La tradicional feria de Santa Anita volvió a llenar de color y sabores la localidad de Tumbaya, donde vecinos, productores y cocineras ofrecieron una amplia variedad de comidas regionales en formato miniatura. Tamales con charqui, empanadillas de cayote, maicenas de quinua, api y pochoclo elaborado con cereales andinos fueron parte de una oferta que sedujo a los turistas y puso en valor los ingredientes de la Quebrada y la Puna.
inicia sesión o regístrate.
La tradicional feria de Santa Anita volvió a llenar de color y sabores la localidad de Tumbaya, donde vecinos, productores y cocineras ofrecieron una amplia variedad de comidas regionales en formato miniatura. Tamales con charqui, empanadillas de cayote, maicenas de quinua, api y pochoclo elaborado con cereales andinos fueron parte de una oferta que sedujo a los turistas y puso en valor los ingredientes de la Quebrada y la Puna.
Organizada en el marco de la festividad religiosa de Santa Ana, la feria contó con la participación de productores de Tumbaya, Volcán, Bárcena, Cianzo y otras localidades cercanas. La propuesta central fue, como cada año, la recreación de la “República de Santa Anita”, una ciudad simbólica en miniatura donde los visitantes debían gestionar un “miniDNI” y utilizar billetes ficticios para acceder a los productos.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el casamiento simbólico de una joven pareja, celebrado en una iglesia diminuta, con mini torta de bodas, brindis y vals incluidos, ante la mirada de vecinos y turistas.
Desde la organización destacaron que el objetivo del evento es fortalecer a los pequeños productores, difundir la gastronomía local y mantener vivas las tradiciones religiosas y culturales de la región. A la propuesta se sumaron puestos de comidas tradicionales y espectáculos de música folclórica en vivo, que animaron una jornada festiva y cargada de identidad quebradeña.