El canto con caja, la copla, es una de las manifestaciones culturales más profundas y ancestrales del noroeste argentino. En Jujuy, una de sus defensoras más apasionadas es Elsa Tapia, cantautora y coplera de gran trayectoria, quien ha hecho de su vida una misión para preservar y transmitir este arte que conecta a los jujeños con sus raíces más profundas. En una reciente entrevista para el ciclo online "El Matutino" de El Tribuno de Jujuy, Elsa Tapia compartió su experiencia como maestra de copla en la Casa de las Letras, reflexionando sobre la importancia de esta tradición y cómo su taller se ha convertido en un espacio de reencuentro con la identidad cultural de la región.
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El canto con caja, la copla, es una de las manifestaciones culturales más profundas y ancestrales del noroeste argentino. En Jujuy, una de sus defensoras más apasionadas es Elsa Tapia, cantautora y coplera de gran trayectoria, quien ha hecho de su vida una misión para preservar y transmitir este arte que conecta a los jujeños con sus raíces más profundas. En una reciente entrevista para el ciclo online "El Matutino" de El Tribuno de Jujuy, Elsa Tapia compartió su experiencia como maestra de copla en la Casa de las Letras, reflexionando sobre la importancia de esta tradición y cómo su taller se ha convertido en un espacio de reencuentro con la identidad cultural de la región.
La artista Elsa Tapia también lleva esta propuesta al Teatro Estación Perico durante los días martes de 18 a 20.
Los talleres, que comenzaron a dictarse el lunes 2 de septiembre en la Casa de las Letras - Belgrano 1327- , están dirigidos tanto a jóvenes como a adultos que deseen aprender o reencontrarse con este canto ancestral. Se desarrollan todos los lunes de 15:30 a 18. Además, Elsa también lleva esta propuesta al Teatro Estación Perico los martes de 18 a 20. Para Elsa, estos espacios son más que simples clases de música. "No voy a enseñarte a cantar, sino a despertar tu corazón coplero, a conectar con tus raíces", comentó durante la charla, resaltando que su objetivo es mucho más profundo que el aprendizaje técnico.
Elsa proviene de una familia de copleros y bagualeros. Creció rodeada de música tradicional, ya que sus padres, fueron cantores. Su papá, además, era hacedor de cajas, el instrumento clave en la interpretación de la copla. Esta influencia la marcó desde niña, aunque fue en su juventud, a los 18 años, cuando decidió abrazar de lleno este canto. "Mi primer contacto real con la copla fue cuando trabajaba como docente en El Moreno, una escuelita en la Puna. Allí los niños llegaban cantando coplas, y fue un descubrimiento para mí. Hasta ese momento, conocía la copla, pero no la había abrazado por completo", explicó.
La caja, como bien señala Tapia, es mucho más que un simple instrumento. Tiene un significado especial en la interpretación de la copla, ya que marca el ritmo y conecta al cantante con las emociones que quiere expresar. Elsa recuerda con mucho cariño la caja que le hizo su padre, que aún usa en sus presentaciones y talleres. "La caja tiene alma. Es el corazón de la copla. Cuando uno toca la caja, no solo marca el ritmo, sino que establece una conexión profunda con la tierra y con las emociones que se quieren transmitir. En el taller, enseñamos no solo a tocar la caja, sino a sentirla, a convertirla en una extensión del alma", señaló con emoción.
Una de las reflexiones más interesantes que compartió Elsa en la entrevista fue sobre la evolución de la copla en la provincia de Jujuy y la preocupación que sentía por su preservación. "Durante mucho tiempo, la copla era cantada principalmente por personas mayores, en épocas puntuales como el Carnaval o en festividades de la Pachamama. Pero me preocupaba que se estaba perdiendo entre los jóvenes. Sentía que si no hacíamos algo, la copla desaparecería. Fue precisamente esta preocupación la que me llevó a crear los talleres y a buscar la manera de hacer que las nuevas generaciones se interesaran por la copla".
La copla, según Elsa, no debe verse como algo exclusivo de las zonas rurales o de las festividades tradicionales. "La copla no es solo para el Carnaval o la Pachamama. Es un canto que puede hacerse en cualquier momento del año, que habla de la vida cotidiana, de nuestras emociones, de nuestros sueños y nuestras tristezas", afirmó. Además, destacó la importancia de que la copla llegue también a los espacios urbanos. "Es parte de la identidad cultural no solo de las zonas de la Quebrada y la Puna, sino de toda la provincia", dijo.
Buena respuesta
Los talleres que Elsa Tapia lidera en la Casa de las Letras han tenido una gran respuesta por parte de la comunidad. Cada vez más personas, tanto jóvenes como adultos, se suman para aprender y reencontrarse con la copla. Elsa destacó la importancia de que los participantes no solo aprendan a cantar coplas, sino que se apropien de ellas y las hagan suyas. "Lo que más me enorgullece es ver cómo muchos de los que pasaron por el taller ahora arman sus propios grupos, salen a cantar en festivales y mantienen viva esta tradición", comentó.
El impacto que ha logrado con su taller va más allá de lo musical. Elsa ha creado una comunidad alrededor de la copla, donde se forjan lazos de amistad y donde la caja y el canto son el centro de una experiencia compartida. "La caja une a la gente. La copla no solo es música, es un lazo de amistad, de comunidad. Y eso es lo que trato de transmitir en cada taller", dijo.
Uno de los desafíos que enfrenta Elsa Tapia en su misión de preservar la copla es acercarla a los jóvenes. Para ello, ha buscado maneras de modernizar el formato sin perder la esencia del canto ancestral.
"Estoy trabajando con músicos como Fabio Gallo y Armando Peloc para musicalizar mis coplas con un sonido distinto, para que lleguen a más personas, especialmente a los jóvenes", explicó. De esta manera, Elsa ha logrado que la copla se incorpore en géneros como el carnavalito y la tonada, ampliando su alcance sin sacrificar su autenticidad.
Además de los talleres, Elsa está trabajando en su nuevo material discográfico, que incluirá temas propios. Uno de los temas que ya ha grabado es "Canto a la Pachamama", una pieza que refleja la conexión espiritual que la copla tiene con la tierra y las tradiciones andinas. "La copla y la caja son inseparables. Son parte de nuestra historia, y mi objetivo es que nunca desaparezcan", afirmó.
En cada encuentro, Elsa Tapia no solo enseña a cantar coplas, sino que transmite una pasión por la cultura jujeña que emociona y contagia. Sus talleres son un espacio de encuentro, donde cada participante se conecta con sus raíces y se deja llevar por el sonido ancestral de la caja. "El camino de la copla es un camino que se hace al andar. No solo enseñamos música, enseñamos a sentir", concluyó Elsa.
Con su inquebrantable compromiso y su inmenso amor por la copla, Elsa Tapia sigue abriendo caminos para que este arte ancestral siga vivo en las nuevas generaciones y florezca en cada rincón de Jujuy.