En un contexto digitalizado, en el que constantemente los jóvenes están interconectados, con una realidad que se transita con prisa total y en la que cada vez son más frecuentes las patologías mentales, el estrés académico dentro de las universidades o ciclos superiores, ligado al éxito personal y al crecimiento profesional, se acrecienta exponencialmente, desembocando muchas veces en el abandono de la carrera e incluso despertando algunas otras patologías debido al constante estado de alerta.
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En un contexto digitalizado, en el que constantemente los jóvenes están interconectados, con una realidad que se transita con prisa total y en la que cada vez son más frecuentes las patologías mentales, el estrés académico dentro de las universidades o ciclos superiores, ligado al éxito personal y al crecimiento profesional, se acrecienta exponencialmente, desembocando muchas veces en el abandono de la carrera e incluso despertando algunas otras patologías debido al constante estado de alerta.
Para abordar este tema en particular, El Tribuno de Jujuy dialogó con Ana Josefa Martos y Mula, doctora en Psicología y directora de la Unidad de Investigación en Psicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unju, quien explicó al respecto: "Nosotros venimos trabajando con el estrés académico desde hace más de 12 años, en realidad trabajando sobre cómo se sentían los estudiantes en el ámbito académico, que nos llevó a preguntarnos sobre muchas cosas, desde aspectos cognitivos, capacidades de enfrentamiento o afrontamiento de textos. Pero lo que nos salió y nos sorprendió eran los aspectos emocionales. Por eso nos dirigimos hacia lo que sería el estrés académico, que en realidad es el estrés como lo conocemos, es decir, como una respuesta de alarma ante situaciones que vemos como amenazantes, pero específicamente producida por cuestiones que tienen lugar dentro del ámbito académico".
Asimismo comentó que los estudiantes que ya provenían con patologías similares, estas se agudizaron o eran más propensos a desarrollar este tipo de estrés. "Lo que también encontramos, nosotros trabajando específicamente con sintomatología ansiosa y estrés, era que efectivamente las personas que tenían sintomatología ansiosa antes de entrar a la facultad, también eran más vulnerables a desarrollar estrés académico".
Como resultado de estos estudios, la especialista refirió que el problema no fue solamente los altos índices de esta problemática sino que "no solo es el nivel de ansiedad lo que promovía o los hacía más vulnerables a sufrir estrés académico, también la falta de herramientas (de estos estudiantes) para hacerle frente. Lo que encontramos en nuestra investigación es que aquellos que tenían pocas estrategias de afrontamiento adaptativas que se llaman, que son estrategias que me ayudan a enfrentar el problema para eliminarlo, solucionarlo o mirarlo desde otra perspectiva, también desarrollaban más estrés académico, es decir eran más vulnerables a desarrollar el estrés, además de ser personas que usaban pocas habilidades sociales".
Hacer frente
Entendiendo que el estrés académico no es algo que se debe tomar a la ligera, la especialista junto a un equipo interdisciplinario, dio inicio a un taller para desarrollar estas estrategias de afrontación en la unidad académica. "Nosotros hemos trabajado con muchas variables viendo cómo interaccionaban entre ellas, cuál estaba relacionada con cuál. Nos centramos en atacar al estrés desde tres puntos. Uno es reduciendo los niveles de ansiedad. Otro es aumentando las habilidades sociales y otro es fomentando el desarrollo de esta estrategia de tipo adaptativa".
En la misma línea manifestó que "hemos empezado el sábado pasado, un taller con ingresantes del año 2025 dirigido a fomentar, a reducir el estrés, enseñando un poquito técnicas de relajación y trabajando también con actividades que les permitan a ellos detectar los problemas y empezar a desarrollar habilidades sociales y estrategias para confrontarlos. Va a durar hasta final de año y nos encontramos una vez por semana. Allí vamos a analizar si esto tiene un efecto, ayuda a los estudiantes y les reduce el estrés. Vamos a hacer un seguimiento", señaló Martos y Mula.
Tecnología que afecta
Por otra parte la especialista mencionó que uno de los factores que también puede estar ligado al surgimiento del estrés académico es la digitalización. "La virtualidad trajo la posibilidad de acceder a cierta forma de estudio, pero está produciendo un cambio en el paradigma. La posibilidad de estar conectados nos da acceso a un montón de cosas que antes no teníamos, pero también se están inhibiendo las relaciones sociales, que son fundamentales para hacer frente, no solo a aspectos académicos, a la vida misma. Uno cuando trabaja, trabaja en grupo, trabaja con compañeros, trabaja con superiores, somos seres sociales y esto afecta negativamente", apuntó.
Finalmente explicó: "Otro de los objetivos que tenemos es ver si se han producido cambios en este aspecto con lo que ocurrió en pandemia y la aparición de la virtualización. Queremos analizar si ha repercutido en los niveles de ansiedad de los estudiantes y también en su capacidad de establecer relaciones, en sus habilidades sociales y en su estrategia".
Sin embargo alertó que si bien "no hemos analizado todavía estadísticamente los datos, en un sondeo efectivamente hay menos habilidades sociales, hay menos estrategias de afrontamiento, lo cual me lleva a pensar de que va a haber mayores niveles de ansiedad cuando tengan que enfrentar las demandas universitarias" concluyó.
