No solo los hombres tuvieron protagonismo en la provincia de Jujuy. Junto a ellos la actuación de mujeres como Juanita Stevens, Andrea Zenarruza, Juana Manuela Gorriti, entre tantas que en diferentes actividades se caracterizaron sin olvidar a Ana Niño, Virginia Martí Paliza, Haydé García Palacios de Moreno, Olimpia Barrionuevo, María Ángela Campos, Hilda C de Pizarro, Carolina Álvarez Prado, María Ángela Valente, nombrando solo algunas sin desmerecer la actuación de otras. Fueron un ejemplo para Jujuy, y trabajaron en distintas funciones con capacidad, y entereza sirviendo a los intereses de la provincia.
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No solo los hombres tuvieron protagonismo en la provincia de Jujuy. Junto a ellos la actuación de mujeres como Juanita Stevens, Andrea Zenarruza, Juana Manuela Gorriti, entre tantas que en diferentes actividades se caracterizaron sin olvidar a Ana Niño, Virginia Martí Paliza, Haydé García Palacios de Moreno, Olimpia Barrionuevo, María Ángela Campos, Hilda C de Pizarro, Carolina Álvarez Prado, María Ángela Valente, nombrando solo algunas sin desmerecer la actuación de otras. Fueron un ejemplo para Jujuy, y trabajaron en distintas funciones con capacidad, y entereza sirviendo a los intereses de la provincia.
Entre tantas, está Carmen Ávila de Naverán, mujer destacada en los ámbitos educacionales y admirada por su ingenio y su dedicación con propósitos que no solo deben reconocerse por estar frente al aula o en funciones de dirección.
Y no es nuevo lo que se dice hoy, surge de prestigiosos historiadores y hoy es importante recordarla por su capacidad, compromiso. No solo es educar sino dar apoyo en bibliografía adecuada en libros, mapas, que ofrezcan información en temas variados para ser consultados.
Su capacidad amplia e innovadora la llevó a otras actividades volcadas a la solidaridad de los más necesitados y en el cuidado de la salud tan necesaria en esa época. Con esta introducción es bueno conocer sus antecedentes. Nació en San Salvador de Jujuy el 29 de junio de 1885 y de la escuela "Juan Ignacio Gorriti", donde egresó como maestra, continúa sus estudios en Buenos Aires incorporándose a la Escuela de Profesores Numero 1 de la Capital Federal egresando con el título de Profesora Normal. Luego se especializó en jardines de infantes y en la enseñanza de sordo mudos.
Todo este esfuerzo fue reconocido al ser nombrada directora en una escuela mixta en Dolores, provincia de Buenos Aires, y con idéntico cargo pasa a desempeñarse en la Escuela Superior de Avellaneda continuando como catedrática en la Escuela Normal Numero 5 de la Capital Federal.
En el año 1909 trabajó como profesora suplente del doctor Juan B Ambrosetti, quien fuera un reconocido docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires. Lo apoyó en sus tareas en una Escuela Normal de la localidad de Flores.
Años posteriores quiere volver a su Jujuy lo que logra en el año 1915 en que fue designada como directora de la Escuela Normal Superior "Juan Ignacio Gorriti", donde se formó en su juventud.
Feliz de estar en su tierra comenzó a analizar muchos aspectos en el campo educativo. Entre ellos la necesidad de restaurar el edificio con serios problemas constructivos. Fue insistente en su pedido y ante reiteradas notas y entrevistas con autoridades, logra el apoyo del Gobierno. Las características y la importancia de la escuela se producen demoras en los trabajos pero, al final, luego de diez años se ven los resultados.
No podía ser menos el reconocimiento al trabajo de profesionales en la construcción, el empeño de su directora, cuerpo docente, preceptores que culminó en un acto con la presencia de autoridades provinciales, docentes, personal y pueblo de Jujuy.
Carmen Ávila de Naverán siguió trabajando en equipo con sus docentes ayudando a los alumnos para mejorar programas y pensó en campos poco conocidos pero innovadores.
Con una óptica diferente trabajó en la implementación educativa y pensó que sus alumnos necesitaban otros programas destinados a un mejor bienestar.
Su objetivo fue crear cooperativas con el funcionamiento de las primeras asociaciones en San Salvador de Jujuy con el afán de aliviar económicamente a los más necesitados y el 25 de mayo de 1920 fundó la "Asociación Protectora de Estudiantes Pobres" encargada de proveer ropa, calzado y medicamentos a los estudiantes sin recursos.
Sus ideas y deseos la llevaron a trabajar y concretar una necesidad en el establecimiento como fue bibliografía para los alumnos; nada mejor que organizar festivales en que los docentes, los padres de alumnos y tantas personas solidarias recaudando fondos y se puso en marcha el objetivo que fue crear una biblioteca infantil, además de pequeñas bibliotecas en cada aula en el año 1925.
Al poco tiempo otro sueño fue realidad: la sala de proyecciones era importante disponer de inmediato y al poco tiempo en un lugar destinado con esa finalidad se logró. Era un complemento a la creación de bibliotecas que sin duda eran necesarias.
La salud fue la preocupación de la docente. La prevención y su cuidado era otro objetivo que logró en otro 25 de mayo del año 1928. Inauguró un consultorio médico gratuito en la escuela para sus alumnos. Cuando la atención del paciente se complicaba a los alumnos se los trasladaban para ser atendidos por los profesionales designados en sus consultorios. Los médicos que ocuparon estos cargos lo hacían ad-honorem y fueron los doctores Vicente Arroyabe, Luis Zurueta y Salvador Mazza.
Y otro aspecto que perdura hasta nuestros días en que la señora Carmen Ávila de Naverán como inspectora en las escuelas técnicas entre los años 1946 y 1949 no tuvo mejor idea que sacar los alumnos a la calle para celebrar el Éxodo jujeño. Además de ser sorpresivo, y en su momento inesperado, fue aplaudido por la comunidad educativa y jujeños que festejaron la gesta patria. Este hecho histórico sirve para rescatar valores olvidados.
El año 1935, en reconocimiento a esta entrega a la docencia, su dedicación y capacidad en el magisterio y benefactora, fue ascendida a inspectora general de Enseñanza Secundaria Normal y especial.
La señora Carmen Ávila de Naverán con su ejemplo quedó transcripto en un artículo publicado en un diario local del año 1928 que dice: "Los maestros deben ser todo hombres de bien. A los buenos maestros vaya mi afecto, con mucho respeto y admiración, Comprendo cuan dura es la lucha de esas vidas llenas de sacrificio con escasísimas compensaciones y quizás sin ningún estímulo. Yo diría a mis colegas que lo mejor que podíamos hacer para superarnos es revisar nuestra vida de estudiantes, A la claridad de esos recuerdos estoy segura de que distinguiríamos perfectamente lo que ha quedado en nosotros de todo aquel trabajo. Yo sueño con escuelas futuras que no habrá maestros que no puedan llamar hombres de bien".
Falleció en Jujuy el 5 de noviembre de 1958.
La Municipalidad honrando su memoria impuso su nombre a una de las calles del barrio Los Huaicos y en Palpalá lleva su nombre la escuela 204.
Bibliografía: Diccionario General de Paleari, de Borja Juan - Álbum biográfico e histórico de Jujuy - tomo I - Horizonte - Primera época , Enrique Belaunde - Los frutos de un árbol.