En el acto de inauguración hablamos con el “Chato”, que nos habló de la esencia de Ricardo, de su música, de su inspiración, y de la verdadera raíz de esas obras que siempre fue complicado tratar de definir entre el folclore y lo clásico.
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En el acto de inauguración hablamos con el “Chato”, que nos habló de la esencia de Ricardo, de su música, de su inspiración, y de la verdadera raíz de esas obras que siempre fue complicado tratar de definir entre el folclore y lo clásico.
Se inauguró la plaza seca de la Manzana de la Cultura, que queda en el lateral del Teatro Mitre, y que se denomina “Plaza Ricardo Vilca”. Fue hace unos días, y en el marco del acto protocolar de este anuncio, Los Amigos de Ricardo Vilca, ejecutaron el Himno Nacional Argentino en la versión que popularizaron hace años, junto al maestro, con instrumentos regionales, y además estuvieron homenajeando al amigo, al maestro y al compañero, que falleció en el 2007, dejando un legado fundamental a la historia musical de nuestra provincia, con proyecciones nacionales e internacionales.
El grupo, que antes de la muerte de Ricardo se presentaba como Ricardo Vilca y sus Amigos, hoy continúa con su herencia como Los Amigos de Ricardo Vilca, y está integrado además del “Chato”, por José Humana en guitarra; José Toconás en charango; y Raúl Tolaba en vientos.
Hay que decir además que la música de Ricardo Vilca, en este marco de reconocimiento oficial, fue declarada también Patrimonio Cultural Intangible de la Provincia de Jujuy, y los discos del grupo serán reeditados, sobre todo el de canciones patrias interpretadas con instrumentos regionales, que a partir de ahora serán los que utilicen las instituciones educativas de Jujuy para sus actos.
¿Este era el sueño de Ricardo? ¿Digo este tipo de reconocimientos?
No, porque siempre ha sido un bohemio, y lo que menos quería eran esos reconocimientos muy grandes, pomposos, que incluso por ahí ya es tarde para hacerlos. Quizás hubiera sido mejor el reconocimiento en vida, y permanente, con proyectos serios. Si bien ahora por ejemplo que hemos grabado con la Secretaría de Cultura las canciones patrióticas con instrumentos andinos, y que se declaró de interés provincial y que se deberá escuchar en las escuelas, hay que decir también que de todos los actos oficiales, esta es la segunda vez que nos invitan para tocar el himno.
La música de Vilca en sí, ha estado mucho tiempo ausente. Igualmente este año eso se está revirtiendo esta situación. Me pone muy feliz que la Secretaría nos vaya a dar un espacio para acercarnos con el público, porque vamos a hacer un recital gratuito para la gente en oportunidad del aniversario de la muerte de Ricardo Vilca, el 19 de este mes.
¿Qué significó Ricardo Vilca en la música jujeña?
El marcó una identidad musical en composiciones. Además hemos estado juntos casi veinte años, con el grupo Ricardo Vilca y Sus Amigos. Muchos se confunden y creen que Vilca nos enseñó a nosotros, y en realidad, nosotros somos contemporáneos a él. Compartimos con él la vida y las composiciones, todos hicimos nuestro aporte al grupo, sobre todo el charanguista, José Toconás, y yo, que tuvimos mucha participación en la terminación de muchas composiciones, haciendo los arreglos, la armonía. Fue una música compartida.
Siempre fuimos un grupo, Ricardo Vilca y Sus Amigos.
Y van a seguir siendo…
Sí, ahora con el nombre invertido, desde su muerte, nos seguimos presentando como Los Amigos de Ricardo Vilca. Este año nos abocamos un poco más a salir de Humahuaca. La vida transcurre y no somos eternos, no sabemos hasta cuándo vamos a estar en este mundo, y entonces nos propusimos tomar las cosas en serio, hacernos respetar, que se divulgue de verdad esta música, sin dejar obviamente del todo la bohemia que nos enseñó Ricardo.
¿Cuál es la característica de la música de Ricardo Vilca?
Es una música muy profunda. Se la utiliza para musicoterapia, no sólo en Jujuy, sino en Buenos Aires, en Madagascar, en Venezuela, en varios países de Europa.
¿Cómo definen ustedes, los músicos de Ricardo Vilca, esa música? ¿Es folclore? ¿Es música clásica?...
Lo que pasa es que hay una confusión, con respecto a lo que es el folclore. Cuando se habla de “música folclórica”, se cree que es sólo chacarera, bailecito, cueca, zamba, gato, etc. Y no, ese concepto de folclore es erróneo, porque la palabra “folclore” significa “sabiduría de un pueblo”, y si vamos a analizar profundamente, por pueblo se puede entender también una provincia, un país, una región, el pueblo sudamericano. En este caso, tenemos que decir que Ricardo era un folclorista, porque sacaba del pueblo y nosotros lo hemos denominado “música paisajística con profundidad”, porque el paisaje no es pura montaña, sino que dentro de ese paisaje, hay seres humanos, con tristezas, alegrías, etc. El paisaje sería esa gente, con ese entorno geográfico, que vivencia frío, calor, necesidades, impotencias, y tantas cosas que tienen los distintos lugares. Lo que hacía Vilca era captar esa sensación en una melodía, y luego entre todos la terminábamos de componer y armábamos lo que suena.
Vos decís entonces que él iba más allá de los cerros, no se quedaba con la belleza de la imagen del paisaje…
Claro, él captaba el todo, el paisaje con su gente, y todo lo que significa. Y eso es folclore. Porque folclore no es solamente la danza y la música, sino también la comida, la manera de sentir, la creencia en Dios, en la Pachamama, en los dioses, etc. Cada cultura tiene su dios, y si nosotros respetamos la cultura impuesta, ellos también que respeten. No se pretende el confrontamiento, pero esa mezcolanza que se produjo con la llegada de la cultura cristiana, se sostuvo, y ese es el hoy de nuestra cultura. Y la música de Vilca es eso, paisaje, sentimientos, seres, cultura. En definitiva nosotros decimos que es música paisajística con profundidad en los sentimientos.
¿Cómo recuerdan a Vilca cuando se juntan para ensayar o actuar?
Siempre nos acordamos más las anécdotas chistosas, porque él era de perfil bajo, y muy bohemio, hoy por ejemplo hubiera preferido estar tomándose un vinito por los costados, y que el público esté junto a él, para contarle que cuando veníamos estaba nevando en Tumbaya. El nos mostraba por ejemplo, que ese paisaje desde el auto, uno lo aprecia porque está calentito, pero el que está en ese lugar que uno está mirando, debe estar pasando frío. Él siempre miraba más allá. Esos son los recuerdos que tenemos de él, el perfil bajo y de meterse en el mundo del otro, entregarse.
