El último día del mes de abril, en Tucumán, su provincia natal, partía para formar parte de la historia del folclore argentino Néstor "Poli" Soria, autor de entre más de cien obras, de dos zambas que nos identifican como jujeños: "Jujuy mujer" y "Lavandera chaguanca", cuyas letras pertenecen al poeta jujeño Alejandro Carrizo y que hicieron conocidas Ángela Irene y Tomás Lipán.
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El último día del mes de abril, en Tucumán, su provincia natal, partía para formar parte de la historia del folclore argentino Néstor "Poli" Soria, autor de entre más de cien obras, de dos zambas que nos identifican como jujeños: "Jujuy mujer" y "Lavandera chaguanca", cuyas letras pertenecen al poeta jujeño Alejandro Carrizo y que hicieron conocidas Ángela Irene y Tomás Lipán.
Calificado como el poeta y compositor que supo hacer del folclore social su bandera, "Poli" Soria con sus jóvenes 85 años fue recreando sus vivencias a través de la poesía, de la música, de las historias, sin dejar de lado la docencia a través de la cual dejaba riqueza a las nuevas generaciones que, desde el miércoles pasado, sólo podrán acercarse a él a través de su gran obra.
"Con Néstor Soria, nos iniciamos como amigos y como compositores de poesía y música en la década de los '80, ya terminando la dictadura y aflorando la democracia. Con mucho fervor en Tucumán empezábamos a invadir los centros culturales, los teatros, los lugares donde se podía hacer lo que antes estaba totalmente prohibido. Entonces empezamos con mi libro 'Pena por Manuel Castilla'. Él venía de Famaillá, del campo con mucha experiencia en lo que es la cultura, que no era tan citadina como en la ciudad de Tucumán, y ahí hicimos pronto 'Jujuy mujer', que salió de un saque; y nos cebamos y dijimos 'si lo podemos hacer'. Inmediatamente salió 'Lavandera chaguanca', dos zambas que fueron importantes para ambos. Yo puse la letra, él puso la música. Después hicimos una que se llama 'Flor de Piedra', dedicada a Lola Mora, que está totalmente inédita hasta el día de hoy, o sea han pasado más de 40 años", rescata de la memoria Alejandro Carrizo.
"Fuimos amigos y compositores -continuó-, en estos espectáculos hicimos el grupo cultural Lo Nuestro, después Arraigo con otros músicos y poetas tucumanos", luego, cuenta Carrizo que se fue a vivir a Buenos aires y Néstor siguió su impronta.
Quien escribe, alguna vez lo conoció durante un viaje para visitar a amigos que hizo a Jujuy, un hombre cálido, sabio, bien parado en todos los sentidos, que dejó un recuerdo imborrable en breve charla sobre la cultura de nuestro querido norte.
Con más de cuarenta años de trayectoria, es considerado como uno de los grandes autores contemporáneos de la poesía folclórica del Norte. Néstor "Poli" Soria dejó las huellas de su obra esparcidas en otros artistas reconocidos como Mercedes Sosa, Juan, La Yunta y Tarragó Ros, entre otros tantos.
El año pasado fue declarado Personalidad Ilustre de la Cultura por la Municipalidad de Yerba Buena por su aporte cultural como artista y compositor.
Entre sus producciones figuran el libro de poesía que le da nombre al encuentro; "Tucumán en la memoria alucinada"; "La memoria barrial de la ciudad de San Miguel de Tucumán"; "San Miguel de Tucumán, la historia que más cuenta" (una guía histórica sobre la capital); "Para los que quieran sentirme cantar" (cancionero con más de 200 temas);" Canto popular de los oficios", escrita junto a Rubén Cruz; y "Canto de amor y llanto por la tierra de uno", compuesta con Juan Falú.
Ramón Navarro, Rolando Chivo Valladares, Raúl Carnota, Topo Encinar, Leopoldo Deza, Ernesto Altea, Lucho Hoyos, Luis Gentilini, Julián Humarán, el venezolano Hernán Gamboa, Carlos Marrodán y Flavio Cruz son algunos de los artistas que abordaron sus textos para musicalizarlos con ritmos populares.