El Día del Artesano se celebró con una exposición y venta de artesanías en el frente de la sede de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju), ubicada en la calle Canónigo Gorriti que reunió a talentosos hacedores de Yuto, Caimancito, Calilegua y Libertador General San Martín. Fue parte de un proyecto de investigación impulsado por el Instituto de Biología de la Altura (Inbial).
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El Día del Artesano se celebró con una exposición y venta de artesanías en el frente de la sede de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju), ubicada en la calle Canónigo Gorriti que reunió a talentosos hacedores de Yuto, Caimancito, Calilegua y Libertador General San Martín. Fue parte de un proyecto de investigación impulsado por el Instituto de Biología de la Altura (Inbial).
Susana Ocampo, investigadora del Inbial, explicó que esta propuesta busca poner en valor a las familias de artesanos de los departamentos de San Pedro de Jujuy, Ledesma y Santa Bárbara, una región que muchos conocen como el Ramal jujeño. El proyecto, titulado "Salud y condiciones de vida en familias de artesanas y artesanos de San Pedro, Ledesma y Santa Bárbara", apunta a una exploración transdisciplinar participativa, que inició el grupo de investigación del Departamento de Estudios de Población y Hábitat (Ephum) del Inbial, así como al proyecto Invesprom de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (Fhycs) de la Universidad Nacional de Jujuy.
Durante su visita a los artesanos de Yuto, Ocampo y su equipo descubrieron técnicas de elaboración de artesanías que no eran reconocidas dentro del territorio provincial. Por ello, decidieron invitar a 16 artesanos de Yuto, Calilegua y Libertador a participar en esta exposición, con el apoyo del Parque Nacional Calilegua. El objetivo era presentar sus trabajos en la capital jujeña, permitiéndoles mostrar su arte y ofrecer sus productos para la venta, generando así una fuente de ingresos.
Los artesanos exhibieron una variedad de trabajos elaborados con chaguar, arcilla, caña y técnicas de cestería, y compartieron sus técnicas y procesos de elaboración ante El Tribuno de Jujuy.
Nelly Cruz, coordinadora de talleres libres de artes y artesanías de la región V, dependiente de la modalidad de Educación Artística del Ministerio de Educación, destacó la importancia de estas actividades. "Llevamos 21 años en la zona del Ramal, recuperando la artesanía guaraní. Hemos revitalizado la alfarería, la cerámica figurativa, la iconografía guaraní, así como la danza, el idioma y la música", comentó.
Cruz también explicó que se presentaron sombreros elaborados con palma conocido allá como caranday, un arte que estaba siendo olvidado. "A pesar de las altas temperaturas, hemos logrado reflotar el tejido en chaguar, que era desconocido en esta zona, aunque los guaraníes lo trabajaban", explicó y destacó la talla de máscaras ceremoniales y ornamentales, que son representativas de la cultura guaraní y se utilizan en diversas ceremonias.
Sostuvo que cada año, entre 200 y 250 alumnos participan en los talleres, muchos de los cuales se dedican a la elaboración de artesanías y obtienen el carnet de artesano de la provincia. Destacó que esta actividad se convirtió en una salida laboral valiosa para las comunidades de Yuto, Caimancito y Calilegua, aunque a veces tienen dificultades para participar en ferias debido a los costos.
Entre los artesanos estaban exponiendo Hugo Andrés Tolay de Yuto, quien mostró una variedad de productos de madera nativa de mora, como platos, espátulas y bandejas. "El proceso de elaboración es largo. Primero, debo conseguir el material, que cada vez es más escaso. Lo obtengo de aserraderos o de la naturaleza, dependiendo de la utilidad. El procesamiento lleva lavar, marcar, medir, ver si se puede hacer, toma tiempo, tiene ojos, contrahebras y solemos descartar también", dijo y explicó que utiliza herramientas manuales y rehace el trabajo a pulso.
María Eva Soto es artesana y se dedica a la producción de sombreros de caranday o palma. "Hay que preparar la materia prima y lleva un proceso. Para la pintura vegetal utilizamos raíces, semillas y hojas para darle el color", explicó. La extraen en Vinalito, donde es necesario seleccionar cuidadosamente el material en el monte. Esta tarea la realiza junto a sus alumnas, enseñándoles a diferenciar el cogollo, la flor y las hojas, ya sean verdes o amarillas.
Por otro lado, el trabajo de Rosana Ramos con chaguar también destacó que por la necesidad de crear piezas resistentes es clave la habilidad para hacer fuertes nudos para este tipo de cestería, y aunque no tienen un lugar de venta fijo, destacó que la demanda por encargos es alta. Juan Pablo Vásquez, por su parte, contó que mezcla técnicas de ahumado y grabado en sus artesanías de caña de bambú, para dar brillo y color a los objetos, y que además le añaden un toque personal y único a sus llamadores, colgantes, mates y llaveros.