POR ANA CAROLINA MONCALVO
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POR ANA CAROLINA MONCALVO
"La vida no se mide en cromosomas sino en cómo somos".
Cada 21 de marzo se celebra el Día Internacional del Síndrome de Down. Esta fecha fue elegida porque simboliza la trisomía del cromosoma 21, también conocida como síndrome de Down.
Para el abordaje de estos niños se sugiere un enfoque pedagógico holístico debido a que se busca el desarrollo integral de la persona.
Los docentes designados para el trabajo con estos alumnos deben planificar las actividades acordes a sus necesidades, teniendo en cuenta su singularidad, sus intereses y habilidades propias.
Podemos mencionar diferentes aspectos importantes para la familia y el equipo profesional que los aborda.
Cognitivo: El aprendizaje visual y táctil resultan ser efectivos para asimilar y comprender los conceptos. Utilizar juegos interactivos puede ser un recurso valioso para ejercitar y fomentar la comprensión y la memoria. Establecer rutinas ordenadas y claras los ayuda a sentirse seguros y enfocados.
Emocional: Generar espacios de interacción con los compañeros, promover la empatía y enseñar habilidades sociales a través de actividades grupales. Reconocer y celebrar los logros, es fundamental para la construcción de la autoestima, brindándoles experiencias positivas que aumenten la motivación y la confianza en sí mismos.
Social: Participar de la inclusión en el aula beneficia tanto a los niños con Síndrome de Down como a sus pares, planificando tiempos y actividades acordes a la necesidad del alumno. Este tipo de trabajo nos ayuda a construir un sentido de comunidad y aceptación. Es esencial establecer un vínculo estrecho y de colaboración con la familia. El trabajo en el hogar y en la escuela deben establecerse a partir de objetivos y metas conjuntas.
Físico: La actividad física juega un rol vital para el desarrollo integral de cualquier niño, diseñar clases de educación física inclusivas y adaptadas, pueden brindar un espacio enriquecedor para su desarrollo.
Lenguaje: Proponer un entorno lingüístico que promueva la comunicación y la fortalezca. El uso controlado de las aplicaciones a través de dispositivos como tablets, computadoras, etc. pueden ser una herramienta provechosa. Mantener siempre una práctica de ejercicios vocales resulta muy necesario para estos niños.
Estrategias pedagógicas: La adaptación del material educativo es esencial para facilitar el proceso de aprendizaje. Dar pautas claras, sencillas y utilizar recursos visuales. Ser creativos al adaptar el contenido curricular, asegurándose de que se ajuste a las capacidades individuales de cada estudiante. Identificar y desarrollar las fortalezas individuales. Alinear el contenido educativo con las áreas de interés (artes, ciencias, destrezas físicas, etc), ayuda a descubrir y potenciar talentos específicos.
Desarrollo de Habilidades Autónomas: Enseñar habilidades diarias, como el cambio de ropa, alimentación o el cuidado de sí mismos. Incentivar la confianza en sí mismos y promover la autonomía. Manteniendo una mirada hacia el futuro, debemos preparar a los alumnos con experiencias y herramientas para la inserción laboral, proporcionarles prácticas y espacios de aprendizaje para la transición a esta etapa adulta y una a participación en la sociedad.
Tanto el desarrollo del lenguaje hasta la autonomía y la preparación para la vida adulta debe ser cuidadosamente considerado cuando elegimos trabajar con personas con síndrome de Down.
La evaluación constante del proceso, la revisión de objetivos y la flexibilidad para ajustar las estrategias dependiendo de las necesidades del estudiante son consideraciones asertivas para un enfoque holístico exitoso y garantizar una vida con oportunidades.
(*) Profesora de Educación Especial, especialización en personas sordas e hipoacúsicas, intérprete de Lengua de señas Argentina. Asesoría Integrada, Formación Holística. Correo electrónico akrom@hotmail.com.ar.