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14 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Conformación del sistema inmunológico

Domingo, 10 de mayo de 2015 00:00
Este sistema está constituido por diferentes moléculas, células y tejidos que funcionan de manera coordinada para generar una respuesta protectora. Actualmente se reconocen dos tipos de respuesta inmune: la innata y la adaptativa. La primera es la línea de defensa inmediata contra la entrada de microorganismos y la eliminación rápida de los que ya han penetrado al organismo. Esta primera línea de defensa está constituida por las barreras naturales, es decir la piel y las mucosas. Traspasada esta primera línea de defensa, se ponen en marcha una serie de mecanismos protectores que involucran sustancias solubles y células presentes en la sangre. Entre los componentes celulares se encuentran determinados glóbulos blancos (o leucocitos) denominados neutrófilos y los monocitos-macrófagos que se originan en la médula ósea y a través de la sangre llegan al sitio afectado. Estas células tienen la extraordinaria capacidad de reconocer al agente extraño invasor y englobarlo (proceso llamado fagocitosis) para eliminarlo en el interior celular.
Gracias al conocimiento de los mecanismos de la respuesta inmune, es posible idear estrategias de protección que eviten el daño de los microorganismos al organismo.

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Este sistema está constituido por diferentes moléculas, células y tejidos que funcionan de manera coordinada para generar una respuesta protectora. Actualmente se reconocen dos tipos de respuesta inmune: la innata y la adaptativa. La primera es la línea de defensa inmediata contra la entrada de microorganismos y la eliminación rápida de los que ya han penetrado al organismo. Esta primera línea de defensa está constituida por las barreras naturales, es decir la piel y las mucosas. Traspasada esta primera línea de defensa, se ponen en marcha una serie de mecanismos protectores que involucran sustancias solubles y células presentes en la sangre. Entre los componentes celulares se encuentran determinados glóbulos blancos (o leucocitos) denominados neutrófilos y los monocitos-macrófagos que se originan en la médula ósea y a través de la sangre llegan al sitio afectado. Estas células tienen la extraordinaria capacidad de reconocer al agente extraño invasor y englobarlo (proceso llamado fagocitosis) para eliminarlo en el interior celular.
Gracias al conocimiento de los mecanismos de la respuesta inmune, es posible idear estrategias de protección que eviten el daño de los microorganismos al organismo.

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