Los fieles saludando con sus pañuelos y acompañándo los cánticos en el atrio y en la plaza, rezando ante imágenes que fueron llegando a horas tempranas para ser colocadas sobre mesas a la entrada del pueblo, donde se les pedía mediación tanto como se apreciaba su belleza.
Luego cruzaron el puente precedidos por bandas de sikuris. Misa y procesión cerraron la parte litúrgica de una convocatoria popular en que los vecinos llevan los santitos de sus altares hogareños para que celebren, junto a las imágenes tutelares, la fe de un pueblo.