Por fin llegó el Jueves de compadres, después de una larga y ansiosa espera se reencontrarán para celebrar su día, el único en el calendario donde pueden dar rienda suelta a la diversión, porque mañana nuevamente deberán volver (contra su voluntad) a la rutina diaria y aceptar que el próximo jueves será de las comadres.
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Por fin llegó el Jueves de compadres, después de una larga y ansiosa espera se reencontrarán para celebrar su día, el único en el calendario donde pueden dar rienda suelta a la diversión, porque mañana nuevamente deberán volver (contra su voluntad) a la rutina diaria y aceptar que el próximo jueves será de las comadres.
Lo bueno es que sólo resta un poquito más de una semana para desenterrar el carnaval y a partir de ahí será lo que el diablo carnestolendo disponga en cada comparsa donde unos son simpatizantes y otros se disfrazan.
Estos últimos días fueron de insistentes llamados y reuniones. La comunicación fue las 24 horas corridas para confirmar el locro, el asado o las empanadas para el almuerzo; otros para asegurar la cerveza, el vino y el fernet para brindar; se llamaron además para certificar la coca y el bica; y también para que no queden dudas del talco, el papel picado y la serpentina.
Los festejos de los compadres serán en los lugares menos pensado de algún poblado de la Quebrada, donde la celebración adquiere mayor trascendencia por cómo se festeja y porque en algunas comunas fue institucionalizado.
El encuentro será al mediodía y de acuerdo a la costumbre de los compadres, compartirán un almuerzo y luego chayarán el mojón (si lo tuvieran), y en medio de esa ceremonia también se chayarán a los nuevos compadres.
Será esa instancia la más importante de la reunión, donde fortalecerán el compadrazgo estrechándose en un fuerte abrazo (la sincera amistad está de por medio) con las caras entalcadas, la serpentina alrededor del cuello y el papel picado en la cabeza signos de la alegría que la manifestarán abiertamente.
Esta tradición que se mantiene y se expresa, sin dudas permite crear vínculos mucho más fuertes entre compañeros de trabajo, amigos, vecinos y familiares.
La música es esencial en la celebración, algunos preferirán el folclore (para eso invitarán a conjuntos y solistas), otros la copla (por lo que festejarán en rueda cantándolas con el sonido de las cajas), y también la cumbia estará presente para bailar hasta la tarde o noche.
En la Quebrada desde Volcán hasta Humahuaca los compadres festejarán su día, algunos son compadres de trabajo, otros de la comparsa, también hay de clubes deportivos, o sencillamente grupos de amigos que en este día dejarán esas individualizaciones de lado y todos serán sencillamente "compadres".
El Jueves de compadres es una tradición muy arraigada en la región norteña, algunas son privadas y otras públicas, pero todas tienen su importancia y relevancia.
Prácticamente a una semana en que el diablo carnestolendo será liberado los compadres se ocupan de acortar la espera (mientras muchos de ellos están preparando sus disfraces de diablos), en cambio el Jueves de comadres es la antesala a la celebración popular.
Con esta celebración la Quebrada reforzará su compromiso con las costumbres y tradiciones locales que mantienen vigentes sus pobladores y autoridades municipales, promoviendo la cultura popular.
