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25 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Tiempo ideal para evolucionar

Lunes, 02 de junio de 2025 01:02

Pareciera que en política los días se hubiesen deslizado plácidamente desde la elección del 11 de mayo hasta que entró finalmente este helado mes de junio en Jujuy. Sin embargo, no es así. Terminados la campaña, la elección y el análisis de los resultados, todavía les queda pendientes a los principales partidos y frentes, resolver una cuestión que los pone de cara frente a su vida institucional inmediata y a las elecciones que vienen: salir de la supervivencia individual, del frenético reparto de cargos, y convertirse en agrupaciones capaces de ofrecer un proyecto de provincia que vaya más allá del recitado de slogans ultra gastados y de la “aplicación del físico”, recurso a cargo de los dueños de las chequeras y las lapiceras. Y esto no es patrimonio sólo de los jujeños: viene heredado y fomentado por el desbarajuste nacional en el que se encuentran todos, que terminaron prohijando las victorias y la existencia de La Libertad Avanza y convirtiendo en Presidente a un líder carismático, agresivo y con pobres pergaminos políticos como Javier Milei. Pero, de aquí en adelante, las cosas deberán ser diferentes. La elección de los diputados nacionales el 26 de Octubre tendrá características muy distintas a la de mayo. De movida, se votará con boleta única, lo que se supone, o queremos suponer, que evitará el otro pandemonio ya casi olvidado de los cómputos electorales, que le colgaron a Jujuy peculiaridades tan especiales que quedarán en la historia de los temas difíciles de explicar.

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Pareciera que en política los días se hubiesen deslizado plácidamente desde la elección del 11 de mayo hasta que entró finalmente este helado mes de junio en Jujuy. Sin embargo, no es así. Terminados la campaña, la elección y el análisis de los resultados, todavía les queda pendientes a los principales partidos y frentes, resolver una cuestión que los pone de cara frente a su vida institucional inmediata y a las elecciones que vienen: salir de la supervivencia individual, del frenético reparto de cargos, y convertirse en agrupaciones capaces de ofrecer un proyecto de provincia que vaya más allá del recitado de slogans ultra gastados y de la “aplicación del físico”, recurso a cargo de los dueños de las chequeras y las lapiceras. Y esto no es patrimonio sólo de los jujeños: viene heredado y fomentado por el desbarajuste nacional en el que se encuentran todos, que terminaron prohijando las victorias y la existencia de La Libertad Avanza y convirtiendo en Presidente a un líder carismático, agresivo y con pobres pergaminos políticos como Javier Milei. Pero, de aquí en adelante, las cosas deberán ser diferentes. La elección de los diputados nacionales el 26 de Octubre tendrá características muy distintas a la de mayo. De movida, se votará con boleta única, lo que se supone, o queremos suponer, que evitará el otro pandemonio ya casi olvidado de los cómputos electorales, que le colgaron a Jujuy peculiaridades tan especiales que quedarán en la historia de los temas difíciles de explicar.

Para las demoras inusitadas, las postergaciones del comienzo de los informes oficiales, para los cortes en los sistemas, para la suspensión de información en las páginas oficiales de la Justicia electoral, se ensayaron todo tipo de explicaciones, aclaraciones y justificaciones que rayaron lo insólito: tardaban en llegar los datos al centro oficial, cuando todos los partidos ya los tenían casi completos, dejó de funcionar internet, la página oficial colapsaba debido a la enorme cantidad de ingresos ciudadanos ávidos por conocer los resultados, y como culminación de estos intentos de clarificación de lo que ocurría, hasta un altísimo funcionario de la Justicia Electoral explicó que se había intentado “hackear” la página. Después sobrevinieron denuncias de todo tipo, y aunque nunca se dieron a conocer oficialmente los datos provisorios, se llegó a los datos definitivos. Y como es verdad que todo está bien, cuando termina bien, todo quedó así. El oficialismo radical salvó su mayoría en la Legislatura, la oposición peronista salvó la ropa y su condición de primera minoría parlamentaria, los desafiantes Libertarios alcanzaron siete legisladores en su primera participación, y la izquierda disfrutó de afianzar su número de minoría que le asegura una supervivencia razonable. ¿Se diría todos contentos? No. Todos preocupados y asustados porque el magro electorado entre ausencias y votos en blanco mostró que los jujeños están cansados, hartos, descreídos. Y del escándalo de las listas colectoras, su buena o mala o pésima utilización, ya no vale más que decir, que dejaron una retahíla de anécdotas y enseñanzas, para quienes las sepan, o quieran aprovechar. Para no repetirlas, claro. A menos que sobreviva la idea de mantener a los jujeños en una suerte de engañapichanga electoral. Pero mirando hacia adelante, por ahora, la vida política jujeña vuelve a focalizarse en nombres, supervivencias particulares, personales, y muchos “sálvese quien pueda”: ¿quiénes serán los bendecidos para aspirar a las tres diputacías que quedarán vacantes en diciembre? Muertas las ideologías, sepultados por proyectos políticos, olvidados los principios, sólo vuelven a aparecer los nombres, todos respetables. Pero de política fundamental e institucional, poco y nada.

