Al rompecabezas del peronismo jujeño, o le faltan o le sobran piezas, o se le mezclaron las piezas de otros juegos y así por lo menos hasta hoy será imposible recomponer el cuadro completo y atractivo de un espacio político o de un partido político. Y ni pensar en un Frente o el viejo Movimiento Nacional, aquel paraguas tan amplio como generoso, acogedor de todos los que se sintieron alguna vez militantes de un territorio nacional y popular. Jujuy es el ejemplo vivo de una crisis que o se supera o se la deja llegar al estallido final que lo obligue a la renovación y una regeneración total.
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Al rompecabezas del peronismo jujeño, o le faltan o le sobran piezas, o se le mezclaron las piezas de otros juegos y así por lo menos hasta hoy será imposible recomponer el cuadro completo y atractivo de un espacio político o de un partido político. Y ni pensar en un Frente o el viejo Movimiento Nacional, aquel paraguas tan amplio como generoso, acogedor de todos los que se sintieron alguna vez militantes de un territorio nacional y popular. Jujuy es el ejemplo vivo de una crisis que o se supera o se la deja llegar al estallido final que lo obligue a la renovación y una regeneración total.
Los archivos de la última elección dicen que el PJ fue fraccionado en cinco, y que ése fue el motivo principal de la debacle. En realidad, observando hoy desapasionadamente las divisiones fueron más, y mirándolas una por una se advierten las limitantes para un reencuentro sincero y potente. El 11/7 el oficialismo fue compuesto por dos sectores: uno bendecido desde el PJ nacional referenciado en la diputada nacional Leila Susana Chaher, pura Cámpora, cristinista total, de fuerte coherencia de pensamiento pero precisamente por eso, de una débil llegada al electorado jujeño; y el otro fue encarnado por una paradoja notable: a Rubén Armando Rivarola, le quitaron el Partido con la intervención motorizada principalmente por la senadora Carolina Moisés, pero RR se negó a "sacar los pies del plato", "aguantó los trapos" y terminó aportando el mayor caudal territorial y electoral que salvó al PJ de su casi extinción. Y aquella senadora sampedreña que presumía de ser abanderada de CEFK, terminó armando el Frente Somos Más, que como el resto de las ramificaciones quedó lejos del piso electoral. Y además, rompió el bloque de senadores y armó uno nuevo que hasta hoy se mantiene, al parecer, sin muchas ganas de volver bajo el ala de cualquiera de los dos preexistentes: Ricardo Mayans y Juliana Di Tulio. El Frente no muy Amplio de los hermanos Martín Palmieri, que "jamás volvería al PJ", adscripto entonces al rebelde gobernador riojano, pero Ricardo Quintela hoy, es uno de los pocos que volvió al PJ nacional bajo el mando de CEFK. "Los Dinguis" dicen no cambian su idea original. El Frente de los Trabajadores, del sindicalista exrivarolista Santiago Hamud también intentó por fuera, pero los votos recogidos licuaron su ambición y la hundieron en la nebulosa de la nada. Los observadores políticos contaban al Frente Primero Jujuy, sin percatarse que no obstante sus orígenes peronistas, Carlos Haquim y su gente siguen demasiado lejos del PJ y demasiado cerca del "Hacemos" del cordobés Juan Schiaretti, como para pensar en volver. Y además, arrastró a sus filas al exrector Rodolfo Tecchi, quien militaba en el riñón de Guillermo Moreno (Principios y Valores), otro realineado hoy con el cristicamporismo, con justificaciones bastantes sinuosas.
