Durante una charla organizada por la Cámara del Tabaco de Jujuy, el meteorólogo Juan Mario Ataliva Navarro advirtió analizó y enfatizó que este año habrá fenómenos extremos, que ya se vienen registrando y las consecuencias particularmente en el sector tabacalero y anticipó un invierno lluvioso. Instó a invertir en estudios y tecnología para prepararse para estas contingencias hacia futuro.
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Durante una charla organizada por la Cámara del Tabaco de Jujuy, el meteorólogo Juan Mario Ataliva Navarro advirtió analizó y enfatizó que este año habrá fenómenos extremos, que ya se vienen registrando y las consecuencias particularmente en el sector tabacalero y anticipó un invierno lluvioso. Instó a invertir en estudios y tecnología para prepararse para estas contingencias hacia futuro.
"El 2025 será un año con gran incidencia de eventos extremos en al menos 17 provincias. Habrá que estar preparados", aseguró Navarro, director del Observatorio Salsipuedes y docente de Ingeniería Agronómica de la Universidad Católica de Córdoba. El experto se desempeña como perito en siniestros climatológicos y es máster en meteorología cuántica, física, geofísica, irrigación de cuencas hídricas y energías renovables.
Antes de exponer, explicó a la prensa que actualmente Argentina atraviesa una fase de "neutralidad" climática, sin influencia clara de los fenómenos de El Niño o La Niña pero estimó que esta aparente estabilidad es engañosa. "Estamos viviendo un año excepcionalmente atípico. Tuvimos un invierno que no fue tal, con temperaturas de 32 o 34 grados que luego cayeron bruscamente a -5. En Buenos Aires hubo cuatro tormentas eléctricas en menos de un mes. En el Norte argentino, eventos extremos se repitieron durante el verano", explicó.
Navarro anticipó cuáles serán las provincias que tendrán mayor exposición a fenómenos extremos, entre ellos Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Córdoba, La Pampa, Buenos Aires, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santiago del Estero, Santa Fe, Chaco, Formosa, Río Negro y Santa Cruz.
"El cambio climático y la neutralidad están generando distorsiones meteorológicas graves, lluvias intensas en poco tiempo, períodos prolongados de sequía, y variaciones térmicas muy marcadas", precisó. Advirtió que se podrían registrar temperaturas de hasta 42 grados en primavera y verano, y precipitaciones que podrían alcanzar los 210 mm en apenas una hora. "Esto antes ocurría en todo un día", afirmó y estimó que es necesario que los gobiernos nacionales, provinciales, municipales y comunales comiencen a anticiparse a los desastres y trabajen en la prevención y adaptación.
Navarro también puso el foco en el impacto del clima sobre la salud y la vida cotidiana. "Cuando pasamos 25 o 35 días sin lluvia, la atmósfera se carga de materiales pesados y hay un aumento de la electrificación magnética. Esto afecta directamente a la salud humana y al medio ambiente", dijo. Agregó que las nuevas tecnologías, incluyendo la inteligencia artificial, permiten detectar y anticipar estos cambios, y que Argentina no puede quedar al margen de estas herramientas.
Consultado sobre el impacto de estos fenómenos en el cultivo de tabaco, el meteorólogo dijo que factores como la humedad, la lluvia y el viento inciden fuertemente en cultivos de hoja verde, como el tabaco o la yerba mate, al igual que en la vitivinicultura del Norte argentino. Sostuvo que es clave tener la lluvia en el momento adecuado y realizar la producción y plantación con precisión, de lo contrario, las pérdidas pueden ser significativas.
En cuanto al próximo otoño, anticipó un patrón de lluvias intensas. "Vamos a tener un otoño muy lluvioso, especialmente en el oeste y centro-este de Jujuy, noreste de Salta, este de Chaco, sudeste de Tucumán y centro-oeste de Santiago del Estero", adelantó.
Navarro remarcó que los gobiernos deben asumir su rol en la ejecución de obras estratégicas, tomando como ejemplo a Uruguay, donde la ciudad de Montevideo cuenta con un sistema de drenaje subterráneo altamente eficiente. "Cuando llueven 100 o 120 mm en ciudades densamente pobladas, no hay anegamientos porque el agua es absorbida por sistemas de escurrimiento subterráneo. Las cloacas y las cuencas están bien planificadas", explicó.
Aseguró que este tipo de infraestructura es clave no solo para evitar catástrofes, sino también para reutilizar el agua con fines productivos. "La distribución de cuencas primarias, secundarias y terciarias subterráneas es la mejor inversión para una ciudad. Permite generar recursos hídricos sostenibles y distribuir el agua en tiempo y forma, incluso en contextos de escasez", dijo.
Explicó que contar con reservas subterráneas adecuadas permitiría abastecer a todo el sistema productivo durante un año, incluso con lluvias escasas. "Con buena planificación e inversión, ese recurso puede ser administrado mediante canales, diques y sistemas de contención", dijo asumiendo que el agua debe verse como una inversión estratégica. Planteó que las inversiones pueden ser de capitales internacionales asumiendo que se puede pensar en planificación turística e hídrica, que genera retornos económicos por ejemplo.
Especialista instó a trabajar en equipo
Para Juan Navarro, el productor local debe adecuarse a estos desafíos con el apoyo de la ciencia y el asesoramiento técnico. “Hoy, quien se asesora gana. Hay que trabajar en equipo, con ingenieros agrónomos, meteorólogos y especialistas en sistemas fitosanitarios, y tener una mirada de mediano y largo plazo para anticipar escenarios climáticos. La tecnología es clave, incluso para pequeños productores con dos, diez o cincuenta hectáreas”, dijo y explicó que las soluciones simples pueden tener impactos enormes. Destacó que su trabajo se basa en acercarse al productor “lugar por lugar” y brindar soluciones concretas y personalizadas. “Así como se planifican las fumigaciones o la producción orgánica, hay que trabajar en conjunto. El trabajo en equipo da resultados”, dijo.
Mientras, el presidente de la Cámara del Tabaco de Jujuy, Pedro Pascuttini, valoró poder contar con información actualizada y confiable. “El cambio climático está golpeando fuerte. Lo vemos en las altas temperaturas y las inundaciones en el hemisferio Norte. Y lo sentimos en nuestras fincas, cuando el granizo o la falta de agua provocan emergencias.
El agua, para nosotros, es una cuestión de vida”, afirmó. Pascuttini estimó clave tomar conciencia, planificar y gestionar de forma anticipada para proteger la actividad y seguir produciendo en un contexto cada vez más desafiante: “Todo esto lleva no solamente a conocer sino también a realizar todas aquellas gestiones que debamos hacer anticipadamente”. Participaron del encuentro directivos de la Cámara, el presidente de la Sociedad Rural, Fernando Casares, y el secretario de Coordinación de la Agencia de Desarrollo del Ministerio de Desarrollo Productivo, Félix Pérez.