“Este es un pequeño cuento, con una trama simple, con personajes que surgen del clisé, muy arquetípicos, pero que tienen como fin indagar en cuestiones más profundas, desplegar una trama psicológica e investigar las escenas más eróticas y sexuales”.
inicia sesión o regístrate.
“Este es un pequeño cuento, con una trama simple, con personajes que surgen del clisé, muy arquetípicos, pero que tienen como fin indagar en cuestiones más profundas, desplegar una trama psicológica e investigar las escenas más eróticas y sexuales”.
La cinta cuenta la historia de una asesina serial, una mujer con tres personalidades, interpretadas por tres actrices, que seduce hombres al azar en el subte, tiene sexo con ellos, los mata y sigue su camino, hasta que en una de sus cacerías se topa con un policía que luego comenzará a perseguirla.
“Es una película que busca provocar estímulos. Lo poderoso está en la potencia de incitar al espectador en sus propias emociones, de erotizarlo, de enojarlo o de conmocionarlo”, expresó la realizadora de “Pompeya” y correalizadora de “Upa! Una película argentina”, junto a Santiago Giralt y Camila Toker.
“Siento-agregó- que con `Mujer…´ estoy dialogando con el cine argentino, preguntándome por qué no hablamos de esto o aquello y quise probar intensidad, probar el grito, un personaje arrastrándose por el piso, dos personajes teniendo sexo y acabando juntos. Busqué emociones fuertes, escenas exageradas pero que sean creíbles”.
La mujer lobo de Garateguy es “una mujer mala, hipersexual y enferma. Un personaje intenso que desde lo emocional, refleja la locura y la maldad”, describió la cineasta.
En cuanto a la idea de desdoblar al personaje explicó que era la forma más potente para contar los problemas mentales de esta mujer y que cada una de sus personalidades estuvieran encarnadas por diferentes actrices con su propia línea de acción.
“Mujer lobo”, un filme sensual, con una exquisita estética y logradas interpretaciones a cargo de Mónica Lairana, Guadalupe Docampo y Luján Ariza, coquetea con elementos del policial negro, del thriller psicológico, de lo fantástico y de lo erótico.
-¿Por qué esta “Mujer lobo”?
-Surge a partir de la necesidad de trabajar con un personaje femenino porque en “Pompeya” ahondé en un mundo de varones y tenía ganas de meterme con un personaje femenino, que fuera muy a mi estilo: no tan delicado.
Tenía ganas de trabajar con un personaje que me permitiera extralimitarme, jugar con los bordes con una figura muy estallada. Llegar a lugares muy exagerados y ver qué pasa en esas zonas.
-Elegiste una estética urbana; ¿cómo incide esta decisión en lo narrativo?
-Soy una directora porteña. Todas mis películas son muy urbanas. El escenario es la ciudad porque me resulta atractiva en sí misma. Tuve ganas de representar ese escenario tan conocido para todos y transformarlo, volverlo extraño y siniestro para poder introducir lo fantástico.
-La película tiene una mirada muy particular de la mujer, distante de la típica mirada masculina; ¿cómo la definís?
-En general, siento que lo que hago es un poco bruto o rústico. Pero en esta película trabajamos mucho la estética, trabajamos mucho con las actrices para que se vieran de la mejor manera y que se sintieran libres para poder exponerse, estuvimos en cada detalle y buscamos que la fuerza y la brutalidad estuvieran puestas en otras cosas, como en las emociones o en la locura. En lo sexual, hay dos miradas, los varones tienen la idea más cercana a lo porno y las mujeres más a la previa.
-¿Qué lugar ocupa lo sexual y lo erótico en la historia?
-Tenía ganas de trabajar en esa zona porque no lo veía en el cine. Me preguntaba qué pasa en el cine que no vemos escenas de sexo o eróticas; ¿es que la gente no tiene vida sexual?
De todas maneras, el sexo es un elemento, un escalón más para llegar a todo lo que ofrece esta historia, en la que busqué extralimitarme pero en lo emocional, en la locura, en la enfermedad.