Esta obra es un emblema del teatro jujeño por lo que significó no sólo en nuestra provincia, sino por la repercusión que tuvo a nivel nacional.
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Esta obra es un emblema del teatro jujeño por lo que significó no sólo en nuestra provincia, sino por la repercusión que tuvo a nivel nacional.
Se presentó primero en el Teatro Nacional Cervantes invitada en la fiesta nacional de 1988, luego representando a Jujuy y elegida para tal fin en el año 1998 en Santa Fe.
El rostro de la actriz Silvia Gallegos es recordado aún por grandes referentes del teatro nacional por este protagónico.
"¡Otra vez Manta de plumas!" era la expresión de propios y ajenos al Grupo Jujeño de Teatro que la llevó a escena, cuando surgía una nueva invitación, o un nuevo reconocimiento a esta puesta. La obra era solicitada especialmente de otras provincias.
En aquella primera gran aceptación que tuvieron en el Cervantes, cuando el público nacional aplaudió de pie esta propuesta de Jujuy, la tucumana Rosita Avila, gran referente del teatro nacional, le decía a los actores de ese elenco que por entonces eran casi adolescentes, "si tuvieran conciencia de lo que están haciendo!!!".
La última demostración de esta trascendencia histórica, fue cuando Silvia Gallegos, en la previa de la obra que presentaron en la última fiesta, en Salta, mientras entregaba los programas al público que iba ingresando a la sala, sintió una mano en su mentón, y cuando levantó la vista se encontró con Dante Cena, coreógrafo, actor y director cordobés reconocido a nivel nacional, quien le decía "sos y serás siempre mi manta de plumas...no importan los años que pasen".