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11 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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Amistad

Miércoles, 08 de mayo de 2013 20:04

En cuanto el padrecito se puso al tanto de la vida del muchacho, entró en confianza y le dijo que descuide, que por él no había problemas en estar sentado a la misma mesa que el hijo del Diablo. Total que nadie elige los padres que tiene, dijo, lo que se eligen son los amigos, dijo y le tendió la mano en son de paz y de amistad.

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En cuanto el padrecito se puso al tanto de la vida del muchacho, entró en confianza y le dijo que descuide, que por él no había problemas en estar sentado a la misma mesa que el hijo del Diablo. Total que nadie elige los padres que tiene, dijo, lo que se eligen son los amigos, dijo y le tendió la mano en son de paz y de amistad.

El joven se sintió relajado. Era la primera vez en su vida que sentía que la gente no lo marginaba por ser el hijo de quien era. En agradecimiento, quiso pagar de su bolsillo la cajita de vino, la gaseosa y las empanadas que estábamos consumiendo, pero no se lo aceptamos. Si se sienta a nuestra mesa, dijo el peluquero, el invitado es usted.

Lo dijo con voz ya de antemano arrepentida, porque entre los pecados del peluquero se contaba la avaricia. Pero ya estaba dicho y no se iba a echar atrás ni se lo íbamos a permitir, total que pocas veces se lo vio aportar para el pago de la cuenta.

Es que nunca antes me habían aceptado en ninguna parte, dijo el joven subrayando eso de que nunca antes ni en ninguna parte. Siempre se me corrió del medio como con miedo, y lo cierto es que me corrían aquellos que eran peores que yo, aunque no deba ser yo el que lo diga. La verdad es que me alegra haber andado tanto para dar con gente como ustedes, dijo.

Emocionado como estaba, se levantó para ir al baño. Pidió permiso con una educación que nos excedía, y en cuanto cerró la puerta del fondo del bar, por las dudas, todos los que estábamos sentados a esa mesa nos persignamos disimuladamente.

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