Por Ana Carolina Moncalvo
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Por Ana Carolina Moncalvo
El comienzo de un nuevo año escolar y el retorno a las clases siempre es un momento muy esperado y significativo en la vida de los niños y las familias.
Este momento está cargado de expectativas, oportunidades, encuentros y nuevos desafíos.
Poder comprender estos cambios y acompañarlos es esencial para lograr un aprendizaje beneficioso y una adaptación saludable al nuevo ciclo escolar.
Suele suceder que, durante los primeros días de clases, el cerebro de los niños experimenta una intensa actividad, ya que pasan de un período de descanso (vacaciones) a otro más organizado (rutina escolar).
Las nuevas vivencias escolares estimulan las áreas cerebrales relacionadas con las emociones, los aprendizajes, etc, generando ansiedad y exaltación hasta que se logra regular y establecer el nuevo habito de rutina. Esto no solo le sucede a cada niño o adolescente sino también a toda la familia que lo acompaña.
No sería conveniente darles lugar a las situaciones de estrés excesivo porque podrían obstaculizar los desarrollos durante este período.
Estrategias para las familias durante esta etapa: Se puede dialogar sobre las situaciones cotidianas de la escuela, por ejemplo, actividades, proyectos, compañeros, docentes, experiencias pasadas, etc. Crear oportunidades para socializar: invitando a un de amigo de la escuela o bien utilizar la tecnología recurriendo a mensajes, llamadas, etc.
Usar o diseñar un calendario para ubicar a los niños espacial y temporalmente durante este proceso, marcando el paso de los días y colocando los eventos claves (para los más pequeños).
Llevar a cabo acciones como la organización de los materiales, la vestimenta, preparación de la mochila, etc.
Fijar rutinas de horarios regulares para comer, descansar, aseo personal, etc.
Hoy en día es importante considerar dentro de la organización establecer horarios para el uso de la tecnología y no acortar o interrumpir las horas de descanso.
Otras propuestas que podemos tener en cuenta las familias de niños con capacidades diversas son: La utilización de imágenes, fotos, videos, etc que los ayuden a evocar los recuerdos escolares, las personas, lugares, eventos y sucesos del año anterior.
También se puede visitar la escuela unos días antes y familiarizarse nuevamente con el entorno, manteniendo conversaciones sobre las experiencias y el pronto regreso a clases. Reforzar el tema a partir de la comunicación constante acompañándola de acciones concretas.
Se pueden utilizar diferentes tipos de materiales didácticos como el uso de pictogramas, recursos gestuales, apoyos auditivos ,etc dependiendo de las necesidades del niño.
Una vez iniciado el proceso, dependiendo de cada caso: Es posible plantear un acompañamiento familiar del alumno hasta lograr un vínculo de seguridad y confianza con el entorno y su adaptación. También se pueden plantear cargas horarias reducidas y progresivas de acuerdo a las respuestas de los alumnos.
Solicitar el acompañamiento de un equipo profesional que aporte y se sume a la tarea docente acorde a las necesidades de cada alumno.
Siempre debemos tener en cuenta, que más allá de las necesidades particulares de los alumnos, la edad debe ser considerada un factor relevante en la selección de ciertos tipos de estrategias a seguir.
Establecer una comunicación estrecha y un vínculo colaborativo entre la familia y la docente durante esta etapa nos va a ayudar a lograr una adaptación exitosa.
Crear lazos de comunicación con las familias del grupo, va a fortalecer y contener este proceso.
En cualquiera de los casos lo importante es fijar actividades que favorezcan un comienzo de clases de una manera tranquila y con pleno disfrute para el alumno y su entorno.
(*) Profesora de Educación Especial; especialización en personas sordas e hipoacúsicas; intérprete de lengua de señas argentina; asesoría integrada, formación holística. Correo electrónico [email protected].