Kirchner se animó este martes a comparar los acuerdos paritarios en nuestro país con los que se alcanzaron en España. "El otro día leía El País. De Guindos -el ministro de Economía español- anunciaba que el aumento iba a ser de 2015 a 2018 de 1,6 por ciento". La jefa de Estado agregó: "Cuando uno escucha ciertas cosas y ve determinadas cosas se pregunta en qué mundo viven". Olvidó decir que en España tienen inflación "cero". Cuando uno escucha estas cosas piensa que CFK nos toma por volu-bles, volu-ntarios, revolu-
cionarios de la militancia (b-2).
Quinto premio La fantochada de los candidatos presidenciales con Tinelli, no puede quedar afuera de esta premiación. Si querían brindar una imagen desestructurada, familiar; lejos quedó con toqueteos de cola y "fogosidades" en la cama.
Menciones especiales. Los vergonzosos sucesos ocurridos el jueves en la Bombonera no merecen ningún premio, pero sí una mención a los desolados papeles protagonizados por los personajes de ese triste drama. Quizá el menos atroz sea el del imbécil del gas pimienta. No hubo ningún muerto, pero el país ha quedado con un desasosiego propio de las grandes catástrofes, quizá con el horror de Dorian Gray mirando su propio retrato.
Como anticipábamos, esta página va a quedar corta para tanto mamarracho suelto en nuestro deshadado país, valga el viejo neologismo.
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