Con la consigna “Inta en la calle”, trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) realizaron una jornada de visibilización en la Plaza Belgrano con el objetivo de dar a conocer las tareas que se desarrollan en las estaciones experimentales de la provincia y alertar sobre el posible impacto de las medidas de ajuste impulsadas desde el Gobierno nacional. Se teme que el ajuste deje a muchos trabajadores sin empleo y sin servicio a muchas regiones de la provincia donde se desarrolla la agricultura familiar.
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Con la consigna “Inta en la calle”, trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) realizaron una jornada de visibilización en la Plaza Belgrano con el objetivo de dar a conocer las tareas que se desarrollan en las estaciones experimentales de la provincia y alertar sobre el posible impacto de las medidas de ajuste impulsadas desde el Gobierno nacional. Se teme que el ajuste deje a muchos trabajadores sin empleo y sin servicio a muchas regiones de la provincia donde se desarrolla la agricultura familiar.
Durante la jornada, se instalaron dos stands con información sobre el trabajo que llevan adelante las estaciones experimentales de Yuto y el Instituto de Agricultura Familiar (Ipaf) NOA, con sede en Hornillos. Según expresaron los trabajadores, las reformas que propone el Ejecutivo bajo el rótulo de "modernización" suponen, en realidad, un profundo recorte que pone en riesgo a más de 1.500 empleados en todo el país, así como la continuidad de programas clave para el sector agropecuario.
“Nos están amenazando con un decreto que modificaría por completo la gobernanza del INTA. Están en juego no solo los puestos de trabajo, sino también la continuidad de 300 unidades de extensión, el funcionamiento del Ipaf y la permanencia de campos experimentales”, explicó Martín Galarza, secretario de Apinta Jujuy.
Galarza recordó que estas advertencias comenzaron a plantearse en febrero, cuando el Gobierno nacional dio señales claras del rumbo que pretendía tomar con el organismo. “Ya se cerró la Estación Experimental del AMBA, y vemos que programas como ProHuerta o Cambio Rural han sido desmantelados. Ahora tememos por el cierre del IPAF, que sería un golpe directo a la agricultura familiar”, advirtió.
El dirigente destacó que en Jujuy el Inta cuenta con unas 150 personas trabajando en distintas unidades distribuidas por toda la provincia. “Hay más de 20 unidades territoriales que se verían reducidas a solo dos si se concretan los cierres. Eso es gravísimo, no solo en términos laborales, sino también en términos de soberanía productiva”, señaló.
También denunció la falta de diálogo institucional: “Hoy el director nacional del INTA no mantiene contacto con el secretario de Agricultura. Se toman decisiones desde el desconocimiento total del rol que cumple el Instituto en los territorios”.
Por su parte, Andrés Longoni, referente del área de Comunicación del IPAF NOA, remarcó que la actividad buscó socializar con la comunidad los trabajos de investigación y extensión que el Inta desarrolla en las provincias de Salta y Jujuy.
“Queremos que la sociedad conozca qué hace el Inta, cómo trabajamos con productores y comunidades. Pero también queremos alertar sobre el achicamiento estructural que estamos atravesando. Si se reducen las unidades de extensión y los institutos vinculados a la agricultura familiar, se pierde un puente clave entre la ciencia y los territorios”, explicó.
La jornada fue acompañada por técnicos y profesionales de distintas áreas del organismo, que compartieron materiales, experiencias y muestras de los trabajos que se realizan en los territorios. La iniciativa también se replicó en distintas provincias del país, como parte de una campaña nacional para defender al Inta y su presencia federal.
El IPAF NOA, con 38 trabajadores entre ellos 20 investigadores y su sede en Hornillos, fue uno de los principales actores en visibilizar el riesgo. "Trabajamos desarrollando tecnología para el sector de la agricultura familiar", explicaron desde el instituto. Su labor abarca desde un campo experimental y un centro demostrativo de gestión integral del agua hasta el desarrollo de maquinaria específica para pequeños productores.
La principal preocupación manifestada por los trabajadores es la reducción del sistema de extensión. Este sistema es el nexo directo entre la investigación generada en el INTA y su aplicación práctica en los campos de los agricultores. La disminución de recursos para esta área significa que menos técnicos podrán llegar a las comunidades, brindando asistencia técnica, capacitación y transfiriendo tecnologías que mejoren la productividad y la calidad de vida de las familias rurales.
Recortes a nivel nacional
La situación en Jujuy no es un hecho aislado. A nivel nacional, el INTA fue blanco de ajustes presupuestarios en el marco de las políticas de austeridad del gobierno. Diversos medios de comunicación y gremios reportaron una disminución significativa en la asignación de fondos para el organismo, lo que genera incertidumbre y preocupación entre sus trabajadores.
Según publicaciones de medios especializados en el sector agropecuario, los recortes no solo impactan en el personal y la extensión, sino también en la financiación de proyectos de investigación y en el mantenimiento de la infraestructura del instituto. Esto podría tener consecuencias a largo plazo en la capacidad del país para desarrollar soluciones innovadoras y sostenibles para el sector agropecuario.