Pero además de esos cinco, hubo otros. El Frente Unir de René Vicente Casas, más peronista que muchos que se autoperciben como tales, viene siendo otro desprendimiento importante. Consultado si atendería un llamado del PJ, el abogado dijo que sí, "pero a dialogar, no a negociar". Fin. Otro desprendimiento fue la antigua "columna vertebral". Ante una CGT desdibujada, la corriente "Saúl Ubaldini" pactó con el gobierno, calzó un diputado y a menos que se quiebren ruidosamente, es muy difícil que de esos sindicatos alguno se sientan seducido por el PJ. Y hubo más tránsfugas notables entre intendentes, comisionados y referentes que cedieron a la tentación de participar de la torta del oficialismo, o apostaron a futuro engrosando las listas de los libertarios. Y si algo faltaba: el pandemónium alumbró a la agrupación política "La Carlos Menem"... ídentro de La Libertad Avanza! Y tuvo entre sus patrocinadores al "Jefe" Karina Milei y a la senadora jujeña Vilma Bedia que reapareció muy oronda, y como fundadores a Enzo Di Fabio y a Fidel Kohan, nieto del poderoso exsecretario general de la Presidencia del riojano, Alberto Kohan. Pero más grave que estas fragmentaciones, al peronismo le cayó peor la otra gran división: el divorcio con su histórica masa crítica de votantes.
Repasando todo lo que se dijeron, lo que hicieron y el final de microemprendimientos electorales, a todos los nombrados, aparece difícil sino imposible, imaginarlos sentados a la mesa de la autocrítica y la concordia diseñando el resurgir de aquel peronismo que los cubrió de victorias y de gloria. Por separado todos dicen que el enemigo es Sadir. Así como están, jamás le ganarán a Sadir, especialmente porque como un plus a tanto desencuentro, ayudaron al crecimiento en medio a "las fuerzas del cielo" en Jujuy, que vienen marchando a tambor batiente.
El peronismo a nivel nacional no puede ser referencia de guía y coherencia para el PJ jujeño. Hoy sólo está sobreviviendo apoyado en la espalda portentosa de Cristina, mientras la señora usufructúa la centralidad de su sentencia condenatoria, y las oscuridades e imprecisiones de los jueces responsables del cumplimiento de la pena, le regalan día a día. Ella reclama, tuitea, agrede, graba mensajes, lanza pronósticos apocalípticos, insulta. Pero después analizado el acto de las 200 mil personas, (lejos del millón soñado), CEFK en su infinita sabiduría política sabe que la espuma irá bajando en estos días. Y que los conceptos de proscripción y persecución se irán diluyendo. Así será inexorablemente. Y mientras Kicillof aborrecido por los K, Máximo, rechazado por los no K y Massa listo a sacar agua de las piedras, buscan heredarla sin merecerlo, ya ni todos los gobernadores, ni todos los intendentes, ni siquiera todos los legisladores, ni la CGT ni los sindicatos, se subordinan a sus pretensiones de lapicera única y conducción eterna. Y cada día son más los que ven una oportunidad de verse liberados del yugo de su personalidad arrasadora.
Sólo algo más: Mientras Javier Milei dinamitó cualquier sospecha de indulto, para reinstalarla como rival, "es un disparate", dijo, quizás sea el momento para los que sin piedad usan y espolean a Cristina, y se solazan disfrutando y alimentándose de sus actings jubilosos y del desprecio por todo lo que no controla, piensen que cuando queda sola en la intimidad de su departamento/celda y entre sus hijos y los afectos más cercanos y verdaderos, quizás se hunde en una angustia lógica, con el dolor por todo lo perdido, con la rabia por muchas traiciones que la rodean, por el denso panorama de otros juicios en el horizonte, por el enorme peso de la tobillera que aborrece, y por el tiempo que se le escurre entre los dedos. Quizás su más rancia militancia deba cuidarla para que todo eso no termine esmerilando ni cariz mediático de sus personajes ni el duro mármol de su personalidad. Porque al fin y al cabo, el peronismo y el país, la necesitan no entre arrebatos histriónicos, sino con la serena experiencia y el alto perfil de estadista. Y así hasta es probable que cumpla su sueño: "Volveremos más inteligentes".