Entre los radicales campea la posibilidad de llevar al primer diputado electo, Adriano Morone para diputado nacional. Es cierto que el joven legislador mide muy bien, se expresa mejor y apunta un futuro político importante. Pero sería reconocer que no tienen a nadie más con esas características. Al menos nadie más que tenga más futuro que pasado. De todos modos, Natalia Sarapura aspira a ser reelecta, Lisandro Aguiar sería buen candidato, Mario Pizarro también lo sería. Pero mientras fluyen nombres, muchos anotan en el primer lugar de la lista al exgobernador Gerardo Morales, hasta hoy, guía tutelar y conductor desde el segundo plano. Y sueñan con su regreso.

El peronismo tiene ya puesta la candidatura a la reelección de Leila Susana Chaher, lanzada oficialmente por el interventor del distrito Aníbal Fernández, pero Leila además encabeza la lista “oficialista” para resolver la interna partidaria ennoviembre, pero es harina de otro escándalo pendiente. La izquierda imagina copiar la idea de la UCR: que Alejandro Vilca se convierta en testimonial, y salga a pelear la candidatura nacional. Le sería muy difícil en las condiciones actuales, pero es la única carta ganadora que pueden ofrecer con certeza de capacidad de competencia.

Los muchachos libertarios tienen un único problema: elegir bien su candidato a diputado nacional. Los provinciales electos, cumplieron el cometido de arrimar caras nuevas, curriculums en vez de prontuarios, y la firme convicción de ser soldados de Milei, aunque en sus propios discursos de campaña se asumieron laxos, más como relatores de la nueva era que como mensajes profundos de un cambio genuino y perfectamente diseñado.

El resto de las expresiones políticas, con mayor o menor suerte, dicen que seguirán participando, pero cada vez se les vuelve más complicado encontrar un lugar frente a los reflectores y ni que hablar, de un espacio en el podio. En tanto, el Gobierno sigue su lucha habitual: no frenar la obra pública, seguir cumpliendo con pagar sueldos y aguinaldos en tiempo y forma, y reunirse en paritarias, (siempre garantía de cierta tranquilidad), esquivar serios problemas puntuales como la inseguridad y otros que parecen irresueltos, resolver los constante problemas en áreas trascendentes como salud y educación. Y continuar con cierta celeridad, agotando el tratamiento de la esperada Ley de Coparticipación municipal. Los intendentes propios y ajenos ya están demasiado nerviosos a mitad de año, temiendo que las reuniones parciales que se realizan sólo dilaten el final ansiado. El intendente de San Pedro, Julio Bravo, un alcalde con fuerte vuelo propio, parece haber tomado la iniciativa de acelerar la cuestión y reunió varias veces a sus pares y hasta fue el anfitrión del último encuentro con la presencia del gobernador Carlos Sadir y el vicegobernador Alberto Bernis, donde, según dicen, los resultados fueron auspiciosos, con el objeto de sacar a Jujuy el lamentable sitio donde permanece desde siempre: ser la única provincia que no logró un acuerdo para el sano, constante y transparente reparto equilibrado de sus recursos entre Capital e interior.

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