Las personas de la Generación Z están experimentando un fenómeno denominado telefobia, es decir, el miedo a atender llamadas telefónicas. De hecho, una cuarta parte (23%) de los jóvenes en este rango de edad afirma que nunca atiende una llamada y más de la mitad (56%) considera que una llamada inesperada implica malas noticias, según un estudio realizado por Uswitch.
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Las personas de la Generación Z están experimentando un fenómeno denominado telefobia, es decir, el miedo a atender llamadas telefónicas. De hecho, una cuarta parte (23%) de los jóvenes en este rango de edad afirma que nunca atiende una llamada y más de la mitad (56%) considera que una llamada inesperada implica malas noticias, según un estudio realizado por Uswitch.
Frente a esta situación, Nottingham College está organizando sesiones de capacitación en confianza y etiqueta telefónica para ayudar a los jóvenes a superar su miedo, según recoge BBC.
Liz Baxter, asesora profesional de la mencionada universidad inglesa, señala que los jóvenes “simplemente no tienen la confianza” para utilizar el teléfono de manera formal. Esto representa un problema, ya que las entrevistas telefónicas siguen siendo una herramienta comúnmente utilizada por las empresas.
Por su parte, George Heritage, gerente de servicios al cliente en Express Recruitment, coincide con Baxter en que los jóvenes ya no contestan las llamadas: “En particular, después del Covid-19, hemos observado una tendencia clara, tanto cuando reclutamos para nuestra propia empresa como cuando lo hacemos para nuestros clientes”.
Como parte del programa ofrecido por la universidad, se ofrecen sesiones prácticas en las que los estudiantes realizan juegos de rol, simulando preguntas comunes en las entrevistas.
Además, se les anima a llamar a restaurantes para preguntar por los horarios de apertura o a tiendas para consultar la disponibilidad de productos, con el fin de ir probando sus límites en situaciones cotidianas, según explicó Baxter al medio citado.
Cómo prefiere la Generación Z comunicarse
La Generación Z prefiere comunicarse a través de mensajes de texto, redes sociales y mensajes de voz, en lugar de las tradicionales llamadas telefónicas, según el mismo estudio de Uswitch.
Esta tendencia refleja un cambio en los hábitos de comunicación, influenciado por el auge de las plataformas digitales. El 48% de los jóvenes opta por las redes sociales y el 37% por mensajes de voz, mientras que solo el 11% de los mayores de 55 años prefiere las redes sociales.
Aunque los jóvenes aún realizan llamadas telefónicas, lo hacen principalmente cuando estas han sido concertadas previamente, ya que asumen que una llamada inesperada podría significar malas noticias. En general, los jóvenes buscan formas de comunicación más rápidas y menos formales que las llamadas de voz tradicionales.
Cómo superar la telefobia
Superar la telefobia, o el miedo a contestar llamadas telefónicas, implica un enfoque gradual y práctico para reducir la ansiedad asociada con este tipo de comunicación. Algunas estrategias son:
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Reconocer y entender el miedo.
El primer paso es aceptar que existe un miedo y comprender que es una respuesta emocional común. Reflexionar sobre las razones detrás de la ansiedad, como el temor a una conversación incómoda o a recibir malas noticias.
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Comenzar con llamadas breves.
Si el miedo es grande, es recomendable empezar contestando llamadas simples y cortas, como las de familiares o amigos cercanos. Esto ayuda a acostumbrarse a la experiencia sin la presión de conversaciones formales o complicadas.
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Establecer objetivos pequeños.
Una persona puede fijarse metas pequeñas, como contestar una llamada por día, con el fin de superar gradualmente el miedo. Este enfoque permite aumentar la confianza poco a poco.
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Practicar con juegos de rol.
Realizar simulaciones de llamadas con alguien de confianza es una excelente forma de practicar y ganar confianza. Esto le permite a la persona sentirse más preparada para las conversaciones reales.
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Preparar el entorno.
Contar con un espacio tranquilo y sin distracciones durante las llamadas ayuda a sentirse más cómodo. Además, antes de contestar, tomarse unos segundos para respirar profundamente puede ser útil para calmar la ansiedad.
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Familiarizarse con los temas comunes.
Investigar o prepararse para las conversaciones frecuentes, como aquellas relacionadas con el trabajo o actividades cotidianas, puede reducir la incertidumbre y la ansiedad ante una llamada inesperada.
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Buscar ayuda profesional.
Si el miedo es intenso y afecta gravemente la vida personal o profesional, es recomendable buscar la ayuda de un terapeuta especializado en ansiedad o fobias. Un profesional puede proporcionar herramientas y técnicas más específicas para abordar el miedo de manera más efectiva.